Tras una acelerada negociación, los cancilleres del Mercosur firmaron en la capital argentina el protocolo de adhesión plena de Venezuela a un bloque que intenta enmendar los conflictos entre sus miembros contemplando asimetrías.
El ingreso de Venezuela "es el logro más importante de esta reunión, un hecho trascendente, que abre el camino a la firma de los presidentes" cuando en julio se reúnan en la central ciudad de Córdoba, Argentina, señaló el canciller de este país, Jorge Taiana, en rueda de prensa al finalizar Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercosur (Mercado Común del Sur).
A la reunión de este viernes en Buenos Aires asistieron, además del ministro de Relaciones Exteriores anfitrión, sus pares Celso Amorim, de Brasil, Leila Rachid, de Paraguay, y Reinaldo Gargano, de Uruguay, así como Alí Rodríguez, de Venezuela, en proceso de ingreso como miembro pleno.
Venezuela no sólo se adecuará al arancel externo común sino que ingresará al bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay ofreciendo ventajas a los dos últimos países, los más pequeños, que desde hace años reclaman a sus socios mayores contemplar las asimetrías en el intercambio regional, que les impiden un desarrollo pleno.
Caracas pidió a Montevideo y a Asunción que hagan una lista de productos sensibles para que ingresen al mercado venezolano con arancel cero. El gesto del gobierno de Hugo Chávez movilizó la voluntad de los socios.
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Amorim anticipó que a partir de julio, cuando su país asuma la presidencia semestral de turno del bloque, viajará a Montevideo y Asunción para alcanzar un "nuevo entendimiento" a fin de que el acuerdo esté mas cerca de sus expectativas.
"Tenemos que encontrar flexibilidades, hacer ajustes, políticas de financiamiento, asistencia técnica si es necesario", se comprometió Amorim.
En dialogo con IPS, el argentino Carlos Álvarez, presidente de la Comisión de Representación Permanente del Mercosur, admitió que ha surgido "una conciencia compartida sobre la necesidad de políticas que beneficien en mayor medida a los países chicos y que amortigüen las diferencias".
"De ahora en adelante, hay que encontrar el modo de privilegiar a esos países", destacó, para luego informar que en los próximos días se reunirá con Amorim en Montevideo, donde está ubicada la sede permanente del Mercosur, para comenzar a elaborar una agenda sobre los temas a atender principalmente.
Los cancilleres firmaron el protocolo de integración de Venezuela y prepararon el temario de la Cumbre del Mercosur, que se realizará el 20 y 21 de julio en Córdoba, capital de la provincia argentina de igual nombre.
También coordinaron posiciones de cara a la próxima conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio, que tendrá lugar en Ginebra, y debatieron sobre la difícil situación que afronta el Mercosur, haciendo hincapié en los acuerdos sin concretar para amortiguar las grandes asimetrías existentes en el bloque regional nacido en 1991 en Asunción.
En este marco, Taiana se refirió al conflicto entre Buenos Aires y Montevideo por la instalación de dos plantas de celulosa en la costa oriental del limítrofe río Uruguay.
El reclamo de Argentina, por el temor del impacto ambiental negativo que pueda acarrear la puesta en marcha de las plantas de la Empresa Nacional de Celulosa de España (ENCE) y de la firma finlandesa Botnia, llegó en forma de demanda cautelar a la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, que dará su fallo en las próximas semanas.
Como había adelantado Uruguay, su canciller planteó la queja por los bloqueos de las rutas de acceso a los puentes fronterizos realizados durante el verano austral por la asamblea ciudadana de Gualeguaychú, ubicada río de por medio frente a la occidental ciudad uruguaya de Fray Bentos, en cuyas cercanías se levantan las dos fábricas.
Gargano señaló a sus pares que la economía de su país sufrió una pérdida de unos 500 millones de dólares por las trabas al ingreso de miles de turistas y la interrupción del tránsito de mercaderías.
"Argentina expresó (en la reunión) que se trata de una situación bilateral, que está en el ámbito jurídico", relató Taiana, quien prefirió no citar la posición uruguaya.
El ministro uruguayo fue el único que no estuvo presente en la rueda de prensa final, pues debió partir con anticipación para poder abordar el vuelo de regreso a Montevideo, pero su asistencia al Consejo fue una clara señal de distensión hacia Argentina. "Vamos a buscar la solución", había dicho ante periodistas horas antes.
La confirmación de la presencia del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, en la próxima cumbre de Córdoba también había sido observado como otro paso positivo en la solución de la disputa.
Igual muestra de acercamiento, según analistas políticos, fue la visita a Montevideo efectuada este viernes por la senadora Cristina Fernández, esposa del presidente de Argentina, Cristina Kirchner, para asistir a una reunión preparatoria de la XVI Cumbre Iberoamericana, que se realizará en noviembre en esa capital.
Amorim explicó a los periodistas en Buenos Aires que "la cuestión ambiental es bilateral", en discrepancia con la presentación de Montevideo de la queja por los perjuicios económicos de los bloques de ruta ante el tribunal arbitral del Mercosur.
Empero, informó de su pedido a sus pares para que, pese a la instancia abierta en La Haya, se continúe buscando una solución dialogada entre los dos países vecinos y unidos por la historia común en el Río de la Plata. Brasil sigue con "expectativa" la evolución de los acontecimientos, aunque ello no implica una mediación, aclaró.
A su turno, la canciller paraguaya prefirió enfocar sus declaraciones hacia la crisis que afronta el bloque. Ese país y Uruguay unieron fuerzas en los últimos meses para marcar sus discrepancias por la falta de medidas concretas para paliar las diferencias comerciales y económicas respecto de los socios más grandes.
"El Mercosur así como está no sirve", ha dicho Vázquez en varias oportunidades, en referencia a problemas como el funcionamiento comercial y los planes de integración energética delineados por Argentina y Brasil, sin consultar a Paraguay y Brasil, entre otros asuntos que considera discriminatorios.
Rachid remarcó que los países miembros del Mercosur acordaron este viernes en que la integración "no es un fin en sí mismo", sino un "mecanismo que puede perfeccionarse", y que los tratados que se realicen por fuera del bloque "no llevan a una solución sino al contrario".
Agregó que los gobiernos del Mercosur ya manifestaron su desacuerdo con las condiciones en las que se negocia el Área de Libre Comercio de las Américas, que impulsa Estados Unidos, y sostuvo que mal se podía negociar unilateralmente un acuerdo que no satisface la ambición de los países, ni siquiera a nivel subregional.