El Tribunal Constitucional de Tailandia declaró nulas las polémicas elecciones parlamentarias del 2 de abril, poniendo así freno a la temida inclinación de este país hacia un sistema de gobierno unipartidista.
"El Tribunal entiende que la fecha de las elecciones fue inapropiada e injusta", y que "la organización de la votación por parte de la Comisión Electoral fue inconstitucional", dijo este lunes a periodistas el portavoz de la corte, Paiboon Varahapaitoon.
En primer lugar, los jueces decidieron, por ocho votos contra seis, declarar inconstitucionales los comicios, y luego, por nueve contra cinco, convocar a nuevas elecciones, cuya fecha aún está por definir. Se trata de un fallo sin precedentes en la historia de esta nación de Asia sudoriental de 64 millones de habitantes.
Los magistrados condenaron la labor de la Comisión Electoral, el organismo independiente encargado de organizar los comicios, porque no veló para que la votación fuera secreta. Los votantes colocaron sus boletas en urnas abiertas de un lado, a la vista de las demás personas.
"La democracia en Tailandia fue salvada por estos veredictos. Es un mensaje contra aquellos que quieren crear un estado unipartidista", dijo a IPS el director de la organización independiente Red Popular para las Elecciones en Tailandia (P-NET), Saiyud Kerdphol.
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P-NET fue uno de los grupos que presentó ante el Tribunal una petición contra los comicios de abril, cuestionando la forma en que el primer ministro Thaksin Shinawatra había convocado a elecciones de emergencia luego de disolver el parlamento en febrero. Profesores universitarios habían también entregado una petición similar.
Thaksin ordenó que los comicios se realizaran 37 días después de que disolvió la asamblea legislativa, cuando la Constitución establece un plazo mínimo de 45 días en estos casos.
"Esto abre una nueva vía para la política tailandesa, cuando los controles y los mecanismos de equilibrio en el parlamento son débiles. El público puede tener más fe en estas cortes después de esto y desafiar a los gobiernos que abusan del poder", dijo Sunai Phasuk, investigador tailandés de la organización internacional Human Rights Watch.
Los temores de que la democracia tailandesa terminara en el unipartidismo, como el caso de Singapur o los comunistas Laos y Vietnam, aumentaron tras los comicios de abril, donde el gobernante partido Thai Rak Thai (Tailandeses Aman a los Tailandeses, TRT) fue el único que se presentó en muchos distritos ya que la oposición boicoteó el proceso electoral.
El TRT ganó todos menos 10 de los 485 asientos en el parlamento, al obtener alrededor de 57 por ciento de los sufragios.
El resto de los votantes reprobaron al primer ministro a través de la práctica electoral denominada "no voto". Se trata de un mecanismo introducido en los años 90 en la legislación electoral tailandesa para dar otra opción además del voto anulado que exprese el rechazo a una lista de candidatos.
El TRT había también ganado las elecciones parlamentarias de febrero de 2005 y enero de 2001, en las que sí se habían presentado los partidos de oposición.
En febrero de este año, el rechazo a la administración de Thaksin llegó a su punto más álgido. Se organizaron manifestaciones callejeras en Bangkok para pedir su renuncia, a veces convocando hasta 100.000 personas.
El primer ministro era acusado de socavar las instituciones independientes encargadas de supervisar al gobierno, así como de abuso de poder, corrupción y nepotismo.
Thaksin entonces respondió disolviendo el parlamento y convocando a elecciones de emergencia.
Los tres principales órganos judiciales del país, la Corte Suprema, el Tribunal Administrativo y el Tribunal Constitucional, fueron inundados con peticiones de ciudadanos molestos con las polémicas elecciones.
Sin embargo, analistas señalan que Thaksin y su TRT no estarían hoy en esta situación si no fuera por el rey Bhumibol Adulyadej, quien dio un discurso a fines de abril en el que llamó al sistema judicial a poner fin al "desorden" en el que se encontraba el país..
"Ese discurso fue un mandato a los jueces para que hicieran su trabajo. Hasta entonces, los tribunales eran reacios a actuar. Incluso rechazaron las peticiones presentadas antes sobre las elecciones. No había institución a la que las personas pudieran quejarse por los abusos de poder del TRT", dijo a IPS la subdirectora de la organización no gubernamental Focus on the Global South (Enfoque en el Sur Global), Chanida Chanyapate.
Las cortes tailandesas han sido tradicionalmente conservadoras y rara vez se han atrevido a tomar decisiones que afecten el ambiente político. Las disputas sobre el poder por lo general han terminado con golpes militares desde que el país se convirtió en una monarquía constitucional en 1932.
La llegada del TRT a la escena política en 2001 y el control que ejerció sobre el parlamento durante estos últimos cinco años cambió la historia de Tailandia, hasta entonces gobernada por débiles coaliciones que a veces no permanecían siquiera un año en el poder.
"Ahora podemos comenzar a pensar qué clase de sistema democrático queremos, con todos los actores participando, en vez de que sea controlado por un solo partido", dijo Chanida.