Un coro de funcionarios de Estados Unidos pregona la transformación de un controvertido programa de acceso parcial para África a los mercados del país norteamericanos en un acuerdo de libre comercio.
Otro coro, de funcionarios africanos, muestra cautela ante estos anuncios. Y otro, de analistas independientes, alertan que un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos —antes que África resuelva cómo proteger y fortalecer sus sectores agrícola, de servicios e industrial— sería un error.
Pero el quinto foro bilateral establecido por la estadounidense Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (conocida por sus siglas en inglés, AGOA), realizado esta semana en Washington, incluyó exhortaciones del gobierno de George W. Bush para que el continente elimine las barreras a las importaciones de bienes y servicios.
Ante representantes de 37 países africanos presentes en el foro, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, consideró probable comenzar a derrotar a la pobreza rampante en África a través de los negocios.
Rice también advirtió que la mayoría de los gobiernos africanos todavía ahogan a las empresas privadas con una burocracia innecesaria y con altos costos.
La funcionaria instó a los africanos a eliminar barreras, y en ese sentido les recordó la propuesta formulada en septiembre por Washington al resto del mundo en septiembre de hacerlo todos al mismo tiempo.
El gobierno de Bush se propone "preparar" a las naciones africanas para un posible acuerdo de libre comercio a través de programas atenuados, como tratados bilaterales de inversión y acuerdos marco de comercio e inversión, explicaron funcionarios.
"Para preservar y consolidar el impulso creado por la AGOA, debemos hallar otras maneras de fortalecer y profundizar nuestras relaciones comerciales y de inversión con los países africanos", dijo el subrepresentante de Comercio de Estados Unidos Karan Bhatia ante el foro, que se realizó los días 7 y 8 de este mes.
"Tenemos varias herramientas para cumplir esto, incluidos los acuerdos de libre comercio", agregó.
El miércoles, Estados Unidos y Ruanda firmaron un acuerdo marco de comercio e inversión que abarca asuntos importantes para Washington, como la propiedad intelectual y la apertura para las inversiones.
El mismo día, el secretario (ministro) de Agricultura estadounidense Mike Johanns invitó a firmas de su país vinculadas con el sector a participar en una misión de comercio e inversiones a África oriental a fines del otoño de 2006, al margen del foro de la AGOA.
"Confío en que esta misión ayudará a avanzar en nuestros objetivos para reducir las barreras comerciales y aumentar el comercio entre Estados Unidos y África oriental, creando nuevas oportunidades laborales para todos nuestros ciudadanos", dijo Johanns.
Organizaciones empresariales de Estados Unidos que también participaron en el foro dijeron estar centradas en nuevas oportunidades, tales como "perspectivas de una cartera de inversiones diversa y sin explotar" en África subsahariana.
También el centro académico conservador Heritage Foundation, con sede en Washington, propuso en un informe convertir la AGOA en un acuerdo de libre comercio en 10 años.
"Estados Unidos debería comenzar a trabajar ahora, transformando a la AGOA en un acuerdo de libre comercio para cuando expire, en 2015", dijeron los dos autores del documento, Brett D. Schaefer y Daniella Markheim.
Ambos opinaron que Washington debería requerir que las naciones aptas reduzcan de modo incremental los aranceles a las importaciones estadounidenses a partir de 2010, con el objetivo de eliminarlos sobre 95 por ciento de las mercaderías para 2015.
Estados Unidos también tendría que demandar a los países "aptos" la eliminación de aranceles a las medicinas esenciales y al equipamiento médico para 2007.
Además, urgieron a los políticos estadounidenses a alentar la creación de una unión aduanera africana.
La AGOA, aprobada por el Congreso legislativo en 2000, elimina las barreras de Estados Unidos a la mayoría de los principales productos que África subsahariana exporta a este país, en particular productos textiles y vestimenta.
Pero para que los países africanos puedan beneficiarse de la ley, Washington debe certificar primero que liberalizaron sus economías, privatizaron sus bienes y empresas, minimizaron la interferencia del gobierno en el sector privado y crearon un sistema legal al estilo estadounidense.
Treinta y siete de los 48 países de África subsahariana fueron considerados aptos para beneficiarse de la AGOA.
Los llamados al libre comercio formulados en el foro consternaron a los críticos del tratado original de la AGOA, quienes han alertado, incluso durante el debate que culminó con su sanción, que Washington podría manejarlo para hacerlo funcional a las corporaciones transnacionales.
"La liberalización sin excepciones y la eliminación de todos los aranceles no tiene sentido para África", dijo Jessica Walker Beaumont, del Comité de Servicio de los Amigos Estadounidenses.
La presión de Estados Unidos en procura de acuerdos de libre comercio en todo el mundo ha sido perjudicial para los pobres y beneficioso sólo para las elites locales de los países donde se instauraron, según activistas.
Esto se debe a que Estados Unidos se negó a contemplar las patentes de medicamentos, los servicios esenciales y la agricultura, todos asuntos fundamentales para los pobres.
En efecto, la AGOA en sí misma puede no estar impulsando el crecimiento económico de África, tal como era su supuesto propósito.
Un informe de la oficina del subrepresentante de Comercio de Estados Unidos presentada al Congreso legislativo a mediados de mayo atribuye a la compra de petróleo el aumento de las importaciones estadounidenses desde países de África subsahariana al sec
De hecho, el comercio no petrolero de la AGOA cayó 16 por ciento en 2005, a 2.900 millones de dólares, según el estudio. El total de las importaciones estadounidenses desde África subsahariana ascendió el año pasado a 38.100 millones de dólares.
A pesar de las declaraciones optimistas sobre la AGOA, Estados Unidos continúa debilitando la competitividad de los empresarios y cultivadores africanos con masivos subsidios agrícolas internos que benefician a las grandes corporaciones y con otras barreras arancelarias y no arancelarias.
En el foro, los funcionarios africanos estaban emocionados ante la perspectiva de acceder al vasto mercado estadounidense, pero también dejaron clara su cautela sobre la posibilidad de que terminaran perdiendo con el libre comercio.
"África está pronta para el libre comercio, pero nosotros preferimos el comercio justo por sobre todo", dijo el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade. La frase volvió a resonar en el foro, repetida por su canciller, Cheikh Tidiane Gaudio.