COSTA RICA: DR-CAFTA, el acuerdo que divide

La nueva Asamblea Legislativa de Costa Rica iniciará sus sesiones este lunes 1 de mayo, con el país polarizado entre la ratificación o el rechazo al Tratado de Libre Comercio de República Dominicana, América Central y Estados Unidos (DR-CAFTA por sus siglas en inglés), como principal reto.

Para el mismo Día Internacional de los Trabajadores, organizaciones sociales preparan una gran manifestación contra el también llamado tratado de libre comercio (TLC).

El gobierno del electo presidente y ex mandatario Óscar Arias (1986-1990), que asumirá el 8 de mayo, se verá obligado a un gran ejercicio de negociación con quienes se oponen al tratado si quiere cumplir su promesa electoral de aprobarlo, afirman observadores.

Movimientos sociales, sindicatos, organizaciones estudiantiles y de productores así como la principal fuerza opositora en el Poder Legislativo, el Partido Acción Ciudadana (PAC), han reiterado su oposición al DR-CAFTA.

Algunos sostienen que no sólo se trata del desencuentro por el acuerdo comercial, sino de la confrontación de dos modelos de desarrollo.

Costa Rica es el único de los países firmantes del tratado del 24 de mayo de 2004 que no lo ha ratificado, un trámite que ya cumplieron los parlamentos de Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y República Dominicana.

La Asamblea Legislativa estará compuesta por 25 diputados del que será gobernante Partido Liberación Nacional, de origen socialdemócrata, pero volcado hacia la derecha, 17 del centroizquierdista PAC, seis del derechista Movimiento Libertario (ML) y cinco del Partido Unidad Social Cristiana (PSUC), del gobierno saliente.

Un legislador cada uno tendrán el izquierdista Frente Amplio, la cristiana Renovación Costarricense, el Partido Accesibilidad Sin Exclusión, que representa a los discapacitados, y el Partido Unión Nacional, favorable al DR-CAFTA.

Arias ha manifestado que cuenta con los 38 votos necesarios para ratificar el acuerdo, mientras el ex candidato presidencial del PAC, Ottón Solís, previene al futuro gobierno que evite una confrontación ignorando la opinión de muchos críticos del DR-CAFTA.

El sociólogo Carlos Sojo, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) dijo a IPS que el nuevo gobierno es responsable de controlar la tensión.

"El DR-CAFTA es un tema altamente controversial que divide a las principales fuerzas políticas en el congreso, en este caso el PAC y el PLN, que sin embargo contaría con el apoyo del PSUC y el ML, pero parecería que no es recomendable un enfrentamiento inicial y temprano", estimó.

Exponer a la nueva legislatura a decisiones duras y forzadas puede ser un error, y se debería empezar por promover proyectos de fortalecimiento institucional que permitan impulsar elementos de la llamada "agenda complementaria" del DR-CAFTA, destinada a compensar los daños de los sectores que serán perjudicados con la liberalización comercial, sostuvo Sojo.

También deberá observarse la dimensión de los costos económicos de la no aprobación de Costa Rica del tratado, añadió. Si son significativos, si se traducen en desempleo creciente y fuga de inversiones, habrá tensiones más fuertes para acelerar la ratificación. Si no es así, habrá espacio para una decisión mesurada, razonada y a la velocidad que este país requiere, opinó.

El sociólogo Sojo añadió que "la bola está del lado de la administración Arias. Si el nuevo presidente se empeña en anotar un tanto respecto del TLC, eso va a invitar a una confrontación, no necesariamente violenta, pero sí a una disposición limitada al diálogo".

"Si se inclina más por trabajo de media cancha y por un uso adecuado del tiempo político disponible, eso podría permitirle dialogar con todos los sectores", estimó.

Albino Vargas, secretario de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados, dijo a IPS que "el país sigue entrampado por la falta que tiene de encontrarse a sí mismo. La nueva composición de la Asamblea va a agudizar esa situación de tensión permanente, conflicto latente y eventualmente de gran confrontación".

"Estamos, con todos los movimientos sociales del país, con el objetivo fundamental de derrotar definitivamente el TLC, a eso están dirigidos todos los esfuerzos", dijo Vargas.

El desencanto de la población con las instituciones políticas se evidenció en las elecciones de febrero con un abstencionismo de 34 por ciento, el castigo al tradicional PSUC, que apenas alcanzó cinco escaños, y el triunfo de Arias con la proporción más baja de votos de la historia, menos de 25 por ciento.

El reto de la nueva legislatura es lograr una labor que satisfaga a los ciudadanos. Según sondeos, el parlamento saliente fue el peor de las últimas décadas con la aprobación de sólo 234 leyes en 1.462 proyectos presentados en cuatro años.

Aunque se mantiene el bipartidismo, este responde a un modelo muy distinto, pues el principal opositor, el PAC, es un movimiento con apenas cinco años de existencia y que perdió la Presidencia por apenas 1,12 de los sufragios.

Sin embargo, la juventud política del PAC ya le cobró una importante factura, pues al concluir el primer año de la legislatura que finaliza, ocho de los 14 legisladores elegidos en 2002 abandonaron las filas del partido por diferencias con su líder, Solís.

El jueves, último día del parlamento saliente, la diputada Aída Faingezich, alejada del PUSC, reconoció que los legisladores debían pedir perdón al pueblo de Costa Rica por los asuntos pendientes y por no haber desempeñado una labor satisfactoria. (

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