La Comunidad Andina de Naciones (CAN) «está muerta», dijeron sin más trámite los presidentes Evo Morales, de Bolivia, y Hugo Chávez, de Venezuela, pero este último fue más lejos al anunciar que preparaba el retiro de su país del bloque, al que se sumó en 1973.
"Alguien puede decir que la CAN existe, pero se acabó, está muerta, le pasó por encima el neoliberalismo", dijo Chávez en Asunción, donde asistió este miércoles a una reunión con Morales y sus pares Nicanor Duarte, de Paraguay, y Tabaré Vázquez, de Uruguay.
Morales se sumó a las críticas de Chávez, que ostenta la presidencia de turno de la CAN, al también sostener el fin del bloque. "Algunos presidentes en la CAN son instrumentos de la desintegración y de la recolonización, aunque tenemos esperanzas y apostamos por la integración sudamericana", apuntó.
En esta cumbre de Asunción se pactó un proyecto para suministrar gas natural de Bolivia a Paraguay y Uruguay.
Pero además de los malos augurios para el bloque andino, también se lanzaron en la cita advertencias por los problemas que afronta el Mercado Común del Sur (Mercosur), que Uruguay y Paraguay integran con Argentina y Brasil, y que Venezuela está en proceso de adhesión plena.
Por momentos, el tono de las intervenciones fue de queja y casi de "rebelión" de los países pequeños ante los grandes de la región, Argentina y Brasil.
En la CAN, la línea divisoria que puede extinguir el grupo fue trazada por la firma de los tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos por parte de Colombia y Perú, en tanto un acuerdo similar con Ecuador aún es objeto de arduas negociaciones.
Esos tratados "son alquitas" dijo Chávez, aplicando un diminutivo al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), del cual abomina por considerarla un instrumento de dominación económica de Estados Unidos, promotor de la iniciativa.
"Yo no creo en el libre comercio. Algunos de nuestros países siguen pidiendo a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE) que bajen las barreras al libre comercio. No sigamos perdiendo el tiempo, no lo van a hacer", añadió el gobernante venezolano.
Morales consideró que "el ALCA está siendo derrotado por el ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas, un término acuñado por Chávez para su propuesta de integración más que comercial) y los TLC por los TCP, que son tratados de comercio entre los pueblos".
El mandatario izquierdista de Bolivia también fustigó el tratado que firmó Bogotá con Washington, "que ya nos quita mercado para la soja". "Si firmáramos un TLC así con Estados Unidos, muchos más productores nuestros quedarían arruinados", aseveró..
El ministro venezolano de Integración y Comercio Exterior, Gustavo Márquez, dijo a IPS que Caracas no está a favor de "la desintegración, sino de la integración de nuestros pueblos y nuestros países, pero el daño hecho por los TLC no es, digamos a las paredes, sino a las bases mismas de la CAN".
Colombia "ha dado cuotas a Estados Unidos en rubros que le exportaba Venezuela, como arroz, y reconocido ventajas a la industria estadounidense de medicamentos que la favorece y puede elevar el precio de las medicinas y generar desempleo", dijo Márquez.
Caracas, además, se resintió porque las negociaciones con Washington que hicieron Bogotá y Lima no le fueron consultadas, según Márquez, "a lo que estaban obligados".
En cambio, "la incorporación de Venezuela al Mercosur fue saludada por los socios andinos como un paso importante en la integración sudamericana", puntualizó.
La debacle quedó anunciada desde marzo, cuando Chávez comenzó a plantear que la CAN "está muerta, no existe", en el preciso momento en que el peruano Allan Wagner, secretario general del bloque, defendía en Bruselas las ventajas de negociar un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE).
El mandatario venezolano prácticamente renunció a convocar la habitual cita semestral de presidentes andinos, y posiblemente Morales se abstenga de llamar a la reunión especial para fijar los criterios comunes que llevaría la CAN a la cumbre entre gobernantes latinoamericanos, caribeños y de la UE, el 12 de mayo en Viena.
También Caracas arrojó un balde de agua fría a un posible convenio entre el bloque andino y la UE: "No se puede materializar un acuerdo cuando en el propio seno de la CAN no se ha podido definir la situación que permitiría superar las diferencias surgidas entre los miembros por las firmas de los tratados de libre comercio", dijo el vicecanciller Pavel Rondón.
Este jueves y el viernes, delegados andinos y europeos explorarán en Bruselas la posibilidad de un acuerdo, en una de las antesalas a la cumbre de Viena.
La anunciada decisión venezolana de abandonar la CAN no fue consultada por el gobierno con el parlamento o instituciones de la economía privada, aunque algunos gremios empresariales han sido informados de las críticas oficiales en sus propias asambleas.
Por otra parte, la despedida venezolana del grupo andino y la amenaza de que Bolivia tome igual decisión, echa por tierra la propuesta hecha el martes por Colombia para "un relanzamiento" de la CAN, así como el pedido de Wagner para que el bloque "haga un examen de sus logros y desafíos" con motivo de su 37 aniversario a cumplir en mayo.
El ministro colombiano de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero, propuso a los socios de la CAN examinar una agenda de 12 puntos para fortalecerla. Entre ellos se enumera perfeccionar la zona de libre comercio hasta planes de integración física, de lucha contra la pobreza y de convergencia hacia la Comunidad Sudamericana de Naciones.
Wagner pidió reconocer "la fuerte institucionalidad" de que se dotó la CAN desde su creación en 1969, así como las dificultades para sostener una política exterior común y los distintos enfoques de los países acerca de cómo encarar el desafío del desarrollo.
La CAN reúne unos 125 millones de habitantes (un tercio de América del Sur), con un producto bruto anual de 260.000 millones de dólares y un comercio exterior de 128.000 millones de dólares anuales, siete por ciento de los cuales es intracomunitario.
La cita de Asunción también se presentó, en intervenciones de los presidentes Duarte y Vázquez, apoyadas por Morales y Chávez, como un encuentro de los "pequeños" del Mercosur, y también ventiló críticas al recorrido integracionista de ese bloque.
"Así como está, el Mercosur no sirve", dijo Vázquez. "Necesitamos uno mejor, donde por ejemplo los grandes países (en alusión a Brasil y Argentina) no resuelvan sus problemas energéticos y luego nos informen a los demás".
También pidió convocar al Tribunal de Solución de Controversias del Mercosur para tratar el diferendo que opone a su país con Argentina por la construcción, en zona fronteriza uruguaya, de dos plantas procesadoras de celulosa, que ambientalistas y Buenos Aires temen dañe el ambiente y afecten la salud humana.
"El Mercosur debe convertirse en una plataforma de desarrollo, integración y soluciones y debe considerar la igualdad de derechos de sus socios", dijo a su vez Duarte.
Chávez, a su turno, lamentó que Uruguay deba exportar arroz al remoto Irán porque no puede colocarlo en Brasil, o que camiones con carne paraguaya no puedan cruzar la frontera argentina rumbo a Chile.
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