Como España y Finlandia, Portugal abrirá este 1 de Mayo sus fronteras a la libre circulación de trabajadores de los ocho Estados de Europa central y oriental que ingresaron a la Unión Europea (UE) dos años atrás.
A partir de este lunes, Día Internacional de los Trabajadores, ciudadanos de Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y República Checa, podrán circular y trabajar libremente en los dos países ibéricos y en Finlandia, a consecuencia de las decisiones de estos tres de levantar las barreras impuestas en el Tratado de Adhesión del 16 de abril de 2003, en vigor desde el 1 de mayo de 2004.
En esa fecha también ingresaron al bloque Malta y Chipre, a las que nunca se aplicaron esas restricciones.
Por entonces, 12 de los 15 países que eran miembros de la UE no escondieron su recelo ante una eventual "proliferación de mano de obra barata", lo que inevitablemente se traduciría en un aumento sustancial del desempleo.
Las excepciones fueron la República de Irlanda, Gran Bretaña y Suecia, que no aceptaron colocar trabas a la "invasión" de las naciones ex socialistas.
Dos años de experiencia en esos países desmintieron las profecías de desastre, demostrando que, al contrario, la cesantía no aumentó y los indicadores de empleo fueron relativamente saludables en comparación con sus 12 pares, desde abril de 2004.
En buena medida, Helsinki, Lisboa y Madrid tomaron en cuenta lo ocurrido en Suecia y en las islas británicas para abrir ahora las fronteras, sostiene un análisis publicado esta semana por el Diario Económico portugués.
El grupo de los nueve recelosos (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Holanda, Italia y Luxemburgo), cuentan con un nuevo plazo de tres años para revisar la posibilidad de abrir sus fronteras. Los países que no lo hagan al llegar a esa fecha, deberán forzosamente ceder el 1 de mayo de 2011, como prevé el Tratado.
El ministro portugués de Bienestar Social y Trabajo, José Vieira da Silva, explicó que el gobierno desea así contribuir, "aunque de forma modesta", en el proceso de construcción europea, permitiendo a los ciudadanos de los ocho países hacer uso de "uno de sus derechos más relevantes".
El funcionario enfatizó que "no hubo impacto negativo" en los países que abrieron sus fronteras, mientras "en algunos que no lo hicieron" aumentó el desempleo.
En la óptica de Lisboa, la experiencia vivida desde la ampliación de la UE indica que "no hay motivos válidos para mantener estas restricciones", según sostuvo el secretario de Estado de Asuntos Europeos (vicecanciller), Fernando Neves.
Durante un encuentro con un reducido grupo de corresponsales extranjeros el jueves, Neves subrayó que los tres países que abrieron sus fronteras hace dos años "se beneficiaron mucho mejor" que los que no lo hicieron.
El funcionario recordó que "nunca hubo un número significativo de inmigrantes de estos (ocho) países hacia Portugal, que más bien siente alguna presión de carácter migratorio sobre todo de fuera de la UE, en especial del Este europeo, Brasil y África de expresión oficial portuguesa", en referencia a Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe.
El vicecanciller hizo especial hincapié en que "la decisión del gobierno contó con pleno apoyo de los sindicatos", sensibles a la libre circulación de personas "que es tal vez una de las libertades esenciales más importantes del proceso europeo", acotó.
Neves rechazó de plano el concepto de "nuevos países", que suele utilizarse para referirse a los diez que ingresaron en la última ampliación de la UE. "Hablamos siempre de los nuevos Estados miembros. Falso. Lo que hay son tan solo Estados miembros. Somos todos miembros, con los mismos derechos y deberes", enfatizó.
El gobierno no cree "que lleguen más personas de lo que es previsible y deseable dentro del marco del proceso de integración europea", porque "infelizmente, la economía portuguesa está creciendo a un nivel muy bajo y no creo que de partida nos tornemos atractivos para los trabajadores de esos países".
No hay riesgo para el mercado laboral nacional, según opinión de todos los analistas, compartida por el vicecanciller, cuando asevera que en la UE "existen otras economías más aceleradas, con mejores oportunidades de trabajo".
Por otro lado, "la economía de esos países" del Este "se ha ido adaptando rápidamente a los parámetros de la UE, ellos mismos ya generaron una riqueza de desarrollo que apunta la posibilidad que sus trabajadores se mantengan en su propio territorio", añadió.
En Portugal, "hay diversidad para escoger", apuntó. Hay áreas donde faltan profesionales, pero no necesariamente esas vacantes "serán llenadas por personas procedentes de esos países", dijo señalando el sector de la salud, en el cual difícilmente puedan trabajar personas que no hablen portugués o una lengua próxima.
"Es por eso que en este sector trabajan especialmente brasileños y españoles, así como rumanos y moldavos, de lengua latina, que se adaptan más rápidamente", sentenció.
Neves destacó además que "Portugal es un país de emigrantes. Son siglos en que los portugueses parten. Por lo tanto, hay apertura de espíritu, una cierta solidaridad con las personas que sienten necesidad de emigrar para encontrar mejores condiciones de vida", aseveró.