– Unos 200 partidarios de la ley islámica interrumpieron con amenazas de violencia, en esta ciudad de Malasia, una reunión convocada por activistas para reafirmar la laicidad consagrada por la Constitución.
El foro "Constitución federal: Protección para todos" fue organizado por el grupo reformista Aliran y la coalición Artículo 11, que reúne a 13 organizaciones no gubernamentales.
El artículo 11 de la Constitución es el que, precisamente, protege los derechos fundamentales de todos los malasios "cualquiera sea su religión, raza, descendencia, lugar de nacimiento o género".
Pero los acontecimientos fuera de hotel donde se realizó el foro dejaron al descubierto la sensibilidad que despierta el asunto en la sociedad multicultural de Malasia.
Sesenta por ciento de los 25 millones de malasios profesan la fe musulmana. El resto de la población se compone de descendientes de inmigrantes chinos e indios, la mayoría de los cuales profesan el budismo, el cristianismo o el hinduismo.
En los últimos cinco años, el sistema legal secular entró en contradicción con el islámico en varios casos judiciales, en especial en lo que se refiere a conversiones religiosas, custodia de menores de edad y los ritos funerarios.
En varias oportunidades los litigios quedaron sin resolución, pero algunos analistas observaron que los tribunales seculares cedieron terreno frente a los que aplican la ley islámica (shariá).
A pesar de ser un pequeño foro, el del domingo despertó mucho interés, de uno y otro lado.
Desde las primeras horas de la mañana, la policía bloqueó las calles que conducen al hotel donde se celebraba en el centro de Penang. Doscientos efectivos, además, custodiaban los alrededores del hotel y su interior.
Eso no impidió que unos 200 manifestantes partidarios de la shariá se reunieran fuera del edificio ni que 250 personas que pretendían asistir al foro lograran abrirse paso.
Los manifestantes pertenecían a una coalición de grupos musulmanes denominada Comisión Anti-InterFe. El nombre alude a la iniciativa de constituir una "Comisión InterFe", la cual, según ellos, podría debilitar el dominio del Islam.
Al inicio del foro, un pequeño grupo de manifestantes irrumpió en la sala del tercer piso del hotel e interrumpió a los oradores para exigir la suspensión de la conferencia de cuatro horas, cuyo comienzo estaba previsto para las 9 de la mañana.
El ánimo de los manifestantes se acaloraba fuera del edificio, por lo que la policía pidió a los organizadores que abreviaran la reunión. A las 10.20, se dio por terminada, pues la policía mostró preocupación por el posible ingreso de manifestantes en el hotel.
Solo llegaron a intervenir cinco panelistas, que, para colmo, debieron acortar sus intervenciones.
Este final abrupto se asemejó al de la Segunda Conferencia de Asia-Pacífico sobre Timor Oriental realizada en Kuala Lumpur en 1996. Entonces, una muchedumbre descontrolada encabezada por jóvenes de la gobernante Organización Nacional de los Malasios Unidos irrumpió en el hotel donde se celebraba.
La Constitución determina que el Islam es la religión oficial del país, pero también permite que se profesen otras confesiones.
Algunos expertos en derecho argumentan que la Constitución y sus disposiciones seculares constituyen la ley suprema del país, lo que deja en entredicho su carácter de Estado islámico.
Pero una controvertida enmienda constitucional dio en 1988 más poder a los tribunales islámicos. Tres años más tarde, el entonces primer ministro Mahathir Mohamad aseguró que Malasia ya era un "Estado/país islámico".
En enero, nueve ministros no musulmanes le entregaron al primer ministro Abdullah Badawi, más moderado que su antecesor Mahathir, un memorando urgiéndolo a enmendar la Constitución para garantizar mejor los derechos de las minorías. El jefe de gobierno se comprometió a impulsar una "legislación complementaria".
Pero, al parecer, las posiciones se han endurecido desde enero. Aun antes de que comenzara el foro del domingo, los manifestantes estaban decididos a suspenderlo.
"Estoy aquí para oponerme a cualquier intento de socavar los derechos islámicos", declaró un manifestante.
"Este foro fomenta la mentira", señaló otro.
También llevaban pancartas que rezaban, por ejemplo, "no al liberalismo, no a la Comisión InterFe" y "la ley de Dios invalida los derechos humanos". Otros cantaban "arriba el Islam" y "abajo la Comisión InterFe".
Pero los organizadores señalaron que el foro no tenía relación con la propuesta de crear la Comisión InterFe. Se trataba de la tercera reunión para analizar reformas constitucionales de corte secular, la tercera a nivel nacional respecto de la Constitución después de las realizadas en Kuala Lumpur y Malaca, sin incidentes.
"Lo atemorizante del comportamiento de los manifestantes es que fueron arengados por una o varias personas que suelen indignarse por asuntos importantes", sostuvo un participante del foro que pidió no ser identificado.
Los organizadores están preocupados de que la presión de la policía para que se suspendiera el foro deje de manifiesta su falta de preparación para defender sus derechos y los de los participantes.
"Al tratar de aplacar a los manifestantes y acceder a sus demandas, las autoridades los están impulsando a actuar del mismo modo en otra oportunidad", agregó.
También alertó que a menos que las autoridades "tracen una línea y se pongan firmes, cada vez habrán más circunstancias como éstas, con manifestaciones que perturban reuniones pacíficas".
Pero la policía se mostró favorable a los organizadores y sostuvo que su única intención fue conservar el orden público y evitar el enfrentamiento.
"Nadie pretende desafiar la posición constitucional privilegiada del Islam, pero hay un conflicto de competencias entre la shariá y los tribunales civiles", dijo a IPS, decepcionado, uno de los panelistas, el profesor de derecho constitucional Shad Saleem Faruqi.
El artículo 121 de la Constitución "separa ambas jurisdicciones. Pero no prevé los casos en que una de las partes es musulmana y la otro no", explicó
No hay directivas para estos casos y simplemente se necesita mayor claridad, como en cualquier otro ámbito legal del mundo donde "corrientes contrarias se enfrentan entre sí", sostuvo.
"La Constitución es un documento de compromiso recíproco que se debilita seriamente por falta de voluntad política de los dirigentes y falta de valor por parte del poder judicial para preservarla y defenderla", dijo Faruqui en un intento de definir el problema.
Pero esto requiere buena voluntad para escuchar, dialogar y llegar al otro y resolver algunos de estos problemas. Todo esto parecía escasear fuera del hotel el domingo.
El presidente de Aliran, P. Ramakrishnan, uno de los panelistas que no pudo hablar durante el foro, se excusó ante los participantes diciendo: "Somos muy religiosos para odiarnos pero no lo suficiente como para amarnos los unos a los otros", sostuvo.