Diez días después de declarar «muerta» a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el presidente venezolano Hugo Chávez y su par boliviano Evo Morales se reunirán este fin de semana con Fidel Castro en Cuba para estrechar sus propios programas de integración.
La reunión cumbre fue anunciada en los últimos días por ambos gobernantes sudamericanos, y confirmada este viernes en la capital cubana. La cita coincide con el primer aniversario de medio centenar de convenios suscritos entre Caracas y La Habana a fines de abril de 2005.
Castro y Chávez consideran esos acuerdos ejemplo de lo que podría significar la puesta en práctica de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que defienden como modelo contrario al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), proyecto hemisférico estadounidense que incluiría a todos los países americanos, excepto Cuba.
Para las autoridades cubanas esos convenios son resultado de una alianza "mutuamente ventajosa" y se inscriben un contexto integracionista amplio y de "largo alcance". Abarcan la cooperación en esferas de la salud, la educación y las relaciones económicas y comerciales.
El 19 de abril, Chávez y Morales coincidieron en Asunción en las duras críticas a la CAN, y el venezolano anunció que su país se retiraría de ese bloque, integrado además por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
La CAN constituye un mercado de unos 125 millones de habitantes (un tercio de América del Sur), con un producto bruto anual de 260.000 millones de dólares y un comercio exterior de 128.000 millones de dólares anuales, siete por ciento de los cuales es intracomunitario.
Al parecer, el detonante de las amenazas de Chávez es la firma de Colombia y Perú de sendos Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que el mandatario venezolano estima esquemas similares al ALCA.
Los tres, Chávez, Morales y Castro, critican ese proyecto comercial como instrumento de dominación económica de Estados Unidos, promotor de la iniciativa.
En la cita de Asunción, Morales dijo que el ALCA "está siendo derrotado por el ALBA y los TLC por los TCP", tratado de comercio de los pueblos.
A principios de esta semana, el mandatario boliviano anunció que durante su visita a La Habana firmaría con sus pares un TCP que habilitaría el intercambio comercial entre los tres libres de aranceles. Caracas "se compromete a comprar toda la soja boliviana", dijo Morales en mensaje tranquilizador a los agricultores de su país que perderían el mercado colombiano cuando entre en vigor el TLC y habilite el ingreso masivo de soja estadounidense más barata a Colombia.
También Cuba es importadora de frijoles y aceite de soja, entre otros alimentos que ha comprado a agricultores estadounidenses desde 2001, luego de aprobada en Estados Unidos una legislación que permite esas ventas en condiciones especiales, a pesar del embargo económico de Washington.
A mediados de este mes, el presidente de la empresa estatal importadora de alimentos, Alimport, Pedro Álvarez, recordó que las compras cubanas de alimentos en el extranjero suman unos 1.700 millones de dólares anuales.
Según Morales, La Habana estaría interesada en comprar quinua, un grano de alto poder nutritivo que se cultiva en la región altiplánica. De acuerdo con fuentes empresariales bolivianas, ese producto figura en el Acuerdo de Complementación Económica vigente entre los dos países.
Ese convenio, suscrito en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración establece concesiones arancelarias para unos 100 rubros de Bolivia y cerca de 80 de Cuba, una pequeña parte de un total que ronda los 7.000 renglones.
En virtud de la Zona de Libre Comercio Andina, los países de la CAN han eliminado las barreras arancelarias intracomunitarias y adoptado un arancel común para el intercambio con terceros.
De ahí que el TCP tendría una connotación más "política que comercial", dijo a medios de prensa el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez.
Como parte de la colaboración cubano- venezolana, las estatales Petróleos de Venezuela y Cuba Petróleo echaron a andar en la primera quincena de abril una empresa mixta para reactivar una refinería con capacidad de unos 70.000 barriles diarios de petróleo, situada en Cienfuegos, 232 kilómetros al este de La Habana.
"Se va a comenzar con una inversión aproximada de entre 800 y 1.000 millones de dólares en gastos compartidos", comentó a periodistas en La Habana el embajador venezolano Adán Chávez, hermano del presidente Chávez.
Actualmente, ese país suministra unos 90.000 barriles diarios de crudo a Cuba en condiciones preferenciales, como el pago de parte de la factura con servicios de salud.
El primer viaje de Morales al exterior tras ser elegido presidente fue a Cuba, con la cual firmó de inmediato un acuerdo de cooperación en materia de salud y para la formación en este país caribeño de 5.000 médicos bolivianos, además de material didáctico y asesoría para una campaña de alfabetización.