Antes de limpiar el planeta y su atmósfera es necesario hacer lo propio con la estrategia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), comenzando por precisar las funciones que debe desempeñar, según su próximo director, el brasileño nacionalizado alemán Achim Steiner.
El Pnuma no debería encargarse de todos los programas ambientales, pese a la amplitud que le ofrece pertenecer a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo a IPS Steiner, quien se hará cargo el 15 de junio de la dirección ejecutiva de esta agencia especializada del foro mundial.
"No se supone que el Pnuma deba manejar el programa ambiental del mundo entero", señaló tras participar en un seminario sobre administración de ecosistemas organizado por el gobierno de Dinamarca junto con COM+, como es conocida la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible.
Esta alianza es una red compuesta por medios de comunicación comprometidos con la tarea de informar sobre los Objetivos de la ONU para el Desarrollo del Milenio, y la Organización Mundial de Legisladores para un Ambiente Equilibrado (Globe), una red mundial de parlamentarios.
Entre los miembros de COM+ figuran el Trust del Servicio Mundial de la cadena británica BBC, el Banco Mundial, la Fundación Reuters, la Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN) y la agencia de noticias internacionales IPS (Inter Press Service).
[related_articles]
"Una pregunta es qué papel juega el Pnuma y otras instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación respecto de la pesquería, los recursos agrícolas, los territorios y asuntos específicos del suelo, y junto con la Organización Mundial de la Salud sobre cuestiones generales de la sanidad humana y ambiental", dijo Steiner.
"Uno de los puntos clave de discusión es qué rol puede desempeñar un programa específico dentro de la ONU en combinación con otras agencias, y éste no es un asunto zanjado para satisfacción de muchos por ahora", afirmó el experto brasileño, aún director general de la no gubernamental Unión Mundial para la Naturaleza.
Steiner no dio pistas sobre sus planes para el Pnuma, pero es claro que los distintos jugadores de la organización tendrán que lidiar con variados y variables asuntos ambientales hoy a su cargo.
"Estamos en medio de esta disyuntiva, con un desacuerdo global sobre cómo trabajar en conjunto, día a día, sobre estos asuntos", señaló.
"Si se observa la gran parte de los procesos de negociación y conducción de los asuntos ambientales, se ve cómo éstos se enfrentan a muchas limitaciones para poder avanzar, en parte por la falta de consenso sobre cómo encarar en conjunto estos temas", añadió.
Empero, sí hay acuerdo en que hay que hacer algo. "Lo que es irónico es que en el Norte y en el Sur no hay grandes desacuerdos sobre lo que está pasando, sucede y hay que enfrentarlo", sostuvo, Steiner.
"Y lo que a menudo se ve en las negociaciones internacionales es que los países de un lado y de otro no se ponen de acuerdo en una resolución en particular, pero no porque en sus países estén haciendo justo eso sino porque no quieren comprometerse con la comunidad internacional", agregó.
El desacuerdo mayor es inevitablemente la división Norte-Sur. Sobre este punto, Steiner no concuerda con la opinión de que los países industrializados están más preocupados por el ambiente que el mundo en desarrollo.
"Nunca, en los viajes que realicé al Sur en los últimos cinco años estando en la UICN tuve que enfrentar el problema que los funcionarios de los gobiernos, desde presidentes hasta ministros, negaran el asunto. Este no es el problema", explicó
Los gobiernos del Sur afrontan "muchas restricciones y dilemas, con muchas opciones y equilibrios que mantener, y la pregunta es si la comunidad ambiental e internacional puede ayudarlos a resolver estas disyuntivas o simplemente les agregan más a su agenda", agregó.
Muchos países en desarrollo sienten una "frustración legítima" porque adoptan cada vez más acuerdos internacionales "sin que el Norte asuma las obligaciones que le corresponden. Entonces, para qué asumir más compromisos cuando en realidad tienen poco para ganar y mucho para perder si lo que está en juego es la soberanía y las obligaciones", apuntó.
Steiner apoya el concepto de "responsabilidad compartida pero diferenciada". "Tenemos que aceptar que no podemos pedirle a los países en desarrollo que enfrenten el legado histórico en un plano de igualdad con los países que más han contribuido con la deteriorada situación actual, incluyendo el nivel de consumo que éstos tienen hoy en día".
A pesar de estas diferencias, la mayor esperanza de Steiner es que, "si en principio no hay grandes desacuerdos sobre las tendencias generales que estamos observando, también en los países en desarrollo, el futuro sólo traerá más acciones coordinadas en el ámbito internacional".
Sin embargo, ningún país, cualquiera sea su tamaño, ni Brasil ni China ni India, pueden enfrentar solos los asuntos ambientales. "Creo que es ahí donde el Pnuma puede jugar un rol significativo. En ese ámbito puede trabajar para reformular y facilitar una agenda internacional sobre los asuntos más apremiantes que necesitan ser abordados".
No es una esperanza idealista o ingenua.
"Hay muchos conflictos por recursos, por problemas económicos reales y muchos intereses enfrentados en juego, tanto en el ámbito nacional como internacional, pero no se puede permitir que se agudicen, porque el resultado será más destrucción ambiental, más posibilidad de disputas internas e internacionales", subrayó.
"Ningún país ni ningún político quiere que ese sea el resultado", puntualizó.