Las comunidades de la etnia karen de Birmania esperan que el alto enviado de la ONU que visitará el país esta semana se preocupe por su situación, aunque pocos esperan avances políticos, frenados por la feroz dictadura.
Ibrahim Gambari, subsecretario general para Asuntos Políticos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), llegará a Birmania en momentos en que la etnia karen, que puebla la frontera con Tailandia, es blanco de intenso hostigamiento militar.
En su visita de dos días, que comenzará el jueves, a Gambari le resultará difícil ignorar la crisis humanitaria que sufren los karen, tras la crítica declaración de este martes del enviado de derechos humanos de la ONU para Birmania, Paulo Sérgio Pinheiro.
"Exigimos al gobierno de Myanmar (nombre con que la junta militar gobernante llama al país) que tome medidas urgentes para poner fin a las operaciones de contrainsurgencia militar que tienen por objetivo a civiles en las septentrionales áreas karen y las orientales pegu", dijo Pinheiro.
Estas operaciones "condujeron al desalojo forzado y el desplazamiento de miles de aldeanos de minorías étnicas", agregó el funcionario.
[related_articles]
Pinheiro elaboró una lista de aparentes excesos, partiendo de los ataques del ejército birmano contra civiles karen desarmados, incluidos demolición de viviendas y "matanzas, torturas, violaciones y trabajos forzados".
Las versiones recogidas por IPS entre trabajadores humanitarios que ayudan a los karen en la frontera se hacen eco de estas preocupaciones.
Algunas de las víctimas tienen frescas las heridas del conflicto y muchas lucen débiles y cansadas tras haber caminado semanas a través de escarpados terrenos y bosques para huir de los militares birmanos.
"Alrededor de 1.800 refugiados cruzaron a Tailandia desde comienzos del año", dijo un trabajador humanitario que pidió no ser identificado. "No están en buena forma."
Otras organizaciones advierten de una crisis humanitaria causada por la cada vez mayor cantidad de karen desplazados por la ofensiva en curso, lanzada en noviembre pasado por la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de 1962.
Organizaciones como Red Alternativa de la Asean sobre Birmania (Altsean) y la Campaña Estadounidense por Birmania dicen que entre 11.000 y 15.500 karen han huido de sus hogares.
"A algunos aldeanos se les disparó a quemarropa en ataques coordinados, y a otros en el momento en que se escapaban", informó Altsean este mes.
"Las aldeas fueron incendiadas y los medios de vida de los aldeanos destruidos. El ejército colocó minas terrestres para matar y herir a cualquier aldeano que se atreva a regresar", agregó la organización.
"Este es un ataque flagrante contra el pueblo, el peor desde 1997", dijo David Taw, director de asuntos exteriores de la Unión Nacional Karen, en entrevista telefónica. "El pueblo está sufriendo mucho a causa de las actuales operaciones."
La Unión Nacional Karen es una de las más antiguas organizaciones insurgentes de origen étnico. Lleva casi 60 años librando una guerra separatista contra sucesivos gobiernos birmanos.
En 1995, perdió su bastión en el área oriental de Manerplaw a manos de las fuerzas de la dictadura. La derrota llevó a los insurgentes de ejército convencional a organización guerrillera.
Esta semana, el ejército de Birmania ofreció su propia versión del sufrimiento de los karen y su escape desde las aldeas.
"Los habitantes de las zonas rurales tuvieron que huir porque eran intimidados y torturados por la Unión Nacional Karen", aseguró The New Light of Myanmar, un periódico controlado por el gobierno.
"La Unión Nacional Karen también forzó a las familias de sus filas mudarse a las áreas fronterizas para impedir que se encontraran con el Tatmadaw", sostuvo la publicación.
La población de Birmania, de casi 51 millones de habitantes, está compuesta por muchas etnias. Entre ellas, la dominante son los birmanos (casi 70 por ciento). Los karen, con casi siete millones, son una de las minorías más grandes.
En enero de 2004, Rangún y la Unión Nacional Karen llegaron a un acuerdo para poner fin a las hostilidades. Para entonces, la junta militar había firmado acuerdos de cese del fuego con otras 17 organizaciones rebeldes étnicas.
Pero los ataques desde noviembre del año pasado —que muchos analistas dicen se originan en los esfuerzos de Rangún por asegurar el territorio que rodea a la nueva capital administrativa del país, Pyinmana— desmintieron el pacto.
Para las agencias humanitarias, los karen que escapan se agregarán al ya elevado número de desplazados en Birmania debido a las opresivas políticas de Rangún.
Este país de Asia sudoriental tiene casi 540.000 personas desplazadas, el mayor contingente para un solo país de toda Asia, según el Consejo Noruego para los Refugiados.
Entre ellas, unas 92.000 se esconden en los bosques, donde quedan expuestas a la falta de comida, refugio y atención médica.
Los karen, además, son una cantidad considerable de personas en los 11 campamentos de refugiados a lo largo de la frontera entre Tailandia y Birmania. En total, hay 155.416 refugiados de Birmania en estos campamentos.
Otros vecinos de Birmania, tales como India, Bangladesh y Malasia, también albergan a miembros de las minorías étnicas de Birmania que escaparon de la opresión y la guerra. La cantidad de estos refugiados podría ascender a 700.000, según algunas estimaciones.
Este lúgubre panorama le resulta familiar a Bambari, el funcionario visitante de la ONU.
En diciembre presentó un informe al Consejo de Seguridad del foro mundial sobre represión política, violaciones de derechos humanos y crisis humanitaria en Birmania.
En esa sesión, la primera en que el Consejo de Seguridad puso a Birmania como prioridad del orden del día— Gambari señaló la destrucción de 2.700 aldeas y ataques sobre "cientos de miles de minorías étnicas".
Tales puntos de vista, sin embargo, pueden no ser suficientes para hacer que el régimen militar cambie.
"La ONU quiere ser vista como intentando ayudar y guardar las apariencias", dijo a IPS Aung Naing Oo, un analista político birmano en el exilio. "En realidad no pasará demasiado, porque el gobierno militar tiene a China y a Rusia de su lado."
