Mientras los tailandeses escriben otro capítulo de su drama político, hay algo que parece cada vez más obvio: el principal protagonista, Thaksin Shinawatra, no va a abandonar el escenario.
El lugar del cuestionado primer ministro en este panorama político se ha convertido en objeto de intensa especulación luego de dos acontecimientos sorpresivos.
Un visiblemente conmovido Thaksin anunció, en un discurso transmitido por la televisión nacional el martes por la noche, que no ocupará el puesto de primer ministro durante un tercer período, tras el fuerte rechazo manifestado a su administración en las elecciones parlamentarias del domingo, convocadas en febrero y consideradas un referendo sobre su gestión.
Este miércoles, informó al público tailandés que había decidido entregar las riendas del gobierno al viceprimer ministro Chidchai Vanasatidya.
La decisión de Thaksin de entregar el principal cargo político, luego de cinco años en el poder, fue el resultado de una reunión que tuvo el martes por la tarde con el monarca de este país de Asia sudoriental, Bhumibol Adulyadej, quien celebrará en junio su 60 aniversario en el trono.
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"Quisiera pedirle disculpas a todos ustedes por mi decisión de no aceptar el cargo de primer ministro cuando se reúna el nuevo parlamento", dijo Thaksin en su inesperada alocución por televisión, para luego añadir que hacía ese sacrificio político para asegurar que el país no se divida cuando celebre el aniversario del reinado de Bhumibol.
También pidió perdón a los cerca de 16 millones de tailandeses que votaron por los candidatos del gobernante partido Thai Rak Thai (Los Tailandeses Aman a los Tailandeses, TRT) en los comicios del domingo.
"Seguiré cumpliendo mis deberes como parlamentario y como líder del TRT para impulsar todas las políticas que les prometí", aseguró.
El anuncio del martes fue un giro de 180 grados respecto del tono combativo que tuvo Thaksin durante una entrevista en televisión el lunes por la noche, tras el triunfo del TRT en las elecciones pese al boicot en las urnas de los partidos de oposición.
Gran parte de los votantes reprobaron al primer ministro a través de la práctica electoral denominada "no voto".
La comisión electoral tailandesa informó el lunes que 50,1 por ciento de los sufragios emitidos en Bangkok fueron "no votos" o "votos negativos", mientras los candidatos del TRT concitaron 49,5 por ciento.
El "no voto", que se marca en las papeletas en un espacio impreso para ese cometido, es un mecanismo introducido en los años 90 en la legislación electoral tailandesa para dar otra opción además del voto anulado que exprese el rechazo a una lista de candidatos.
Estos sufragios carecen de efectos prácticos, pero en esta ocasión, dada su magnitud, tienen un enorme peso moral. Las elecciones parlamentarias del domingo fueron las más controvertidas desde que Tailandia se convirtió en una monarquía constitucional en 1932.
Los comicios fueron la culminación de dos meses de protestas callejeras contra el gobierno en Bangkok, en las que llegaron a reunirse hasta 100.00 manifestantes que exigían la renuncia del primer ministro, a quien acusaron de corrupción, nepotismo y abuso de poder.
"Explíquenme cómo el país podría estar mejor sin mí. Debe haber una buena razón para quedarme o irme. A los 16 millones (que votaron al TRT) se les debería explicar cómo se reconciliará el país si yo doy un paso al costado", había dicho el lunes Thaksin.
No son necesarias muchas conjeturas para entender qué fue lo que hizo cambiar a Thaksin de opinión: su visita al palacio real.
"Para Thaksin es ganar o ganar. Su retirada no cambia en nada la ecuación de poder que su partido disfruta después de las elecciones del domingo", dijo a IPS el analista tailandés Sunai Phasuk, de Human Rights Watch.
"Se sacó a sus críticos de la espalda dando una señal de compromiso, pero se mantiene como parlamentario y retiene el control del TRT como siempre", añadió.
Varios coinciden en que Thaksin mantendrá su influencia tras haber ayudado a construir el TRT y liderar al partido en las elecciones parlamentarias de 2001 y 2005.
"No ha dejado el escenario. Sólo se movió a un lado y no descarta regresar a su lugar", dijo a IPS el analista estadounidense David Streckfuss, especializado en cultura tailandesa.
Mientras, el periódico tailandés The Nation señaló en su edición del miércoles que el paso al costado de Thaksin es "un motivo de gran alivio para el país, que sufre una división sin precedentes mayormente entre la clase media urbana y la masa rural pobre", esta última en su mayoría partidaria del TRT.
"La avalancha de abstenciones en las elecciones fue un resonante rechazo contra Thaksin, su partido TRT y la cultura del engaño y la corrupción", añadió el diario.