Una ola de llamados a la violencia antiinmigrante sirve en Estados Unidos de telón de fondo al clamor por la regularización de 11 millones de trabajadores indocumentados.
Este fenómeno reúne la retórica violenta de dirigentes nacionalistas y conductores de programas radiales y de televisión, así como agresiones reales contra los inmigrantes.
El 27 de abril —en las vísperas de la masiva protesta del 1 de mayo denominada "el gran boicot" o "día sin inmigrantes"—, un millar de personas asistieron a un acto denominado "Desmagnetizar Estados Unidos" en la localidad de Franklin, en el oriental estado de Tennessee.
Allí, un conductor de radio de Nashville, Phil Valentine, exhortó a la Patrulla Fronteriza estadounidense a considerar la posibilidad de disparar contra inmigrantes indocumentados apenas cruzan el límite desde México.
La directora de la antiinmigrante Federación para la Reforma Migratoria de Estados Unidos (FAIR), Susan Tully, "se rió entre dientes, mientras la multitud rompía en aplausos", según un informe publicado en el sitio web de la Iniciativa para la Construcción de la Democracia del Centro para la Nueva Comunidad.
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El acto fue emitido en directo por la emisora de radio de Valentine, SuperTalk 99.7 WTN.
El Centro para la Nueva Comunidad "fue la primera organización que informó", sobre las declaraciones de Valentine, dijo a IPS Devin Burghart, experto en nativismo de esa organización radicada en Chicago.
Nativismo es la denominación de un movimiento político y cultural estadounidense originado en el siglo XIX, integrado entonces por blancos protestantes de origen anglosajón opuestos a la inmigración europea. Esa corriente se alimentaba de un intenso rechazo a los católicos.
El Centro para la Nueva Comunidad recibió varios informes sobre veladas amenazas de violencia proferidas por conductores de programas radiales de otras partes del país, además de Tennessee, indicó Burghart.
Brian James, conductor de la KFYI, una emisora de AM de la ciudad de Phoenix, sugirió al aire el mes pasado que una solución al problema migratorio en el meridional estado de Arizona sería matar a los inmigrantes indocumentados a medida que cruzaban la frontera, agregó el experto.
"Lo que haremos será tomar una noche por semana al azar y mataremos a cualquiera que cruce la frontera", dijo James, según el relato de Burghart. "Pasas por ahí y mueres. Debes decidir si ésta es tu noche de suerte o no. Creo que así sería más divertido."
"James dijo que sería 'feliz sentándome allí con mi rifle de alta potencia y mi mira de visión nocturna' para matar a las personas que crucen la frontera. También sugirió que los miembros de la Guardia Nacional disparen contra los inmigrantes ilegales y reciban '100 dólares por cabeza'", dijo el experto del Centro para la Nueva Comunidad.
Aun peor que la violencia retórica son los incidentes de ataques y golpizas.
"Hace poco, dos skinheads (cabezas rapadas) simpatizantes del 'poder blanco' atacaron brutalmente a un latino de 16 años en el suburbio de Spring, en Hoston, Texas. Lo violaron sexualmente con un caño de plástico y le pisotearon la cabeza con las botas, mientras le maldecían por ser mexicano", relató Burghart.
Dos organizaciones de derechos civiles —el Centro Legal Sureño de la Pobreza (SPLC) y la Liga Antidifamatoria— documentaron en sendos informes el aumento reciente de la violencia y de las amenazas contra inmigrantes indocumentados.
El SPLC informó que la dirigente Laine Lawless, de la organización antiinmigrante Guardianes Fronterizos, ha llamado en reiteradas ocasiones a ejercer la violencia contra los trabajadores indocumentados.
Lawless envió el 3 de abril un mensaje por correo electrónico a Mark Martin, "comandante" de la "unidad de Ohio occidental" del Movimiento Nacionalista Socialista. La misiva se titulaba "¡Cómo SACÁRNOSLOS DE ENCIMA!".
Lawless, integrante de la milicia liderada por Chris Simcox antes de que pasara a llamarse Proyecto Minutemen a comienzos de 2005, sugirió varias maneras de hostigar y aterrorizar a los inmigrantes indocumentados, incluidos el robo y las golpizas a la salida de las fábricas.
"Hagamos que todo extranjero ilegal sienta el bochorno de carecer de estatus. Escuché que los rednecks (campesinos blancos de los estados sureños) están golpeando ilegales y que las fábricas textiles cierran. Usen su imaginación", escribió Lawless.
"Desaliente a los niños que hablan español de ir a la escuela. Sean creativos", agregó.
"Lancen una campaña anónima de propaganda advirtiendo que cualquier nuevo inmigrante ilegal recibirá balazos, será mutilado o seriamente golpeado al cruzar la frontera. Sería bien fácil hacerlo, considerando la histeria de la prensa en español, y cómo califican a los Minutemen de 'racistas y patrulleros'", agregó.
En su informe titulado "Extremistas declaran 'temporada de caza' de inmigrantes: Hispánicos son blanco de incitación y violencia", la Liga Antidifamatoria examina "cómo supremacistas blancos, skinheads racistas y otros identificados con la extrema derecha usan el debate nacional sobre la reforma migratoria como medio para alentar a quienes piensan parecido a ellos a manifestar sus ideas, e incluso a cometer actos de violencia".
"Este informe nos recuerda que hay una conexión directa entre el debate nacional y la atmósfera que rodea la vida diaria de los inmigrantes", dijo el director nacional de la Liga, Abraham H. Foxman.
Políticos contrarios a la inmigración y varias figuras conocidas a través de canales de televisión por cable han contribuido con la creciente toxicidad del clima antiinmigrante.
La organización de periodistas Imparcialidad y Exactitud en la Información (FAIR) advirtió que el conductor de la cadena de noticias por cable CNN Lou Dobbs, del programa "Lou Dobbs Tonight", ha azuzado regularmente los sentimientos antiinmigrantes de su audiencia.
"El tono de Dobbs es consistentemente alarmista. Alerta a su público que los inmigrantes mexicanos se ven a sí mismos como un 'ejército invasor' que intenta reanexar a su país de origen parte del territorio del sudeste de Estados Unidos", sostuvo FAIR en un comunicado.
Además, el conductor suele identificar a los inmigrantes con el contrabando, el tráfico de drogas y la "importación mortal de enfermedades como lepra y malaria", según la organización.
Burghart, por su parte, consideró que "el uso flagrante de estos llamados a la violencia es sintomático de un movimiento nativista de creciente desesperación y radicalidad".
"Este nuevo nativismo se arraiga en la violencia: desde la histérica retórica de la 'invasión' y la 'guerra civil', pasando por las teorías racistas conspirativas de la 'reconquista', hasta los llamados a las milicias a 'atrapar' inmigrantes y cosas peores", advirtió el experto.
"Siempre han estado allí. El actual contexto se ha limitado a empujar esa violencia subyacente a la superficie", concluyó Burghart.
(*) Bill Berkowitz es un connotado observador del movimiento conservador estadounidense. Publica periódicamente la columna "Conservative Watch" en la revista electrónica WorkingForChange.org.