INDIA: Una nueva generación Gandhi

Con el resonante triunfo de Sonia Gandhi en las elecciones legislativas en el distrito indio de Rae Bareli, baluarte de la familia Nehru-Gandhi, el gran ganador fue su hijo Rahul, máxima figura de la cuarta generación de esta mítica dinastía.

El jueves se conocieron los resultados de las elecciones legislativas parciales realizadas el domingo en cinco estados de India.

Sonia Gandhi, nacida en Italia, obtuvo 474.891 de los 590.026 votos escrutados, en la victoria más abrumadora de su dinastía en el polvoriento distrito electoral de Rae Bareli, en el corazón del septentrional estado de Uttar Pradesh.

La votación superó, incluso, las de su suegra, Indira Gandhi (1917-1984), primera ministra en dos periodos asesinada en ejercicio de la jefatura de gobierno.

Los laureles del récord de Sonia Gandhi se los lleva Rahul, de 35 años, quien actuó como jefe de campaña de Sonia, en una estrategia destinada a allanar el camino para que en el futuro cumpla un papel principal dentro del gobernante Partido del Congreso, presidido por su madre.
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Rahul ya es miembro del parlamento. Obtuvo su banca en las elecciones generales de 2004, en el adyacente distrito de Amethi, otrora bastión de su padre, el carismático Rajiv Gandhi (1944-1991), también primer ministro asesinado en ejercicio en un ataque suicida.

Pero hasta estos comicios, la presencia de Rahul en los medios de comunicación se refería a su afición por las carreras de automóviles en pistas de aterrizaje abandonadas y por su novia latinoamericana.

El jueves, en las manifestaciones de celebración de la victoria, Rahul fue visto sobre el techo de un vehículo utilitario deportivo con su hermana Priyanka, acompañada de su esposo, Robert Vadra, lo que dejaba en evidencia el carácter familiar de la pasada campaña.

Antes era Priyanka, como agente electoral de su madre, la señalada como posible sucesora del legado de los Gandhi, pero ella misma dijo que prefería concentrarse en el trabajo social.

"En mi familia no hay rivalidades entre hermanos. Siempre somos uno. Siempre fuimos uno. Y siempre lo seremos", dijo Rahul Gandhi, consultado sobre la posibilidad de ser eclipsado por su hermana.

"Todos los créditos deberían ir para mi hermano, que trabajó muy duramente. Fue un trabajo excelente", opinó Priyanka Gandhi.

Ahora, Rahul Gandhi afronta la tarea de recuperar para el Partido del Congreso el gobierno del estado de Uttar Pradesh, donde se encuentran Amethi y Rae Bareli.

También en ese estado, de 170 millones de habitantes, se ubica la localidad de Allahabad, cuna de la dinastía Nehru-Gandhi.

Uttar Pradesh fue bastión del Partido del Congreso durante un siglo entero, desde el momento en que se puso al frente del movimiento independentista contra el régimen colonial británico hasta los primeros años 80, cuando el estado quedó dividido por rivalidades religiosas y de castas.

Pasó entonces a ser un partido del montón, muy por detrás del hinduista Samajwadi —hoy al frente del gobierno del estado—, Bahujan Samaj —representante de los intereses de los dalits ("intocables", según el sistema de castas hindú)— y el conservador y también hinduista Bharatiya Janata, el principal de la oposición nacional.

La caída del Partido del Congreso en Uttar Pradesh, se debió a su incapacidad para impedir que los partidarios y aliados de Bharatiya Janata demolieran la medieval Mezquita Babri, ubicada en el distrito de Faizabad.

El episodio rasgó el universalmente reconocido tejido secular de India e impulsó el crecimiento del fundamentalismo hindú, para beneficio de Bharatiya Janata, eclipsando el poderío del Partido del Congreso en Uttar Pradesh y en la mayor parte de India septentrional.

"La incursión de Rahul Gandhi en Rae Bareli y en Amethi entusiasmó a las bases del Partido del Congreso hasta cierto punto, pero la falta de organización y de medios siguen siendo importantes obstáculos en el camino hacia la recuperación de la popularidad", dijo la analista política Neerja Chowdhary.

Una encuesta de popularidad indicó en febrero un viraje de la ciudadanía en favor de Rahul, pero mantener esa tendencia dependerá del rol que le asigne el partido desde ahora y hasta las elecciones del año próximo en el estado, según Chowdhari.

La mejor imagen que Rahul puede proyectar es la de un hombre joven, inteligente, de rostro fresco, que hace campaña pese a los 44 grados de temperatura del verano de India septentrional, abriéndose paso entre las multitudes, sin importarle que pueda haber asesinos apuntando contra la esperanza de la familia Nehru-Gandhi y el Partido del Congreso.

"No tengo miedo de morir", grita por encima del barullo de tambores, petardos y cánticos de eslóganes, como para que lo escuchen los periodistas pendientes de cada palabra pronunciada por este joven que fácilmente podría convertirse en primer ministro en un futuro no demasiado lejano.

En estado de alerta, guardaespaldas armados se ocupan de cuidar su seguridad.

Rajiv Gandhi fue asesinado por un suicida enviado por los insurgentes Tigres Tamiles de Sri Lanka, a causa del involucramiento militar de India en el conflicto étnico de la isla.

En 1984, su abuela, Indira Gandhi, fue muerta de un balazo por uno de sus propios guardaespaldas, de la etnia sij, para vengar una redada militar ordenada por ella en el templo dorado sij de Amritsar, para hacer salir a insurgentes que lo habían convertido en una fortaleza armada.

Permanecer vivo es una cosa, pero sobrevivir políticamente en la complicada India es otra cosa bien diferente.

Rahul ya dio un paso importante al no comprometerse en la polémica por el aumento de hasta 50 por ciento en las reservas en elitistas instituciones técnicas, administrativas y médicas, así como en trabajos del gobierno, para dar lugar a grandes grupos de castas rurales que reclaman una tajada más grande de la torta del desarrollo.

La propensión de Rahul y de Sonia a adherirse a sus distritos en Uttar Pradesh detuvo el crecimiento del partido en ese estado. Analistas políticos dicen que esto es típico del la confusa estrategia del Partido del Congreso en un estado complejo como éste.

La actual cosecha de dirigentes del Partido del Congreso en Uttar Pradesh, comenzando por el jefe estatal del partido, Salman Khursheed, son políticos urbanos, desacostumbrados a los rigores de trabajar duramente para hacer una campaña en las vastas áreas rurales, donde reside la mayoría de los votantes.

El ingreso de Rahul al escenario de Uttar Pradesh constituye una buena secuencia de imágenes para la televisión, el hecho es que ni él ni su venerable partido tienen idea de cómo recuperar el interior político de India.

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