La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, pidió este martes a la Corte Suprema de Justicia que ponga fin a actos del ex mandatario peruano Alberto Fujimori contrarios a los intereses de este país, al tiempo que ante corresponsales extranjeros renovó su apuesta por la integración latinoamericana.
Bachelet recalcó que su deber será trabajar en conjunto con el próximo presidente de Perú, independientemente de quien triunfe en la segunda vuelta electoral del 4 de junio entre el nacionalista Ollanta Humala y el socialdemócrata Alan García, los dos candidatos más votados en el primer turno del 4 de abril.
La presidenta chilena, en su encuentro con los corresponsales, puso también énfasis en el respeto al multilateralismo, al derecho internacional y al fomento de un comercio libre y justo.
"A nosotros nos ha parecido que declaraciones vertidas (por Fujimori) a medios de prensa no son positivas para la situación del propio Perú, que está en momentos electorales importantes, y para las relaciones entre Chile y ese país", dijo Bachelet, quien el domingo planteó la "ruta de navegación de su gobierno" hasta 2010 en la tradicional inauguración anual de la Legislatura.
A propósito de una nota diplomática de la víspera en la que Perú expresó su molestia por las declaraciones de Fujimori, la presidenta admitió que éstas contravienen disposiciones de la Ley de Extranjería y que la cancillería chilena ofició a la Corte Suprema de Justicia "para que ponga término a esta situación".
El máximo tribunal chileno dispuso el 18 de este mes, en votación dividida, la libertad bajo una fianza de 3.000 dólares del ex presidente de Perú, quien estaba detenido desde que el 7 de noviembre de 2005 llegara imprevistamente a Santiago y que enfrenta un juicio de extradición a su país.
Fujimori, de 67 años, acusado de violaciones de derechos humanos y actos de corrupción durante su mandato iniciado en 1990, renunció en noviembre de 2000 a la presidencia mediante un fax que envió desde Brunei a Lima para luego solicitar asilo a Japón, aprovechando su doble nacionalidad.
Aunque obtuvo la libertad condicional, el ex mandatario peruano está sujeto a una orden de arraigo que le impide salir de Chile, pero en medios políticos y judiciales de Lima se ha especulado con la posibilidad de que busque refugio en la embajada de Japón en Santiago, alternativa que Fujimori desvirtuó en declaraciones realizadas el viernes.
Bachelet declinó comentar una posible expulsión de Fujimori del territorio chileno, que implicaría su entrega a las autoridades peruanas, mientras fuentes judiciales consultadas por IPS señalaron que no correspondería una medida de esa naturaleza mientras continúe el juicio de extradición.
"Respetamos la decisión de los tribunales de justicia (sobre Fujimori), pero nos interesa poder seguir desarrollándonos como país con muy buenos intereses y relaciones con nuestros vecinos", subrayó Bachelet.
"Cualquiera que sea el presidente elegido en Perú me voy a entender con él y a buscar puntos de encuentro y desarrollo común", dijo la mandataria chilena, de 54 años, tras destacar que actualmente en América Latina están surgiendo distintos liderazgos y proyectos y que se deben respetar las opciones que cada país adopte democráticamente.
"Las grandes amenazas para la región y la democracia son las exclusiones, la pobreza, la falta de integración de sectores sociales y de etnias", sentenció, para luego declinar emitir una opinión sobre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su posible influencia en las relaciones de toda América Latina y el Caribe con el gobierno estadounidense de George W. Bush.
No obstante, abogó por las aperturas comerciales como un camino que favorece la integración dentro de la diversidad, eludiendo las polarizaciones, al tiempo que recomendó "cuidar el lenguaje" respecto de los gobiernos que buscan materializar tratados de libre comercio.
"Chile no da consejos a nadie", pero a la vez quiere jugar "un papel articulador" en pos de superar las crisis que hoy afectan a la Comunidad Andina de Naciones, conformada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, y al Mercado Común del Sur (Mercosur), que reúne a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, dijo Bachelet.
Se deben atacar problemas compartidos por la región mediante iniciativas como la habilitación de un anillo energético, como los gasoductos propuestos, y el impulso a la integración física, explicó.
También puso énfasis en que Chile debe buscar soluciones a sus restricciones de energía mediante la cooperación regional, al igual que a través de la diversificación de sus fuentes propias con inversiones y proyectos que incorporen de manera primordial el resguardo de los aspectos ambientales.
En ese sentido, destacó la próxima creación del Ministerio del Medio Ambiente y de una Superintendencia Ambiental, que se encargará de velar porque los grandes proyectos de infraestructura que se llevan a cabo en Chile no se desvíen, como ha ocurrido hasta ahora en muchos casos, de los requerimientos de la sustentabilidad.
Esta premisa se aplicará para la decisión final sobre el plan de la firma transnacional española Endesa, en asociación con grupos locales, de construir centrales hidroeléctricas en la austral región de Aysén, como igualmente en el proyecto minero binacional argentino-chileno para explotar reservas de oro en Pascua-Lama, al norte del país, puntualizó Bachelet.
Recalcó que en materia energética debe buscarse fórmulas de menor impacto ambiental al de las grandes represas y embalses, como las centrales de paso, además de propender al fomento y desarrollo de fuentes alternativas y no convencionales.
Otro asunto conflictivo abordado por Bachelet en su conversación con la prensa extranjera fue el del gasto militar, área en que Chile ha sido criticado por tener una de las tasas de desembolsos más altas, pues alcanza a dos por ciento del producto interno bruto.
La presidenta aclaró al respecto que no están previstas en el corto plazo nuevas adquisiciones de equipos y armamentos, luego de la incorporación a fines de 2005 de una decena de cazabombarderos estadounidenses F-16 y de gestiones ya culminadas para comprar un nuevo submarino y lanchas torpederas para la Armada y tanques para el Ejército.
No obstante, advirtió que, en la medida de que en Chile se avanza hacia Fuerzas Armadas más especializadas y pequeñas, con un servicio militar voluntario y no obligatorio, se contará en el futuro "con un ejército más musculoso, más profesional y ciertamente más caro".
"Chile no está en una carrera armamentista ni nada que se le parezca", remarcó, tras lo cual insistió en la necesidad de establecer parámetros comunes de medición del gasto militar en la región, ampliando la experiencia que se lleva a cabo con Argentina según una metodología desarrollada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (