CIENCIA: Satélite va tras misterios del hielo polar

El satélite europeo Cryosat 2, que saldrá al espacio en marzo de 2009, determinará por primera vez a qué ritmo se derrite el hielo de los polos, lo cual es vital para el conocimiento actual de las alteraciones que sufre el clima planetario, dijo a Tierramérica el director de la misión, Volker Liebig.

El fracaso del lanzamiento del primer Cryosat, en octubre de 2005, constituyó un considerable tropiezo para la comunidad científica mundial interesada en estudiar el impacto del efecto invernadero en las masas de hielo de los polos.

Pero la Agencia Espacial Europea (ESA, en inglés), que en el marco de su programa de Observación de la Tierra había organizado su lanzamiento, no renunció a la misión y la relanzará con una nueva tecnología de puesta en órbita, para garantizar su éxito.

"La misión del Cryosat de medir las tasas de cambio de volumen de las masas de hielo de los polos durante tres años, es crucial para comprender las consecuencias del calentamiento atmosférico", dijo Liebig, director del programa de Observación de la Tierra de la ESA.

Hasta ahora, las estimaciones sobre el volumen del hielo en los polos están basadas en mediciones aisladas y ofrecen resultados contradictorios. Por ejemplo, algunas indican que, mientras la superficie del Ártico en el Polo Norte se redujo nueve por ciento en 30 años, aumentó de manera prácticamente equivalente en el mismo periodo en la Antártida.

La misión del Cryosat 2, que fue aprobada en febrero, deberá aportar informaciones definitivas a este respecto.

"Cryosat 2 deberá medir el espesor del hielo, tanto en las masas de los polos como en los mares, para analizar el vínculo entre el derretimiento de esas masas glaciales y el aumento del nivel del mar, y cómo contribuye esto al cambio climático", apuntó Liebig.

El científico indicó que para la ESA es importante examinar cómo estos fenómenos modifican la naturaleza de la Corriente del Golfo, que determina el clima en Europa septentrional.

"El clima en regiones europeas como las islas británicas y los países escandinavos está determinado por la Corriente del Golfo, que lo hace muy distinto de zonas situadas a igual distancia del ecuador en América del Norte, como Canadá y Alaska", explicó Liebig. "El deshielo en los polos seguramente cambiará la naturaleza de la Corriente del Golfo, afectando el clima de Europa del Norte".

Distintas instancias científicas establecieron que el deshielo polar es constante desde hace años.

En septiembre, el Centro Nacional de Información sobre la Nieve y el Hielo de Estados Unidos (NSIDC, por sus siglas en inglés) estimó que el hielo en el Polo Norte se derrite a un ritmo de ocho por ciento cada 10 años y que, de mantenerse esta tendencia, hacia fines del siglo XXI el hielo podría desaparecer del Ártico durante el verano boreal.

Según mediciones del NSIDC, la superficie helada del Polo Norte abarcaba 5,32 millones de kilómetros cuadrados, el menor registro desde el inicio de las mediciones vía satélite, en 1978.

Para confirmar y precisar esas mediciones, a partir de marzo de 2009 y durante tres años, Cryosat 2 girará alrededor de la Tierra con una inclinación muy alta e inusual para satélites meteorológicos, con el fin de alcanzar 88 grados de latitud Norte y Sur.

"Para los satélites meteorológicos normales existe un ángulo ciego, que les impide observar determinados puntos de la Tierra. Para el Cryosat 2, este ángulo no existe", dijo Liebig.

Además, un radar especial (Siral, por sus siglas en inglés), que es el principal instrumento del satélite y es operable bajo todas las condiciones climáticas, tendrá la tecnología más avanzada para obtener medidas exactas del espesor de las masas polares de hielo.

El Siral dispone de dos antenas que emiten señales de radar y reciben sus ecos reflejados por la superficie helada de los polos. Las dos antenas funcionan como los ojos humanos, permitiendo una visión tridimensional de las masas polares.

El Siral opera en coordinación con el programa del Cryosat de medición de órbitas y posicionamiento por radio de alta precisión llamado Doris, complementado por un sistema alimentado por rayos láser de retro-reflexión.

Este complejo sistema de mediciones permitirá al Cryosat obtener imágenes milimétricas de las superficies inclinadas irregulares de las masas de hielo polar, así como del que flota en los mares. También será posible medir exactamente la velocidad de fluidez del hielo, que permite conclusiones sobre la gravedad del cambio climático.

Liebig aclaró que la tecnología de mediciones del satélite meteorológico no fue cuestionada por el fracaso de la primera misión.

"La caída del Cryosat se debió a un error en el cohete de lanzamiento. Pero su tecnología de observación funciona perfectamente y es la más avanzada disponible", aseguró.

* El autor es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 1 de abril por la red latinoamericana de Tierramérica.

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