CUBA: Cautela opositora ante plan de transición de Payá

Sectores moderados de la disidencia interna de Cuba recibieron con precaución y escepticismo una propuesta del opositor Oswaldo Payá para reformar la Constitución e introducir elementos que aseguren una futura transición democrática en el país.

Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), afirmó a la prensa extranjera acreditada en este país que el programa denominado Todos Cubanos, es el resultado de un diálogo nacional en el cual participaron unas 12.000 personas, cinco por ciento de las cuales residen en el exterior.

El proyecto se expone en un documento de 170 páginas y abarca cuatro componentes: la Constitución de la República modificada, un plan de cambios, una nueva ley electoral y otra de asociaciones.

"Este programa es sólo una propuesta que puede servir como instrumento de cambios, pero solamente lo será si los cubanos lo aceptan, lo perfeccionan y lo aprueban legalmente en un referendo convocado por la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral)", explica el texto dado a conocer a la prensa extranjera en la víspera.

"Todo proyecto de cambio es bienvenido porque expresa madurez de la sociedad civil cubana, pero creemos que no existen las condiciones necesarias para sentarnos a dialogar", dijo este jueves a IPS Manuel Cuesta Morúa, vocero de la Arco Progresista, una coalición de agrupaciones afines a la socialdemocracia.

En su opinión, la iniciativa de Payá parte de una propuesta ya definida y elaborada, que puede ser renovada, ampliada, pero también rechazada o vista por un sector de la sociedad cubana. "Las experiencias pasadas indican la necesidad de una lógica gradualista para abrir un espacio, sin ideas preconcebidas", dijo.

Al respecto, Cuesta Morúa puso como ejemplo el Proyecto Varela, de reforma constitucional, también presentado por Payá hace cuatro años al parlamento que fracasó porque "no pudo alcanzar los objetivos que planteaba".

Esa iniciativa preveía la convocatoria a un referendo sobre la libertad de expresión y de asociación, una nueva ley electoral, comicios generales y amnistía para los presos políticos.

En el marco de su visita a Cuba, en mayo de 2002, el ex presidente estadounidense James Carter (1977-1981) sacó ese proyecto del anonimato interno en que se mantenía al referirse a él en un discurso radiotelevisado a todo el país.

"Carter hizo abortar esa propuesta. Su defensa pública alimentó la idea de que se trataba de una iniciativa proveniente de Estados Unidos", comentó Cuesta Morúa.

Ahora, al anunciar que ostra vez enviará a Carter una copia del nuevo plan de transición, Payá aclaró que cuando el ex mandatario viajó a La Habana el Proyecto Varela ya "estaba hecho".

En junio de 2002, un mes después de que el Proyecto Varela fue entregado con el respaldo de 11.020 firmas, una reforma constitucional que declaró irrevocable el socialismo en el país fue aprobada con la adhesión de 8.165.320 ciudadanos mayores de 16 años, 98,97 por ciento de los habilitados en ese entonces, según datos oficiales.

El gobierno cubano considera a los opositores "contrarrevolucionarios" y "mercenarios" al servicio del "imperialismo", desestimando cualquier planteamiento que provenga de ellos.

"Es necesario crear primero las condiciones sociológicas, culturales y políticas que permitan un diálogo plural para pensar en un proyecto de cambio", comentó Cuesta Morúa, para quien lo contrario significa querer "jugar ajedrez sin el tablero".

Payá aclaró que el programa Todos Cubanos contempla el pluripartidismo, propende al diálogo y reconciliación y no es excluyente. "Creemos que en un ambiente de libertad hasta las personas que están ahora asociadas o cerca del gobierno van a ser más libres. No se prohíbe el derecho de los comunistas a expresarse ni a tener su propio partido" señaló.

En ese sentido, el activista admitió que algunos "sectores minoritarios" del exilio cubano, en su gran mayoría residentes en Estados Unidos, pudieran tener una "visión diferente". Pero "también ellos están invitados" a participar de un proceso de "cambio pacífico" que es "para todos los cubanos", añadió.

"Tenemos que construir nuestra propia transición", dijo Payá, al deslindarse de proyectos elaborados fuera de Cuba.

Si Europa y Estados Unidos quieren "cooperar", deben preguntar al pueblo de Cuba como quiere que sea esa colaboración, subrayó.

"Rechazamos y no aceptamos un programa de transición para Cuba hecho fuera de Cuba, porque eso lo podemos y estamos haciendo nosotros los cubanos", aseguró el activista opositor, galardonado en 2002 con el premio Sajarov de derechos humanos que otorga el Parlamento Europeo.

La iniciativa de reforma constitucional propone que el presidente de Cuba y los miembros del parlamento sean elegidos por un plazo de cinco años, mediante "sufragio universal, igual, libre, directo y secreto", y mantiene el derecho de los ciudadanos a recibir de forma gratuita los servicios de salud y educación.

Asimismo estipula un sistema económico basado en la libre empresa, que a juicio de Payá "no hay por qué" calificar de economía de mercado. "Yo lo llamaría mas bien economía del trabajo, de la solidaridad", indicó.

También "proscribe toda ley, regulación y práctica que discrimine a los cubanos frente a los extranjeros", reconoce el derecho de los nacionales y extranjeros a la propiedad sobre las empresas y prohíbe la confiscación de bienes.

En otro de sus artículos, el proyecto prevé el derecho de todo ciudadano a adquirir su "pasaporte y a entrar y salir libremente del país con la sola presentación de éste y sin necesidad de permiso alguno de emigración o de embajadas o consulados establecidos".

Asimismo, proscribe "toda clasificación y práctica discriminatorias contra los cubanos que hayan emigrado o que emigren por cualquier causa".

"Todos los cubanos que residan en el exterior gozan de todos los derechos ciudadanos atribuidos en esta Constitución y pueden regresar a vivir en su país de forma temporal o permanente según su propia decisión", indica el texto presentado.

El MCL se propone circular el proyecto "de mano en mano" en todo el país y sería llevado al parlamento cuando "sea posible y conocido" por los cubanos. "No estamos hablando ahora de una campaña para llevarlo a la Asamblea, sino que el pueblo lo conozca", dijo Payá a IPS.

El disidente aún espera poder asistir en Estados Unidos, el 17 de este mes, a la ceremonia de entrega del doctorado Honoris Causa en Leyes que le concedió la Universidad de Columbia, en Nueva York. Al respecto, reiteró que si no viaja, será porque no tuvo el permiso del gobierno cubano de Fidel Castro. (

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