El presidente colombiano Álvaro Uribe respondió con una intensa actividad diplomática el anuncio del mandatario venezolano Hugo Chávez de que retiraría a su país de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), integrada además por Bolivia, Ecuador y Perú.
La razón podría ser, según dijo una asesora gubernamental a IPS, que el retiro de Venezuela deja cojo el cálculo de Bogotá al haber hecho determinadas concesiones en la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) que firmó con Washington y que parece ser origen del rompimiento del bloque andino.
La petrolera Venezuela es la nación más rica de la CAN y la segunda socia comercial de Colombia. Mientras Chávez mantiene un fuerte pulso verbal con el gobierno estadounidense de George W. Bush, el derechista Uribe es el mayor aliado de éste en el hemisferio occidental.
En Medellín, capital del noroccidental departamento de Antioquia, tierra natal de Uribe, el mensaje del colombiano fue para Bush y los legisladores de "todas las bancadas" de ese país.
"Los Estados Unidos tienen que comparecer ahora, en este momento, y agilizar el proceso de aprobación del tratado. Es mi llamado al Congreso de Estados Unidos", dijo Uribe el lunes en Medellín, a la que llegó para asistir al paradójico foro de alto nivel "Construyendo una Comunidad Andina de Ciudadanos y Ciudadanos" organizado el lunes y el martes por la CAN.
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Para entrar en vigor, el TLC debe ser ratificado por los poderes legislativos de los dos países.
Ese mismo lunes, y en respuesta al pedido del presidente boliviano Evo Morales de que Chávez reconsiderara el retiro venezolano de la CAN, éste había dicho que estaba dispuesto, siempre y cuando Perú y Colombia renunciaran al TLC.
Mientras el Congreso estadounidense permanece enfrascado en temas internos debido a las elecciones legislativas de noviembre, según el Ministerio de Comercio colombiano, Washington demora ya un mes, con respecto a lo acordado, la revisión de la traducción en inglés y español del TLC, cerrado el 28 de febrero.
"Yo creo que las circunstancias nos van a obligar a todos a agilizar la aprobación", dijo Uribe, quien cree que si el TLC comienza a "mostrar sus bondades, se empieza a tranquilizar la discusión al interior de la región andina".
"Lo peor para la Comunidad Andina es el estancamiento del proceso" del TLC, recalcó. También Perú tiene pendiente la ratificación parlamentaria del acuerdo.
Uribe prefirió poner el énfasis en las riquezas petroleras de su vecino.
"Hay una relación comercial alrededor del petróleo muy fluida entre Venezuela y los Estados Unidos, pero una relación política muy alterada, que afecta a toda la región", acotó el martes desde Brasilia.
Uribe invocó los buenos oficios del presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva para conseguir una reunión bilateral con Chávez y anunció que "Colombia estaría dispuesta a pactar una compensación" con Bolivia si el TLC le crea "algún riesgo a la economía" de ese país.
"En este ajedrez, el país más afectado es Bolivia, por lo que el anuncio de Chávez es en solidaridad con el gobierno de Evo Morales", dijo a IPS la senadora liberal colombiana Piedad Córdoba, quien predice una "guerra fría" del venezolano contra Uribe.
Los bolivianos se habían quejado de que, en virtud del TLC colombiano, ya no podrían colocar su soja en el mercado de ese vecino por valor de entre 160 y 200 millones de dólares al año, debido a la entrada masiva a Colombia de la oleaginosa estadounidense más barata. Si se sumara el mismo fenómeno en Perú y Ecuador (que está negociando un tratado de libre comercio con Estados Unidos) el daño para Bolivia ascendería al doble.
Para Chávez, los TLC bilaterales de Perú y Colombia con Estados Unidos marcan la muerte de la CAN porque harían inoperantes las normas intracomunitarias.
Más allá de eso, el líder venezolano ve en los TLC una estrategia estadounidense para minar la integración de la creada pero aún no operativa Comunidad Sudamericana de Naciones, que acoge a todos los países de América del Sur y que también Uribe dice apoyar.
El gobierno interino de Ecuador aún no cierra la negociación de su TLC, en un escenario de fuerte oposición interna, en tanto que Bolivia participó solamente como observadora de las negociaciones.
Venezuela se abstuvo de negociar, pero hizo firmar a Colombia, Ecuador y Perú un compromiso de que en sus negociaciones no contravendrían la normativa andina, que tiene jerarquía jurídica superior a las legislaciones nacionales. Uribe aseguró en Medellín que ese acuerdo fue respetado.
La parte colombiana asevera que Venezuela fue informada sobre la marcha de las negociaciones y que Caracas nunca manifestó su contrariedad abierta hacia el TLC.
Este miércoles el gobierno venezolano presenta en Lima la denuncia del Acuerdo de Cartagena, tratado que dio vida a la CAN, y con ello inicia su exclusión de la comunidad, que tiene un trámite de cinco años.
El presidente colombiano afirmó en Medellín que Venezuela atacaba los TLC por "razones ideológicas sin sustentar" y que se trataba de "pequeñas disputas parroquiales de la ideología".
En Brasil, sostuvo además que "aquí hay un propósito de erradicación de la pobreza, no un capricho, no un dogma ideológico. Buscamos mercados y buscamos integración porque allí encontramos caminos de erradicación de la pobreza".
Para el presidente de la Asociación Colombiana de Pequeños Industriales, Juan Alfredo Pinto, "la decisión (venezolana) francamente no es económica. Es una decisión política".
Según el industrial, Chávez tiene "un enfoque hacia la integración latinoamericana y nosotros hacia la integración panamericana, con la inclusión de Estados Unidos, porque con este país tenemos más negocios que con el otro bloque. Y a un plazo intermedio, el otro bloque no nos genera tantos negocios como Estados Unidos", agregó el portavoz de uno de los sectores más afectados por el retiro venezolano de la CAN.
"Los argumentos (de Venezuela) sobre afectación socioeconómica de la relación bilateral por cuenta del TLC no consiguen cristalizar", afirmó el industrial en el foro de alto nivel, que contó con la presencia de unos 100 expertos internacionales y periodistas del área andina.
Pero si para mantener la unidad de la CAN hay que ceder en algunas posiciones, tanto Colombia como Ecuador y Perú "tenemos que hacerlo", opinó Pinto.
Para el secretario general de la CAN, el peruano Allan Wagner, la disputa, lejos de ser parroquial, muestra "profundas discrepancias entre los países miembros sobre el modelo de desarrollo que mejor responda a las necesidades sociales y sobre el tipo de inserción internacional que debe corresponder a esos objetivos."
También obedece a distintas concepciones sobre la organización del Estado, sus relaciones con la sociedad, y visiones diversas sobre la naturaleza y finalidad de los procesos de integración andino y sudamericano, agregó.
"No debemos asustarnos por la decisión del presidente Chávez de salir (de la CAN). Estoy completamente convencido de que si actuamos todos unidos vamos a convencer al presidente Chávez de que vuelva. Y más que a él, al pueblo de Venezuela", dijo en el foro Yehude Simon, presidente (gobernador) del departamento de Lambayeque, en el noroeste de Perú, preso nueve años por el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000).
"Nada justifica romper el sueño de Simón Bolívar sobre la unidad de las naciones", dijo Simon en referencia al líder de la independencia andina del imperio español, héroe común de los cinco países.
Uribe habló por más de dos horas en la inauguración del foro de alto nivel.
Al final, los comunicadores expidieron la "Declaración de Medellín", en la que consignan la importancia de "que los gobiernos informen de manera oportuna y transparente las decisiones que toman respecto a las políticas nacionales sobre la integración".
Entretanto, el texto del TLC acordado entre Bogotá y Washington sigue siendo secreto, lo mismo que el de Perú, firmado en diciembre.
A los periodistas les sigue vedado leerlo, y los sectores productivos y académicos que tienen acceso a él deben firmar un compromiso de confidencialidad con efectos legales.
El anuncio del retiro de Venezuela de la CAN precede una movilización nacional de organizaciones campesinas convocada en Colombia para el 15 de mayo, en contra del TLC, y las elecciones presidenciales del 28 del mismo mes, en las que Uribe aspira a ser reelecto.