El respeto por el ambiente, la utilización de fibras y tintes naturales y el reciclaje de vestidos y objetos usados son las bases de la moda ecológica, que poco a poco gana terreno entre los consumidores y los diseñadores en Italia.
La también llamada "ecomoda" confecciona además ropa orgánica. Es decir, prendas elaboradas con telas en cuya fabricación no se emplean químicos, ni fertilizantes ni pesticidas.
Con 72.000 empresas y 700.000 empleados, la industria italiana del vestido es una de las principales del mundo: factura casi 90 millones de dólares al año. Y aunque la moda de bajo impacto ambiental está más desarrollada en mercados como el inglés y el alemán, hasta titanes de la talla de Giorgio Armani están dispuestos a sumarse a la tendencia.
Armani diseña ahora vaqueros "ecológicamente correctos", hechos con algodón orgánico.
Otras famosas firmas internacionales que se venden en Italia, como Levi Strauss, Gap, Nike o Marks & Spencer, también se unieron la moda ecológica.
Ponchos hechos con base en fibra de soja, trajes elaborados con cajas de huevos o pantalones manufacturados a partir de algas son algunos ejemplos de esta moda alternativa que combina creatividad con materiales insólitos.
Muchos diseñadores reutilizan también vestidos viejos o inservibles para conservar los recursos naturales.
La ecomoda estuvo en boga en los años 80, pero entonces era un estilo "pobre" o "hippy". Hoy, en cambio, marca una tendencia, con exhibiciones especiales en capitales de la moda como Londres, Nueva York o Milán.
Sin embargo, el repentino interés de marcas importantes por confeccionar ropa que respete al hombre y la naturaleza genera reparos en algunos ecologistas.
La experiencia de Armani "es interesante", pero "no todas las empresas están dispuestas a renovarse para reducir el impacto ambiental", dijo a Tierramérica Gabriella Foglio, representante de Legambiente, la organización no gubernamental más grande de Italia.
"No hay un mercado fuerte en Italia para vender ecomoda, ni consumidores que puedan pagar más por vestidos 'verdes'", consideró.
"Habría que preguntarse dónde, cómo y a qué precios se venden las confecciones 'verdes' de alta moda. Por ejemplo, no he visto los vaqueros Armani, dónde y cómo los hace, ni sus precios de venta", planteó a Tierramérica Marco Roveda, fundador de Lifegate, una organización italiana que promueve la conciencia ecológica y un estilo de vida sustentable y solidario.
Lifegate presentará dentro de poco al mercado local un vaquero ecológico, fabricado en la península itálica pero con algodón turco, que se cultiva según las normas de la agricultura biológica.
El algodón es uno de los materiales más usados en la industria textil y del vestido, y uno de los más controvertidos. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, un tercio de las entre 500.000 y dos millones de víctimas de intoxicaciones agroquímicas en el mundo son cultivadores de algodón.
El reciclaje es otro componente importante de la moda ecológica, no sólo para proteger al ambiente, sino para promover el ahorro en las grandes empresas o recuperar materiales en los países en desarrollo.
En Milán, el Instituto Europeo de Diseño reutiliza materiales y logra crear faldas de piezas de acero, vestidos de alambres eléctricos o de papel de embalaje y pantalones de metal de bicicletas, por ejemplo.
"Son proyectos de los estudiantes de segundo año, que manipulan materiales como las medias de nylon o las suelas de los zapatos y los transforman en vestidos originales y ecológicos. No tienen una línea definida; sólo experimentan y dan alternativas a materiales que de otro modo irían a la basura", dijo a Tierramérica la directora de relaciones internacionales del Instituto, Sara Azzone.
Algunos consumidores, como el milanés Egidio Consoni, jamás comprarían ropa reciclada. "No puedo ponerme nada que haya sido usado antes por otra persona, eso me parece fatal. La ropa tiene que ser nueva, no fabricada con los pedazos de otras piezas usadas o viejas", afirmó.
Pero otros, como los clientes de las británicas Annika Saunders y Kerry Seager, fundadoras del Junky Styling, una firma que produce joyas y vestidos reciclados, comparten la filosofía de no tirar nada a la basura. Las piezas de estas diseñadoras, de las más conocidas en el ámbito de la ecomoda, se venden como pan caliente, pese a que se elaboran con base en prendas usadas y pasadas de moda.
* La autora es colaboradora de Tierramérica. Este artículo fue publicado originalmente el 6 de mayo por la red latinoamericana de Tierramérica.