La tecnología desarrolló soluciones que mejoran la vida de los discapacitados en Brasil, pero su costo representa una limitación acentuada por la pobreza de la población. Conquistas y trabas marcan la historia reciente de los 24,5 millones de brasileños que sufren alguna discapacidad.
"Ya no necesitamos ninguna nueva ley, nuestra lucha ahora es poner en práctica la legislación aprobada en los últimos 20 años", dijo a IPS Candida Carvalheira, coordinadora de la primera Conferencia Nacional de los Derechos de la Persona con Deficiencia, que se desarrolló en Brasilia entre el 12 y el 15 de este mes.
Brasil es, por ejemplo, el único país que reconoce plenamente la ostomía como una discapacidad física, señaló Carvalheira, también presidenta de la Asociación Brasileña de Ostomizados.
La ostomía es una intervención quirúrgica para abrir en algún punto el sistema respiratorio, urinario o intestinal, que dejaron de funcionar, introduciendo una vía destinada a recuperar la función. En las ostomías de la pared abdominal, se adapta una bolsa para recoger heces y orina.
En otros países, incluso desarrollados, solo hay medidas declaratorias o reconocimiento parcial de esta condición para algunas actividades, aclaró.
Los reclamos, las experiencias y la situación actual de los discapacitados, que constituyen 14,5 por ciento de la población total, fueron tratados por los participantes de la conferencia, la mitad representantes del gobierno y el resto de la sociedad civil.
Fue "un hito" que establece una "nueva forma de reclamar derechos" por parte del movimiento de discapacitados, antes limitada a iniciativas individuales o de las asociaciones específicas, definió Carvalheira. Es "enriquecedor" debatir las propuestas con responsables del gobierno y gente que trabaja hace mucho con la discapacidad, acotó.
Se aprobaron 264 propuestas. Las defendidas con mayor énfasis se refieren al transporte accesible para quienes tienen problemas de locomoción, como los usuarios de sillas de ruedas. Otros reclamos destacados fueron la comunicación adecuada para los sordos, con el uso de letreros y lengua brasileña de señales en medios audiovisuales, innovaciones en informática y estímulos a las empresas para que empleen a discapacitados.
El encuentro, primero de carácter nacional, permitió un gran intercambio de experiencias y conocimiento de la diversidad de necesidades y reclamos, observó Amarildo Gomes, asesor técnico de la Fundación Lar Escola Francisco de Paula, órgano asistencial de la alcaldía de Río de Janeiro.
En la Amazonia se requiere adaptar las embarcaciones fluviales, principal medio de transporte, y los puertos para los que enfrentan limitaciones físicas, mientras en Río de Janeiro se busca ampliar la flota de autobuses con mecanismos para sillas de ruedas, ejemplificó a IPS. En esta ciudad, de los 14 autobuses actuales se espera pasar pronto a 49, que circularán en rutas y horarios fijos para favorecer su uso.
El problema de la "accesibilidad" de los medios de transporte, el asunto más reiterado y común a todas las ciudades, comprende trenes, metro, avión y automóviles, además del autobús y los barcos. En Brasilia no hay un solo autobús adaptado a las necesidades especiales, hubo que traerlos de otras ciudades para la conferencia, lamentó Gomes.
Los avances en la inclusión social de los discapacitados son también muy desiguales en Brasil, en desmedro de las regiones más pobres, el Norte amazónico y el Nordeste. Además hay ciudades, como la meridional Curitiba, capital del estado de Paraná, y Uberlandia, en el centro del país, que se destacan por tener el transporte más accesible, comentó Carvalheira.
Pero Río de Janeiro presenta más logros en términos generales, por haber sido la capital del país hasta 1960 y concentrar los centros de referencia de atención y estudio de la discapacidad, como el Instituto Nacional de Educación de Sordos, el Instituto Benjamim Constant, dedicado a los ciegos, y grandes hospitales de rehabilitación.
Pero la intervención gubernamental para implantar soluciones es más fácil en ciudades no tan grandes como las metrópolis, que tienen una inmensa cantidad de calles, aceras y edificios necesitados de modificaciones para facilitar el acceso a los minusválidos físicos, observó Gomes.
Las ciudades históricas, como la nororiental Olinda y la céntrica Ouro Preto, presentan la dificultad específica de un patrimonio arquitectónico a preservar que se convierte en obstáculo a las reformas en favor de la "accesibilidad".
La conferencia incorporó al movimiento a grupos menores, como los albinos y los enanos, antes excluidos de los debates, destacó Gomes. El encuentro realzó también la condición de los ostomizados, estimados en 150.000 en Brasil y cuyo mayor problema es la discriminación, según Carvalheira.
A la gran participación de discapacitados físicos y auditivos se contrapuso la poca representación de los mentales, un desequilibrio que se nota también en las instituciones de asistencia, en la educación y en el empleo.
Pero la conferencia comprobó un gran avance en la conquista de derechos de los discapacitados brasileños en las últimas décadas, y su lucha ganó nueva legitimidad por tratarse de un encuentro promovido por el gobierno y por la presencia del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la clausura, coincidieron Carvalheira y Gomes.