La ONU busca y no encuentra en ningún país del mundo una prisión para recluir al ex presidente liberiano Charles Taylor, que se apresta a someterse a juicio en Holanda por crímenes contra la humanidad en su país y en Sierra Leona.
Pero hasta ahora nadie está dispuesto a recibir de buen grado a Taylor, independientemente de si es hallado inocente (para lo cual deberían disponerle un nuevo hogar) o culpable (en cuyo caso deberán aprontar una celda).
Taylor afronta 11 acusaciones, incluidas tortura, violación, esclavización y terrorismo, cometidos por el Frente Unido Revolucionario y otras fuerzas armadas bajo su dirección cuando ejerció la presidencia de Liberia, entre 1997 y 2003.
Sin una residencia y una cárcel dispuestas para Taylor para cuando concluya el juicio, el proceso prácticamente está en un punto muerto.
Ni Sierra Leona ni Liberia no quieren a Taylor en sus territorios, por temor a que su sola presencia pueda amenazar la estabilidad de los dos países.
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El Tribunal Especial para Sierra Leona, patrocinado por la ONU, está radicado en la capital del país africano, Freetown.
Pero el juicio de Taylor cambió de sede. Será en La Haya, ciudad holandesa que alberga a la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y el Tribunal Internacional para Crímenes de Guerra para la ex Yugoslavia y la Corte Penal Internacional.
El gobierno holandés condicionó su papel como anfitrión del Tribunal Especial a que Taylor, si resulta convicto, cumpla su condena fuera del país europeo.
Austria y Suecia rechazaron las solicitudes de asignar una de sus prisiones a Taylor en caso de que se demuestre su culpabilidad.
Pero varias organizaciones de derechos humanos y activistas africanos tienen fuertes reservas sobre la mudanza del juicio de África a Europa, entre ellos Enock Mensah, presidente del Instituto de Desarrollo Africano, con sede en Nueva York.
Mensah dijo que cuando Taylor dejó la presidencia de Liberia, en agosto de 2003, Nigeria le brindó refugio, tras las negociaciones de la Unión Africana (UA), bloque que reúne a los 53 países del continente.
La UA, que patrocinó un acuerdo para la salida de Taylor de la presidencia, "debería intervenir y hallar un país", dijo Mensah a IPS. Además, afirmó, el juicio debería celebrarse en suelo africano, no en Europa.
La comunidad internacional debería ejercer presión sobre la UA para encontrar un país africano dispuesto a ser sede del juicio y a proveer una cárcel, consideró.
Cuando el dictador yugoslavo Slobodan Milosevic (1989-2000), fue juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en su país, el juicio se realizó en Europa, no en África, dijo Mensah. Es injusto para Taylor que su juicio se lleve a cabo fuera de su continente, agregó.
La Federación Internacional para los Derechos Humanos y Liberia Watch for Human Rights expresaron la semana pasada su preocupación por el inminente juicio en La Haya.
"Realizar juicios en Sierra Leona fue crucial para facilitar el restablecimiento del estado de derecho, reconstruir el sistema judicial nacional y asegurar que la justicia se cumpla. Las víctimas y la población de Sierra Leona en general están viendo que eso se hace", dijo Sidiki Kaba, presidente de la Federación Internacional para los Derechos Humanos.
El Tribunal Especial para Sierra Leona ya realizó juicios justos contra altos dirigentes como Foday Sankoh y Sam Hinga Norman, recordó Kaba.
"Demostró que puede manejar asuntos de seguridad sin crear más seguridad. Realizar juicios justos en Sierra Leona puede hacer una contribución más significativa a la estabilidad futura y a la transición hacia la democracia y el régimen de derecho en la subregión, según Thompson Ade-Bayor, presidente de Liberia Watch for Human Rights
Kolawole Olaniyan, director de programa para África de Amnistía Internacional, fue citado diciendo que la reubicación del juicio en La Haya tendría un efecto negativo porque "puede distanciar a los habitantes de Sierra Leona del proceso de justicia".
Olaniyan expresó que su organización comparte la creencia manifestada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, de que "la captura y el juicio del señor Taylor enviarán un mensaje poderoso a la región y más allá de ella, en cuanto a que no se permitirá que haya impunidad y que el régimen de derecho debe prevalecer".
Amnistía Internacional no está en posición de determinar la severidad de la amenaza a la seguridad del juicio si llegara a realizarse en Sierra Leona.
"La organización, sin embargo, reconoce que mudar el juicio tendría un efecto negativo de distanciar el proceso de justicia del pueblo de Sierra Leona, que sufrió directamente como resultado de los crímenes de los que se acusa a Taylor", agregó Olaniyan.
"La justicia debe ser accesible y visible para que el pueblo de Sierra Leona aborde los crímenes que afectan a todos los estratos de la población y actúe como disuasor de futuros perpetradores de delitos tan atroces", agregó Olaniyan.