Se acercan tiempos difíciles para el gobierno de Tailandia, que cosechó el domingo un inédito rechazo en las urnas: gran parte de los votantes reprobaron al primer ministro Thaksin Shinawatra a través de la práctica electoral denominada «no voto».
La comisión electoral tailandesa informó este lunes que 50,1 por ciento de los sufragios emitidos en Bangkok fueron "no votos" o "votos negativos", mientras los candidatos del oficialista Thai Rak Thai (Los Tailandeses Aman a los Tailandeses, TRT) concitaron el restante 49,5 por ciento.
El "no voto" es un mecanismo introducido en los años 90 en la legislación electoral tailandesa para dar otra opción además del voto anulado que exprese el rechazo a una lista de candidatos. Los ciudadanos pueden marcar su insatisfacción en las propias papeletas, en un espacio impreso a tales fines.
Estos sufragios carecen de efectos prácticos, pero en esta ocasión, dada su magnitud, tienen un enorme peso moral. Las elecciones parlamentarias de este domingo fueron las más controvertidas desde que Tailandia se convirtió en una monarquía constitucional en 1932.
Para complicar aun más el panorama, los tres principales partidos opositores habían resuelto boicotear los comicios convocados a fines de febrero por Thaksin, que los definió como un referéndum en torno de su liderazgo político.
Las elecciones fueron la culminación de dos meses de protestas callejeras contra el gobierno en Bangkok, en las que llegaron a reunirse hasta 100.00 manifestantes que exigían la renuncia del primer ministro, a quien acusaron de corrupción, nepotismo y abuso de poder.
En 70 por ciento de los distritos electorales, los candidatos del TRT no se enfrentaban con rival alguno, dado el boicot opositor.
Aun así, en algunos distritos el oficialismo no logró el mínimo exigido de 20 por ciento de los votos para cubrir el respectivo escaño parlamentario, que quedará vacante en esos casos.
La votación en favor de los candidatos de TRT fue muy buena en el norte y el este del territorio tailandés, donde la mayoría de los ciudadanos, habitantes pobres de áreas rurales, manifestaron así su apoyo a las políticas de asistencia del gobierno.
Pero el gobierno tendrá dificultades para ignorar los resultados en Bangkok, a pesar de que TRT obtuvo todos los 36 escaños parlamentarios, conquistados sin resistencia opositora.
En las elecciones parlamentarias de febrero del año pasado, los votos negativos en Bangkok representaron apenas 1,1 por ciento de los sufragantes.
"Bangkok rechazó a Thaksin, y el gobernante prestar atención a los 'no votos', que surgieron como un fenómeno nuevo. El resultado es crítico", dijo a IPS el cientista político Thitinan Pongsudhirak, de al Universidad Chulalongkorn.
Una mayoría silenciosa prefirió, con "fuerte determinación", hacerse oír más que "quedarse en casa porque el resultado" en favor de TRT "era inevitable", explicó Thitinan. "Nunca pasó eso antes."
Al mismo tiempo, TRT afronta una situación aun peor en las provincias del sur, donde vive una importante comunidad malayo-musulmana, en frecuente conflicto con la mayoría budista del país.
El electorado de esa región decidió, a través del 'no voto' y de la abstención, dejar vacantes 29 de los 41 escaños parlamentarios en disputa, pues los candidatos oficialistas no lograron el 20 por ciento de los sufragios requeridos para ocuparlos.
"La gente sufrió mucho en los dos años pasados. Los votantes manifestaron su infelicidad con el modo en que el señor Thaksin trata de solucionar los problemas", dijo a IPS en una entrevista telefónica Fakhruddin Boto, senador por la provincia de Narathiwat, en el extremo meridional de Tailandia. "Era esperable."
Más de 1.100 personas murieron en estallidos de violencia entre insurgentes musulmanes y fuerzas del gobierno, y también abundaron denuncias de violaciones de derechos humanos.
La situación no mejoró con la dureza gubernamental, manifiesta en el aumento de tropas en la provincia, entre otras medidas. De hecho, explotaron tres bombas en Narathiwat el domingo.
En febrero de 2005, la victoria de Thaksin y TRT fue aplastante. El gobierno recibió entonces un voto de confianza para un segundo periodo, con el respaldo de 19 millones de votos en un total de 45,2 ciudadanos habilitados que le depararon 376 de los 555 escaños parlamentarios.
"No me gusta este gobierno", dijo la música Varittarat Tawanvivattanagul, de 19 años, quien acudió a las urnas el domingo temprano. "Voté negativo porque es el modo que tengo de expresar mi poder. No me iba a sentar en casa a esperar", agregó.
Chokhang Chutinatorn, un médico jubilado, mostró un apasionamiento similar. "Thaksin es un lobo en piel de cordero. No es un defensor de la democracia. Voté 'no' para lograr que renuncie."
Una visión muy diferente aportó el domingo de noche el portavoz de TRT Suranand Vejjajiva. "Éste es un día histórico. Preservamos la democracia a través del voto." (