La negociación con ETA para que abandone la violencia se encuentra en el umbral de un largo e intrincado camino, como lo indican las críticas surgidas desde variados sectores al anuncio realizado al respecto por el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
La agrupación Batasuna, brazo político de ETA, reclamó que la justicia no actúe contra sus dirigentes, mientras que el centroderechista Partido Popular (PP), la principal fuerza de oposición, rechazó el inicio de negociaciones hasta que el grupo terrorista no abandone efectivamente las armas.
Esas fueron dos de las primeras respuestas a la alocución del domingo de Zapatero, en un acto de su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el País Vasco, donde dijo que en junio informará a las fuerzas políticas sobre el inicio del diálogo con ETA.
Zapatero fue autorizado el 17 de mayo de 2005 por el Parlamento a negociar un camino de paz con la condición, expuesta por él mismo, de que antes ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence) declarase expresamente que abandonaba la violencia y que entregase las armas.
ETA anunció el 22 de marzo, mediante un comunicado, "un alto el fuego permanente", pero no el abandono definitivo de la violencia.
A pesar de la ambigua declaración, desde el gobierno español se manifestó la esperanza de que se siguiese avanzando.
El optimismo oficial está basado, al parecer, en informes del servicio de inteligencia que indican que ETA está muy debilitada y que por ello pareciera no quedarle otro camino que negociar y abandonar la violencia, a cambio de la libertad de sus presos y el retorno sin persecución de los exiliados.
El grupo de origen vasco hace tres años que no comete ningún asesinato, aunque sí ha colocado artefactos explosivos que sólo han causado daños materiales en diversos lugares, dentro y fuera del País Vasco, una de las 17 comunidades autónomas en que está organizada España.
También continúa extorsionando a los empresarios vascos, exigiéndoles que paguen lo que denomina "impuesto revolucionario", para lo cual en abril llegó a enviar cartas a los mismos con fotografías de sus hijos menores de edad saliendo de los institutos de enseñanza.
Empero, dos dirigentes de ETA entrevistados una semana atrás por el diario Gara, próximo a esa organización, señalaron que no esa práctica no es una extorsión sino "una ayuda de personas comprometidas".
"ETA garantiza que ese dinero será utilizado a favor de la libertad y la construcción de Euskal Herría (País Vasco). En ese sentido situamos las peticiones monetarias", explicaron.
Fuentes gubernamentales dijeron a IPS que la comparecencia de Zapatero ante el Congreso de Diputados para comunicar "el inicio del proceso de diálogo" se producirá siempre y cuando "no haya hasta entonces ningún acontecimiento que lo impida".
Ese impedimento podría ser un atentado del grupo terrorista o la agudización de manifestaciones violentas en calles de ciudades del País Vasco impulsadas por Batasuna, partido que fue ilegalizado por apoyar públicamente la violencia etarra.
El domingo, al hablar en un acto organizado por la sección vasca del gobernante PSOE en la ciudad de Baracaldo, Zapatero calculó en "al menos tres o cuatro años" el proceso de diálogo que se iniciaría dentro de un par de meses.
En ese proceso, precisó, "la paz y la convivencia han de ser fruto de un esfuerzo compartido, ya que nadie puede intentar ir una cabeza por delante".
También señaló que se tomará el tiempo necesario para asegurarse de que cada paso sea "irreversible en la buena dirección", con la condición de que la paz no tenga precio político y que "la banda", como calificó a ETA, abandone expresamente el uso de la violencia.
Pero ya el líder de Batasuna, ex preso etarra y con otros procesos judiciales en su contra, Arnaldo Otegui, calificó la situación actual de "extrema gravedad" y exigió, el mismo domingo, que el gobierno intervenga para impedir las acciones judiciales en contra suya y de ocho miembros de la directiva de su partido.
Aunque en España es reconocida la independencia de los poderes públicos, Otegui afirmó que "la agresión continua contra la izquierda abertzale (nacionalista de izquierda) por las instancias judiciales del Estado español debería haber desaparecido hace tiempo".
Además exigió que esa formación ilegalizada forme parte de la Mesa de Partidos que dialogará acerca del fin de la violencia, algo que difícilmente podrá aceptar el gobierno si previamente ETA no anuncia el abandono definitivo de la violencia.
Otegui, por su parte, anticipó que, si no participa en esa mesa, "sencillamente no habrá proceso de diálogo".
Desde el PP, su secretario general, Ángel Acebes, declaró en un acto público que Zapatero no debe someterse "al chantaje de una banda terrorista" y que "con ETA lo único que se puede hacer es acreditar su disolución y su entrega definitiva e irreversible de las armas". Porque, explicitó, "no se debe negociar con quien amenaza volver a matar, ni pagarles ningún precio político".
Tanto el gobierno como las fuerzas de oposición se oponen a considerar siquiera la principal demanda de ETA, la independencia del País Vasco, excepto el moderado Partido Nacionalista Vasco que gobierna en esa comunidad y los minoritarios Izquierda Republicana de Cataluña y el Partido Nacionalista Gallego.
Desde la sociedad civil, la Asociación de Víctimas del Terrorismo convocó a una manifestación que realizará el mismo día que el presidente del gobierno asista al Congreso, convocada bajo el lema "memoria, justicia y dignidad", para oponerse a que pongan en libertad a los condenados por asesinatos.
El presidente del Gobierno Autónomo Vasco, Juan José Ibarretxe, también mostró este fin de semana una doble faz.
Por un lado dijo que se pueden actualizar los derechos históricos de su región "sin cambiar la Constitución".
Por otra parte, Ibarretxe se refirió al referéndum sobre la independencia de Montenegro de Servia, votada el domingo, y subrayó que "es posible que haya alguien que se moleste al ver que el derecho a decidir (independencia o no) sirve para resolver un problema político en el corazón de Europa y además admitido por la propia Unión Europea".
Una noticia exclusiva publicada el domingo por el madrileño diario El País informó de que desde hace dos años y medios dirigentes de Batasuna se están adiestrando en Sudáfrica en estrategias de negociación política, siguiendo así los pasos del Sinn Fein, el brazo político del Ejército Republicano Irlandés, que negoció con el gobierno de Gran Bretaña la paz en Irlanda del Norte.
Joseba Álvarez y Fernando Barrena, dirigentes de Batasuna, así como un dirigente de ETA, cuyo nombre no fue revelado, se reunieron con miembros del Congreso Nacional Africano (CNA), el partido del premio Nóbel Nelson Mandela.
En esa reunión también participaron profesionales surafricanos en resolución de conflictos, contratados para preparar a los etarras para el proceso de paz que se iniciaría en España.
En síntesis, se estaría iniciando un proceso largo, tan largo que Zapatero anticipó que no concluiría durante este mandato gubernamental, que finalizará en 2008 a menos que se convocasen elecciones anticipadas, lo que nadie prevé.
Un camino largo y complicado, porque a las demandas políticas de ETA se unen la de sus víctimas, que reclaman justicia y que se condene a los victimarios, entre otros escollos.