Los 8.000 millones de dólares en apoyo económico y militar que recibieron cada mes del año pasado no libraron a Afganistán e Iraq de figurar entre los 10 Estados más débiles del mundo, según el índice elaborado por expertos estadounidenses.
El "Índice de Estados fracasados" identifica los países en que "el gobierno no tiene control efectivo del territorio, no es percibido como legítimo por una porción significativa de su población, no brinda seguridad interna o servicios públicos básicos a sus ciudadanos y carece de monopolio en el uso de la fuerza".
El Índice fue diseñado por los expertos de la revista Foreign Policy y el no gubernamental Fondo para la Paz para establecer el riesgo de conflicto violento y otras formas de colapso del Estado, más que el fracaso real.
En la segunda edición anual del Índice, correspondiente a 2006 y dado a conocer el martes en Washington, Iraq se ubica en el cuarto lugar —igual que en el Índice 2005—, detrás de Sudán, República Democrática del Congo y Costa de Marfil.
Pero las evaluaciones del Índice fueron concluidas antes de la escalada de violencia sectaria desatada tras el ataque con explosivos del 22 de febrero contra la Mezquita Dorada, santuario chiita en la septentrional ciudad iraquí de Samarra. Para muchos observadores, Iraq está desde entonces al borde de una guerra civil generalizada.
Afganistán pasó del puesto 11 al 10, inmediatamente detrás de su vecino Pakistán —que cuenta con fuerte apoyo de Estados Unidos— y de Haití, otro país con fuerte presencia militar estadounidense y receptor de gran cantidad de ayuda financiera del país norteamericano en los últimos dos años.
Entre los lugares cinco y siete, el estudio ubica a tres naciones subsaharianas: Zimbabwe, que el año pasado ocupaba el puesto 15, Chad, cuyo gobierno está amenazado por una rebelión militar e incursiones de milicias árabes respaldadas por Sudán, y Somalia, que aún carece de un gobierno central en funciones 12 años después de la retirada de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Seis de los 10 Estados más vulnerables y 11 de los 20 más "críticos" se encuentran en África subsahariana. A excepción de Haití, el resto están desparramados en Eurasia: Iraq y Yemen en Medio Oriente; Afganistán, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Birmania en Asia central y meridional, y Corea del Norte en Asia oriental.
El Índice, que se basa sobre una docena de indicadores sociales, económicos y políticos, está diseñado en parte a modo de advertencia temprana a la comunidad internacional sobre Estados que corren riesgo de fracasar, si no es que ya lo han hecho, como la colapsada Somalia.
Por cada indicador, a los países se les da un puntaje numérico entre uno (para el mejor desempeño) y 10 (para el peor). Sudán, por ejemplo, recibió un puntaje de 7,5 a su crecimiento económico, pero más de nueve en cada uno de los otros parámetros, lo que le reportó un total de 112,3.
El estudio de este año abarcó a 148 Estados. Los 40 más vulnerables fueron divididos en dos categorías: "críticos" y "en peligro". Los siguientes, que abarcan buena parte del mundo en desarrollo, Rusia y China, fueron ubicados "en el límite", mientras que el resto se dividió en "estables" y "los más estables".
En un hallazgo tal vez inesperado, Estados Unidos y buena parte de Europa fueron ubicados en la categoría de "estables", a la par de Costa Rica, Panamá, Argentina, Chile, Uruguay, Sudáfrica, Omán, Corea del Sur y Mongolia.
El desempeño relativamente pobre de Estados Unidos y Europa se basó principalmente sobre la existencia de "bolsones de fracaso" dentro de sus territorios.
Para ilustrar esos casos, el estudio menciona el área afectada por el huracán Katrina, que a fines de agosto de 2005 azotó la costa del golfo de México, en el sur de Estados Unidos, matando a 1.400 personas y causando daños por 200.000 millones de dólares.
En esa oportunidad, "la superpotencia del mundo dejó a miles de sus ciudadanos varados durante días".
El análisis del Índice publicado en Foreign Policy también menciona los disturbios que protagonizaron las comunidades de inmigrantes en Francia en el otoño (boreal) pasado.
Entre los países "más seguros" figuraron Canadá, Japón, Australia, Suiza, Austria, Irlanda, Holanda, Bélgica y las cuatro naciones escandinavas (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia).
Esta edición del "Índice de Estados fracasados" siembra dudas sobre principios básicos de política exterior del gobierno de George W. Bush. Por ejemplo, que elecciones democráticas necesariamente reafirmen la estabilidad del Estado.
Pese a que tanto en Iraq como en Afganistán se realizaron elecciones "exitosas", la estabilidad parece haberse deteriorado en ambos países, según el análisis de Foreign Policy.
Como ocurrió en Sri Lanka en noviembre, los comicios en Iraq parecen haber exacerbado la tensión entre comunidades religiosas, señala el análisis.
Pero los expertos enfatizaron que las principales razones el mal desempeño de Iraq en 2005 fueron el deterioro de la clase profesional del país, así como la intensificación de los conflictos religiosos.
En general, Iraq obtuvo un puntaje de 109 este año, significativamente peor que el de 103,2 del año pasado.
Entre los países con mayor diferencia en la evaluación entre un año y otro figuraron Zimbabwe (14 puntos más, del puesto 15 al cinco), y Pakistán, que pasó del puesto 34 al 15, principalmente por el impacto del terremoto del 8 de octubre, la creciente "tensión étnica" en la sudoccidental provincia de Baluchistán y "la incapacidad del gobierno para controlar áreas tribales en la frontera afgana".
Entre países más estables, el aumento de conflictos civiles en Nigeria y China representó 10 puntos más para ambos, lo que les valió un ascenso en la escala.
Nigeria, que se ubicó en el puesto 54 el año pasado, quedó en el 22 y cerca de la cima de la categoría "en peligro" este año. China, que en 2005 estuvo en el lugar 75, ascendió al puesto 57, principalmente debido a la brecha cada vez mayor que existe entre ricos y pobres y a la tensión resultante.
El mayor progreso hacia la estabilidad fue alcanzado por Venezuela, que pasó del puesto 22 y de estar en la categoría "en peligro" en 2005 al puesto 64 y a la categoría "en el límite".
"Aunque las políticas económicas del presidente Hugo Chávez pueden no haber beneficiado a la mayoría de los venezolanos, su apasionada retórica antiestadounidense, combinada con los elevados precios del petróleo, lo han ayudado a consolidar el poder y estabilizar el país, al menos en el corto plazo", según el análisis de Foreign Policy que, significativamente, es editada por Moisés Naim, ex ministro de Comercio e Industria de Venezuela y manifiesto crítico de Chávez.
Otros países que mejoraron notoriamente su desempeño el año pasado fueronRepública Dominicana, Guatemala y Bosnia-Herzegovina.
Mientras Haití cayó en la zona "crítica", Colombia fue el único país latinoamericano clasificado como "en peligro". Sin embargo, también mejoró su posición: el año pasado ocupó el lugar 14 y este año pasó al 27.
Además de Colombia, Bosnia-Herzegovina y Nigeria, otros países "en peligro" incluyeron a Uzbekistán y Tayikistán en Asia central, Laos, Sri Lanka e Indonesia en Asia meridional y sudoriental, Egipto y Siria en el mundo árabe, Angola, Camerún y Burkina Faso en África occidental, y Etiopía, Kenia y Uganda en África oriental.
Los indicadores sociales usados por el Índice incluyeron estadísticas sobre densidad de población en relación con los recursos vitales, el desplazamiento forzoso de grandes sectores de la población, y la existencia, intensidad y legado de divisiones comunitarias.
Los indicadores económicos incluyeron el crecimiento (o caída) del ingreso por habitante y la proporción en que se benefician del eventual crecimiento los diferentes sectores de la población.
Los indicadores políticos, por su parte, consideraron parámetros de gobernanza, como el alcance de la corrupción, la eficiencia de los servicios públicos, el régimen de derecho, la fragmentación de las elites gobernantes por líneas grupales, el control civil sobre las fuerzas de seguridad y la intervención de estados extranjeros u otras fuerzas.