ECONOMÍA-AMÉRICA LATINA: Opacidad no ayuda a la competencia

La transparencia puede ser un factor decisivo para que América Latina incremente su competitividad en el mundo, superando problemas como la corrupción, la baja credibilidad de los gobiernos y las debilidades fiscales.

Los factores que afectan el crecimiento económico regional, que mejoró en los últimos años pero está muy lejos del de China, India y Europa oriental, fueron ejes de un informe divulgado este miércoles, primer día del Foro Económico Mundial (FEM) sobre América Latina, en el que también se discutieron los riesgos y oportunidades para el desarrollo de la región.

El FEM, un encuentro de financistas y ejecutivos de corporaciones que se desarrolla todos los años en la estación turística suiza de Davos, celebra entre este miércoles y el jueves su foro latinoamericano en la meridional Sao Paulo, epicentro de la industria y el comercio de Brasil.

El informe "La competitividad latinoamericana" en 2006 reconoce los avances macroeconómicos, como la reducción de la inflación, y esfuerzos fiscales que, sumados al cuadro internacional favorable, impulsaron el crecimiento. Pero el desempeño económico regional no se corresponde con las expectativas, considerando los niveles de ingresos por persona, señaló Augusto López-Claros, economista jefe del FEM y director del informe.

América Latina y el Caribe presentan una situación singular, con Chile como una "excepción a la regla" que a la vez comprueba es posible desarrollar buenas instituciones económicas en la región, sostuvo. En macroeconomía, uno de los indicadores de la competitividad, Chile ocupa el primer lugar entre 117 países evaluados, incluyendo a los más desarrollados, destacó.
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Aun así, en la clasificación general, Chile aparece en el lugar 27. La evaluación considera nueve "pilares", entre ellos la calidad de las instituciones, la infraestructura, la salud, la educación en los niveles básico y superior, la eficiencia de los mercados y las respuestas tecnológicas e innovaciones.

El crecimiento económico no refleja necesariamente buena competitividad. India, que está creciendo mucho más que los países latinoamericanos, tiene pésimos indicadores educativos, aunque es conocida por sus avances tecnológicos, observó López-Claros. "En infraestructura es un desastre", acotó.

Los numerosos indicadores considerados por el estudio del FEM, varios para cada pilar, indican "las habilidades del país para sostener sus niveles de prosperidad". Los que son "decisivos para el crecimiento económico varían de un país a otro", en Finlandia por ejemplo poco importa la macroeconomía, y el factor clave es la innovación tecnológica, explicó.

La "transparencia" puede significar mucho para América Latina, dijo el economista a IPS. Chile, por ejemplo, tiene un grado de corrupción bajísimo en comparación con sus vecinos, después de "15 años de gobiernos que conquistaron credibilidad" de la población. El país también dispone de la mejor infraestructura regional, acotó.

Todo ello hace que Chile se vaya alejando del resto de la región. El segundo país latinoamericano más competitivo, Argentina, ocupa el lugar 54 en la clasificación general, superando a Brasil que está en el puesto 57, casi junto con Costa Rica, Colombia y México.

La educación y algo de infraestructura explican ese desempeño argentino, pese a su reciente crisis económica y a los datos macroeconómicos desfavorables.

La corrupción tiene un peso importante en las evaluaciones acogidas por el FEM. "Socava la democracia e inhibe la economía", según Moisés Naim, editor jefe de la Foreign Policy Magazine (Revista de Política Exterior), de Estados Unidos.

El problema no es solo la corrupción en sí misma, sino "la guerra contra la corrupción", que en los últimos 15 años dominó el debate, en desmedro de los temas del desarrollo. Los escándalos sucesivos no detuvieron el problema, se trata de "un remedio que mata al paciente", resumió Naim.

Un segundo factor que él considera dañino para el desarrollo regional son las desviaciones de una "guerra a la desigualdad", que conduce a políticas intervencionistas, de control de precios y del valor de la moneda, que no son eficaces contra la inequidad a la vez que reducen las inversiones y por ende el crecimiento económico, además de ampliar la corrupción.

América Latina es la región del mundo con mayor brecha entre ricos y pobres.

Hay también un "vacío ideológico" en una región que anhela el crecimiento y la superación de una "situación social desesperante", pero en la que se repiten errores del pasado, acotó.

En consecuencia, América Latina vive una "paradoja": el "chavismo", la corriente liderada por el presidente venezolano Hugo Chávez, despierta mucho más entusiasmo que Chile, aunque el "modelo de Venezuela sea muy inferior al chileno", lamentó Naim.

Ello se refleja en los nuevos líderes, como el indígena Evo Morales, elegido presidente de Bolivia, y otros nacionalistas o izquierdistas que disputarán elecciones con posibilidades de triunfo en México y Perú, destacó.

La pobreza, aunque no impida crecimiento, "es un obstáculo", señaló por su parte Guillermo Perry Rublo, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Su recomendación es engrosar el capital humano, más educación e infraestructura, conjugados con la liberalización del comercio que, en su opinión, "genera oportunidades".

En un debate sobre los riesgos que afectan a la región, el chileno Jose Miguel Insulza, secretario general de la Organización de los Estados Americanos, destacó que "hay buena democracia" en América Latina, el problema ahora es la inestabilidad que se nota en muchos países al acercarse las elecciones, y "la calidad de los gobiernos".

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