Unos 150.000 refugiados que huyeron de Serbia debido a las guerras balcánicas de la década de 1990 y que durante años vivieron ilegalmente en otros países europeos, ahora se ven forzados a regresar y nadie sabe a qué.
La mayoría de estas personas que escaparon eran analfabetas y pobres y debieron realizar cualquier tipo de trabajo manual para sobrevivir en el extranjero, afirmaron autoridades serbias. Los destinos más elegidos fueron Alemania, Dinamarca, Italia y Suecia.
La mayoría de ellos pertenecen a la etnia roma (gitanos), albanokosovares (de la meridional provincia autónoma de Kosovo), o bosnios de ese mismo distrito o de la vecina Sandzak.
Sus solicitudes de asilo fueron rechazadas por las autoridades de los países huéspedes, sobre todo después de la caída del régimen del recién fallecido ex presidente Slobodan Milosevic en 2000. Las gobiernos no vieron obstáculos políticos o de otra índole para que los refugiados regresaran su país de origen.
Durante los años 90 la entonces federación socialista de Yugoslavia se desmembró en un proceso con sucesivas guerras entre Serbia y Croacia y de ambas contra Bosnia-Herzegovina. Sobre el final de la década, Belgrado promovió también una ofensiva contra la población albanesa de Kosovo, mayoritaria en esa provincia, que finalizó tras un devastador bombardeo de fuerzas internacionales en 1999.
"Desde que se firmaron los primeros contratos de readmisión en 2001, han regresado unos 8.500 ciudadanos serbios por año", dijo en conferencia de prensa el ministro de Derechos Humanos de Serbia y Montenegro, Rasim Ljajic.
El funcionario estableció una oficina de readmisión en el aeropuerto de Belgrado donde seguirán aterrizando este año miles de refugiados despachados por avión. Esta oficina, con dos trabajadores sociales y un funcionario de la Cruz Roja, se estableció con una contribución de 85.000 dólares donados por el gobierno de Suecia.
"Pero nadie los quiere", dijo a IPS Danilo Rakic desde la sede de Belgrado de la organización no gubernamental "484" que trabaja por los derechos de las minorías. "Los devuelven a pesar de que no tienen adónde ir".
La mayoría de los gitanos van a vivir a barrios precarios alrededor de Novi Beograd, un vecindario de bloques de apartamentos. Los gitanos o roma son la minoría étnica más pobre y discriminada de Europa. Se cree que sus antepasados emigraron a territorio europeo desde Asia en el siglo XIV.
Las precarias viviendas que ocupan están hechas de cualquier modo debajo de puentes o empalmes de las autopistas o alrededor de docenas de nuevos sitios en construcción. Así van formando las "aldeas de cartón" y sus habitantes realizan cualquier tipo de trabajo manual que encuentren.
Muchos de los que regresan se refieren a sí mismos como deportados. Algunos incluso alegan que les dieron solo 48 horas para partir.
HP, un bosniokosovar de la ciudad de Kosovska Mitrovica que no quiso dar su nombre, huyó de Kosovo en 1996 y terminó en Holanda. Su casa en su ciudad natal fue destruida por el bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tres años después de su partida.
Como no pertenece a la mayoría albanokosovar, teme regresar a Kosovo, pues las minorías no son bienvenidas a pesar de la presencia de cuerpos de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la OTAN.
"¿Adónde voy a ir? No tengo casa en Mitrovica. No quiero ir a Pristina (la capital provincial) porque voy a estar rodeado de albaneses que evidentemente no quieren a nadie alrededor".
De momento HP vive con su familia en la meridional ciudad de Novi Pazar en la región de Sandzak, fronteriza con Kosovo. Se trata de un área habitada principalmente por musulmanes eslavos y bosnios. Como muchos, no tiene trabajo.
Con los niños se plantean otros problemas, dijo el director de Povratak (Regreso) una organización no gubernamental de Novi Pazar, Kadrija Mehmedovic.
Un tercio de los niños que regresan solo hablan la lengua del país del cual provienen y a menudo van a parar a escuelas para menores con necesidades especiales. Muchos padres deciden simplemente no mandarlos a clase.
"Unas 40.000 personas fueron deportadas a Sandzak desde 2000", dijo Mehmedovic en conferencia de prensa en Belgrado. "Se fueron huyendo de la pobreza, pero ella permaneció aquí".
Los activistas por los derechos humanos señalan la absurda burocracia de los países que deportan inmigrantes.
"Es absurdo por ejemplo que se otorgue el permiso de residencia a un miembro de la familia mientras que se rechazan las solicitudes de los otros integrantes que por consiguiente son deportados, dejando familias rotas", explicó Rakic. "Además, hay matrimonios mixtos, por ejemplo, parejas integradas por un serbio y una macedonia. A menudo se los separa y se los deporta a sus respectivos países".
Los activistas también culpan a Serbia de hacer poco o nada por quienes regresan.
"Como son nuestros ciudadanos, tenemos la obligación de reintegrarlos a la sociedad serbia", dijo a IPS Sanja Mrvaljevic, de la oficina serbia de la Asociación Europea. "Pero debe adoptarse una estrategia y estamos esperando por ella".
Por ahora "solo nos queda la esperanza", dijo HP.