El presidente de México, Vicente Fox, aplaudió la aprobación en el Senado de Estados Unidos de una reforma que daría residencia legal a unos siete millones de inmigrantes, pero activistas y expertos advierten que aún no debe cantarse victoria y critican el alcance de ese proyecto con media sanción.
"No hay porqué estar contentos. La reforma no es lo esperado y ahora viene quizá lo más difícil del proceso legislativo", dijo a IPS Oswaldo Franco, abogado mexicano en temas migratorios.
Fue un "día histórico, de fiesta, un día maravilloso", declaró Fox, en cambio, luego de que el Senado estadounidense aprobó en la noche de la víspera una reforma, que implica, entre otras cosas, otorgar residencia a unos siete millones de trabajadores indocumentados, la gran mayoría de ellos mexicanos, y la entrega de 200.000 visas de empleo temporal por año.
El proyecto con media sanción también establece el aumento de la seguridad en la frontera sur, con vigilancia militar y la ampliación de muros.
"Creo que fue un gran paso el que se tomó en el Senado, es mérito de todos y mi reconocimiento al presidente (de Estados Unidos, George W.) Bush, porque 'se fajó como los buenos' (se mantuvo firme y apoyó hasta el final)" la reforma, señaló el mandatario mexicano en el occidental estado de California, donde este viernes culmina una gira de cuatro días por ese país vecino del norte.
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La reforma del Senado, que aún debe conciliarse con otra de la Cámara de Representantes que criminaliza a los inmigrantes sin documentos, apunta a brindar permisos de residencia permanente a los extranjeros que tengan más de cinco años viviendo en Estados Unidos.
También establece que los inmigrantes que llevan dos años o menos en el país tendrán que marcharse y los que llevan entre dos y cinco años podrán aspirar a una visa de trabajo temporal, aunque deberán volver a sus lugares de origen y seguir igual procedimiento que cualquiera que busque un ingreso autorizado.
En esa situación están entre tres millones y cinco millones de personas, la mayoría mexicanos y de otros países latinoamericanos, según estimaciones.
El presidente de El Salvador, Antonio Saca, fue más cauto que Fox. "Es un paso hacia adelante en lo que va a hacer una larga batalla para conseguir los beneficios que favorezcan a nuestros compatriotas que viven en Estados Unidos", señaló al referirse a la aprobación de la reforma.
El legislador James Sensenbrenner, del gobernante Partido Republicano y autor de la iniciativa aprobada en la Cámara de Representantes, criticó este viernes la sanción del Senado por considerar que otorga una amnistía a los inmigrantes.
Por su parte, su colega y correligionario en la cámara alta, Jeff Sessions, hizo votos por que la normativa se "rescriba" con un enfoque "completamente distinto".
Está previsto que los debates para concertar la reforma entre miembros del Senado y de la Cámara de Representantes se realice a partir de junio. Luego, será el presidente Bush el que deberá firmar o vetar la nueva normativa.
Los gobiernos de América Latina y el Caribe, región de donde son originarios unos 42,7 millones de personas que viven en Estados Unidos, siguen con expectativa el proceso legislativo en ese país.
México lidera desde enero reuniones periódicas entre delegados de los gobiernos de Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana para analizar el tema y buscar la forma de influir en los debates.
Con ese objetivo, Fox realizó esta semana una visita a Estados Unidos, donde se reunió con activistas, legisladores y gobernadores. Algo similar realizará en fecha aún no prevista el presidente de Guatemala, Oscar Berger, según anunció el canciller de ese país, Jorge Briz.
Los gobiernos del área pasaron los últimos meses del optimismo moderado a la preocupación al seguir los debates legislativos y las medidas que tomó Washington en materia de inmigración.
Se estima que entre 10 millones y 12 millones son los extranjeros sin documentos requeridos que viven en Estados Unidos, cifra que aumenta cada año en alrededor de 400.000.
Los latinoamericanos y caribeños han enviado a sus familiares 45.000 millones de dólares en remesas en 2004, el doble del monto registrado una década atrás, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Bush informó el 15 de este mes que distribuirá 6.000 soldados de la Guardia Nacional, la más antigua fuerza militar de ese país, a lo largo de los 3.200 kilómetros de frontera con México para coadyuvar a frenar el ingreso de personas indocumentadas. Dos días después de ese anuncio, el Senado aprobó la construcción de 595 kilómetros de nuevos muros en esa línea limítrofe.
"Aunque la reforma migratoria resultante de los debates puede ser la más importante de los últimos 20 años, no será la que espera América Latina ni la que ya celebra Fox", advirtió el abogado Franco.
La presidenta del no gubernamental Consejo Nacional de la Raza, Janet Murguía, dijo a IPS desde la ciudad estadounidense de Nueva York, que, aunque "el Senado votó por colocar a millones de inmigrantes en la ruta de la legalización", hay puntos de la reforma aprobada que no satisfacen.
Además, aún falta ver el resultado final del proceso legislativo y es ahí cuando habrá que evaluarlo, expresó la portavoz del Consejo, uno de los grupos de latinos (por latinoamericanos) de mayor influencia en Estados Unidos.
La última reforma migratoria importante en ese país, que favoreció con una amnistía a los extranjeros indocumentados, gran parte de ellos mexicanos, fue firmada en 1986 por el entonces presidente Ronald Reagan (1981-1989), tras cinco años de discusión en el Congreso.
Según el ex canciller mexicano Jorge Castañeda, la última aprobación de las reformas migratorias en el Senado de Estados Unidos es "un triunfo de Fox" y de los inmigrantes y los activistas que en los últimos tres meses realizaron masivas movilizaciones territorio estadounidense.
Castañeda recordó que el mandatario mexicano planteó a Washington el tema migratorio desde que asumió la presidencia en 2000.
Observadores locales sugieren que Fox, quien dejará su cargo en diciembre, y su partido, el conservador Acción Nacional, se verán favorecidos electoralmente si finalmente Estados Unidos abre las puertas de la legalización para los inmigrantes.
El 2 de julio se elegirá al sucesor del presidente mexicano y según las últimas encuestas, quien lleva la delantera en las preferencias de los votantes es el candidato oficialista Felipe Calderón.
Lo sigue de cerca el izquierdista Andrés López Obrador, quien acusa a Fox de haber sido un "pelele" de Estados Unidos y de fracasar ante ese país en su pedido de legalización de los inmigrantes.