Montenegro se convirtió en el primer nuevo estado independiente de Europa en el siglo XXI después de que una mayoría decidiera por referéndum separarse de Serbia. Ahora, el objetivo es entrar a la Unión Europea (UE).
De acuerdo con los resultados parciales que dio a conocer la Comisión Republicana de Referéndum en las primeras horas de este lunes, 55,4 por ciento de las 485.000 personas que acudieron a las urnas el domingo se pronunciaron a favor de la independencia.
La UE había solicitado un mínimo de 55 por ciento de sufragios a favor de la separación en las conversaciones previas con el primer ministro montenegrino Milo Djukanovic y con la oposición proserbia liderada por Predrag Bulatovic.
"Esta votación representa la última ruptura con la antigua Yugoslavia, que comenzó en 1991, pero esta vez sin guerra ni derramamiento de sangre", dijo a IPS el analista local Srdjan Darmanovic.
Yugoslavia, otrora integrada por Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia, comenzó a desintegrarse a principios de los 90 a causa de una guerra que arrojó más de 100.000 muertos.
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Únicamente Serbia, con una población de 7,5 millones de habitantes, y el pequeño Montenegro, con 620.000, permanecieron unidos en lo que a partir de 1992 se llamó República Federal de Yugoslavia, y que desde 2002 pasó a denominarse Serbia y Montenegro.
Un acuerdo patrocinado por la UE estableció que Montenegro podría organizar un referéndum para decidir si permanecería ligado a Serbia.
"Todo sucedió conforme a los más altos estándares democráticos. Nuestra independencia es importante para nuestro futuro en Europa", destacó Djukanovic en las primeras horas de este lunes.
Tanto Serbia como Montenegro quieren integrarse a la UE, para lo cual ya estaban manteniendo negociaciones por separado. Sin embargo, no se espera que se concrete la integración como miembro pleno de ninguno de los dos sino hasta dentro de siete u ocho años.
Djukanovic dijo este lunes que "la integración a la UE y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) tendrán máxima prioridad", y subrayó su deseo de que Montenegro sea el primer país balcánico en sumarse al bloque europeo.
"Votar por la independencia es una cosa, obtener el reconocimiento internacional como nación independiente es otra muy diferente", explicó a IPS un diplomático europeo en Podgorica.
"Ahora tendrán que haber negociaciones con Belgrado sobre cómo dividir la propiedad común, embajadas, depósitos extranjeros y también cómo definir las relaciones con Serbia. De cualquier manera, todo tiene que hacerse con mucha delicadeza pues deben mantenerse la paz y la estabilidad en la región", indicó.
Resta aún que observadores internacionales como la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) confirmen los resultados del referéndum.
"Se trata de desmantelar un Estado, después de todo", sostuvo el diplomático.
La mayoría de los dirigentes políticos serbios recurrieron al nacionalismo para defender la unión de ambos países. Serbios y montenegrinos son los parientes más cercanos en los Balcanes, ya que comparten una larga historia en común, así como la misma religión: la serbio-ortodoxa. El bloque proserbio sigue teniendo mucho peso en Montenegro.
El analista Zoran Lutovac, de Belgrado, considera que la situación será ahora más fácil para Serbia.
"De acuerdo con la Constitución de Serbia y Montenegro, patrocinada por la UE, los serbios heredarán el estatus legal, la pertenencia a la Organización de las Naciones Unidas y a otros organismos internacionales. Por eso, los montenegrinos tienen muchas negociaciones por delante. Pero primero deben ser reconocidos como estado independiente. Es un proceso que lleva tiempo", dijo a IPS Lutovac.
"Serbia tiene una clara ventaja después del voto por la independencia en Montenegro. Puede declararse independiente sólo con unas pocas enmiendas legales", explicó a la prensa el magistrado del Tribunal Constitucional de Serbia Slobodan Vucetic.
Sin embargo, no todos están contentos en Montenegro.
"Los problemas reales no se solucionarán con la independencia. La gente seguirá sin trabajo, la industria parada y el nivel de vida seguirá siendo bajo. Uno no alimenta a sus hijos con independencia", dijo a IPS Milo Savicevic, un mecánico de 32 años.
El desempleo en Montenegro es superior a 30 por ciento.
Otros temen que Serbia imponga matrículas más altas a los 20.000 estudiantes montenegrinos inscriptos en sus instituciones o que aumente los costos para los pacientes que se atienden en sus hospitales.
"Si no nos tratamos como extraños, todo va a estar bien. Pero dudo que eso pase alguna vez. Después de todo, somos hermanos viviendo a casas separadas", sostuvo Mirjana Dabic, una profesora de 55 años.