MIGRACIONES-EEUU: Minuteman amenaza a inmigrantes y a México

Estados Unidos enfrenta una invasión de inmigrantes «ilegales», por lo tanto debe amurallarse la frontera con México y desplegar soldados para detenerlos, dijo a IPS el director ejecutivo del Proyecto Minuteman, Al Garza. Si esas medidas no se toman, «lo haremos nosotros mismos», advirtió.

Hablando casi un perfecto español y molesto con cada pregunta que le recuerda que activistas acusan a Minuteman de racista y xenófobo, el líder de esa organización de "caza-inmigrantes" afirma que sólo son "patriotas".

"Ha llegado el momento de defendernos con todas las armas posibles de la invasión", sostuvo Garza, quien es de ascendencia mexicana por parte de una de sus bisabuelas.

"Lo que hay que hacer es cerrar la frontera (de Estados Unidos con México), quitarles los trabajos (a los inmigrantes) y meter al bote (cárcel) a los que se aprovechan de los ilegales (traficantes de personas y empleadores estadounidenses)", declaró Garza vía telefónica desde el estado de Arizona.

El Proyecto Minuteman, que toma su nombre del grupo de milicianos de Massachussets que en el siglo XVIII lucharon por la independencia, está integrado, según afirman, por unos 6.000 ex militares y voluntarios. Muchos son hacendados del sur de Estados Unidos que abogan por frenar el ingreso de los inmigrantes que llegan sin permisos de trabajo ni residencia.
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El grupo, cuyos miembros portan armas, se despliega periódicamente en las zonas de frontera con la intención de detectar inmigrantes y reportarlos a la guardia fronteriza estadounidense, con quienes, según expresa Garza, "tenemos buenas relaciones, pues saben que sólo defendemos a nuestro país y que no causamos problemas".

Estos activistas comenzaron a fines de mayo a construir en terrenos privado del sudoccidental estado de Arizona, colindantes con el estado mexicano de Sonora, muros de cinco metros de altura para contener el ingreso de extranjeros sin la documentación requerida.

A juicio de Minuteman, urge que el gobierno estadounidense de George W. Bush complete la construcción de muros a lo largo de los 3.200 kilómetros de frontera con México y que envíe a esa zona a militares en actividad y no sólo reservistas, que "manejan más lápices que armas".

A mediados de mayo, Bush, informó que distribuirá 6.000 soldados de la Guardia Nacional o reservistas, la más antigua fuerza militar de ese país, a lo largo de la frontera sur para coadyuvar a frenar el ingreso de personas indocumentadas.

El despliegue, que ya comenzó con pequeños grupos, se completará en agosto. Según explicó Bush, los reservistas tiene la orden de no realizar detenciones ni otras tareas policiales y tampoco usarán armas contra los inmigrantes.

También en mayo, el Senado aprobó la construcción de 595 kilómetros de nuevos muros en esa línea limítrofe y sancionó reformas —aún falta la decisión de la Cámara de Representantes— que permitirían legalizar la estancia de unos siete millones de inmigrantes que no tienen sus documentos en regla, lo que causó la ira de los Minuteman.

"No pasará ninguna reforma que de amnistía a los ilegales, no lo permitiremos los ciudadanos de este país (Estados Unidos) que pagamos impuestos", dijo Garza, un veterano de la guerra de Vietnam que afirma que su padre luchó en la Segunda Guerra Mundial y su abuelo en la Primera Guerra Mundial.

"Todos los ilegales deben ser expulsados y sancionados", apuntó.

Las decisiones del Senado deben aún conciliarse con otro proyecto aprobado por la Cámara de Representantes, que criminaliza a los inmigrantes sin documentos.

Los gobiernos de América Latina y el Caribe, región de donde son originarios unos 42,7 millones de personas que viven en Estados Unidos, siguen con expectativa el proceso legislativo en ese país.

Portavoces de gobiernos sostienen, en consonancia con académicos y activistas, que frenar la inmigración por la fuerza resultaría poco efectivo y sugieren una regularización de ese flujo, que es inducido en parte por la demanda de mano de obra barata en Estados Unidos.

El gobierno mexicano de Vicente Fox lidera desde enero reuniones periódicas entre delegados oficiales de Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana para analizar el tema y buscar la forma de influir en los debates legislativos del vecino país del norte.

"Que México, donde tratan a los inmigrantes centroamericanos peor que animales, ni se meta con las decisiones de los estadounidenses, pues su gobierno no tiene autoridad moral. Mejor sería que generen trabajos para su gente y así no tendríamos estos problemas", declaró un belicoso Garza.

"Lo que puedo ver es que a la larga los estadounidenses vamos a taparles todos los hoyos a los inmigrantes, incluido los hospitales y las escuelas (no permitir que los usen), y a ver para dónde corren", expresó.

Según el líder de Minuteman, su grupo adquirió tal relevancia en los círculos de poder de Estados Unidos que el gobierno de Bush y los congresistas ya "nos escuchan y saben que no vamos a permitir que se consume ninguna ilegalidad".

"Y que quede claro que nosotros no somos racistas y no hablamos de supremacía blanca. Lo único que buscamos es que se cumplan las leyes contra los invasores, contra los que violan nuestras normas de migración, y que nuestro país sea soberano", alertó a IPS.

El gobierno y el parlamento de México y las organizaciones defensoras de los derechos humanos rechazan la presencia de Minuteman y demandan frenar su accionar.

Minuteman es una más de las varias agrupaciones y personas contrarias a los inmigrantes que actúan en el área fronteriza de Estados Unidos con México. Los activistas sostienen que sólo se trata de unos pocos individuos estadounidenses, en su mayoría jubilados, que deben ser controlados.

Ranch Rescue, Civil Homeland Defense, American Border Patrol y Border Watch son los nombres de algunos de los grupos antiinmigrantes con actividad esporádica en varios de los estados del sur de Estados Unidos.

Hasta el momento, ninguno de ellos se ha visto involucrado en un ataque directo contra extranjeros.

"Tenemos un récord limpio. Cierto que estamos armados, pero sólo es para defendernos de los coyotes (traficantes de personas) y de los narcotraficantes. Nuestra misión es de vigilancia y de reporte a las autoridades, no de ataque contra los inmigrantes", aseguró el director de Minuteman.

Garza afirmó que en los dos últimos años el grupo detectó la presencia de 6.000 "ilegales", a quienes en la mayoría de los casos auxilió porque estaban perdidos o sedientos en zonas de frontera y luego reportó a las autoridades para que sean detenidos y deportados.

"Nos dicen violentos, pero no es cierto, pues en los hechos hemos evitado que muchos rancheros molestos disparen a los ilegales", sostuvo.

Cada año, alrededor de 1,5 millones de personas buscan la forma de ingresar a Estados Unidos burlando los duros controles migratorios. Unos 400.000, en su mayoría mexicanos, lo logran y el resto queda en la línea fronteriza o es deportado.

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