La marcha triunfante que acompaña a Andrés López Obrador, el candidato izquierdista a la presidencia de México, empezó a desafinar a menos de 90 días de las elecciones.
Las encuestas, que antes ubicaron a López Obrador con una ventaja de hasta 10 por ciento sobre sus competidores, indican que ese margen se acortó drásticamente en los últimos días, y una de esas consultas incluso lo colocó detrás del postulante del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón..
Los observadores atribuyen el freno del líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a los ataques de sus adversarios y a sus propios errores y los de su agrupación política en la campaña para los comicios del 2 de julio.
Este candidato, que declaró esta semana que en materia de "social" es de izquierda y no así en el terreno de la economía, donde dice que no debe haber ideología sino sólo "técnica", se mantuvo firme a la cabeza de las preferencias durante los últimos dos años.
Pero ahora su suerte parece estar dando un giro. El politólogo Luis Ortiz dijo a IPS que López Obrador "dejó de proyectarse como el invencible y eso va a pesar mucho en el resultado final".
"Se sentía ganador y ese fue su error. Ahora, él y su equipo deben estar meditando muy bien qué estrategia seguir pues el tiempo apremia", apuntó este analista.
La caída del líder izquierdista se registró tras los ataques que hizo contra el presidente Vicente Fox, a quien llegó a decirle: "cállate chachalaca (una especie de ave ruidosa)".
Ese mandatario, que termina su gestión de seis años en diciembre, mantiene un grado de aprobación ciudadana de alrededor de 60 por ciento, uno de los más altos entre los mandatarios de América Latina, por lo cual atacarlo no parece haber sido bien visto por los electores.
Según los observadores, otro elemento que lo perjudicó es la agresiva campaña de sus principales adversarios: Calderón, del PAN, y Roberto Madrazo, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), quienes a través de propaganda en radio y televisión afirman que López Obrador es un populista que endeudará al país y que lo llevará a una crisis.
Esos mensajes sostienen además que "es mentiroso", que no "cumple su palabra", que "es intolerante" y que "se parece al presidente de Venezuela, Hugo Chávez". Además, recuerdan que, en 2003, algunos de sus colaboradores fueron filmados secretamente recibiendo de un empresario grandes sumas de dinero en efectivo, en un caso de aparente corrupción que aún no ha sido aclarado.
Para completar el cuadro, el PRD presentó los últimos días la lista de sus candidatos a legisladores, donde aparecen varios ex militantes del PRI y del PAN acusados en el pasado de presuntos actos de corrupción y sin vínculos con la izquierda política, lo que generó duros comentarios de analistas y divisiones entre los seguidores de López Obrador.
Una encuesta realizada entre el 30 de marzo y el 3 de este mes por el diario Milenio, que involucró a 1.000 personas a nivel de domicilios y publicada el jueves, dio a López Obrador 34 por ciento de las preferencias de los consultados, cuatro puntos porcentuales menos que a comienzos de marzo.
En esta muestra, que sus autores afirman tiene un margen de error de más menos 3,2 por ciento, Calderón y Madrazo están empatados en 31 por ciento.
El diario capitalino Crónica publicó el lunes un estudio similar que colocó al aspirante del PRD con 36 puntos porcentuales de las adhesiones de los entrevistados, apenas dos arriba de Calderón, mientras que Madrazo recibió 28 puntos.
Poco antes, la empresa Grupo de Economistas Asociados e Investigaciones Sociales Aplicadas (GEA-ISA) informó que su encuesta, realizada entre el 18 y 21 de marzo y con 1.440 personas, le dio a Calderón el liderazgo de las preferencias electorales, con 36 por ciento, seguido de López Obrador con 34 y Madrazo con 28 por ciento.
Esta misma firma, un mes antes otorgaba al candidato izquierdista una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre Calderón.
Tras conocer los resultados de esos últimos sondeos, López Obrador declaró que no les tenía confianza. Además, dijo que sus adversarios han concertado en atacarlo y hasta llegó a poner en duda la imparcialidad del estatal pero independiente Instituto Federal Electoral (IFE).
"Tengo mis dudas, cómo no, del presidente (del IFE, Luis Carlos Ugalde) y de otros consejeros (del IFE)", expresó.
López Obrador tiene 52 años, es licenciado Ciencias Políticas y fue hasta los años 80 un fiel militante del PRI. Se desempeñó como alcalde de la capital entre 2001 y 2005, recibiendo en ese cargo un amplio respaldo de la ciudadanía.
Este postulante, que promete bajar las tarifas de electricidad y el predio de los combustibles, es apoyado por los pequeños partidos del Trabajo y Convergencia.
Por su parte, Calderón, de 43 años y el más cercano competidor de la izquierda, afirma que no tiene ninguna duda de que el 2 de julio ganará los comicios.
"Estamos presenciando estrategias electorales donde las propuestas brillan por su generalidad o franca ausencia y se imponen los ataques y el mercadeo político. El ganador será el que mejor se venda", dijo el politólogo Ortiz.
Además de los candidatos del PRD, PAN y PRI, compiten por la presidencia de México Patricia Mercado, del partido socialdemócrata Alternativa, y Roberto Campa, de Nueva Alianza, aunque ambos recogen menos de dos por ciento de apoyo en las encuestas.
En las próximas elecciones, los poco más de 70 millones de mexicanos con derecho a votar escogerán también a 300 diputados 128 senadores y a docenas de autoridades locales.