La muerte de 65 mineros en México destapó una serie de denuncias de corrupción, explotación de trabajadores y otros problemas en esa industria, cuyo sindicato nacional se declaró en huelga.
La medida de fuerza, que cumplen desde el miércoles buena parte de los 260.000 trabajadores mineros de país, estalló para exigir al gobierno de Vicente Fox que reconociera como su único líder a Napoleón Gómez, quien es investigado por acusaciones de corrupción.
Portavoces del gobierno explicaron que recibieron un comunicado del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares en el que se informaba que Gómez fue relevado de su cargo de secretario general el 17 de febrero. Según esa versión, la huelga, calificada de ilegal por la Secretaría (ministerio) de Trabajo, se origina en problemas sindicales internos.
A través de una carta pública, la Cámara Minera, que reúne a poderosas empresas, algunas de ellas acusadas de explotar a sus trabajadores, demandó al gobierno una solución inmediata al conflicto. "La pugna interna en el Sindicato Minero ha tomado como rehenes a las empresas del ramo", señaló.
Según los cálculos de los empresarios, las pérdidas diarias por la huelga suman unos 17 millones de dólares.
No se sabe con exactitud cuántos trabajadores están de huelga apoyando a Gómez. Varias empresas reportaron que sus empleados seguían laborando con normalidad, mientras otras confirmaron la paralización.
"La muerte de los 65 mineros destapó la olla de grillos de la minería mexicana, que pocas veces aparece en los medios de comunicación a pesar de su poderío económico", dijo a IPS Gonzalo Rodríguez, geólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En lo que pasó a ser el peor accidente minero en décadas, 78 trabajadores que extraían carbón en una mina del estado de Coahuila, en el norte, quedaron atrapados el domingo 19 de febrero bajo toneladas de tierra a más de 1.000 metros de profundidad, debido a una o varias explosiones.
Trece mineros fueron hallados con vida en las primeras horas de las labores de rescate, pero el resto quedó sepultado.
Los fallecidos trabajaban por pagos de entre 160 y 310 dólares mensuales para el Grupo México, firma que en 2005 reportó ventas por 5.193 millones de dólares.
Aunque aún no se sabe cuál fue la causa del accidente en Coahuila, algunos ex trabajadores lo atribuyen a la falta de adecuadas medidas de seguridad en la mina, afirmación que Grupo México rechaza.
La Organización Internacional del Trabajo considera a la minería, sobre todo la de carbón, como "una de las actividades más peligrosas". Se calcula que cada año mueren más de 15.000 mineros en el mundo en diferentes accidentes.
La producción del sector minero mexicano registró un crecimiento de más de siete por ciento anual en 2004 y 2005, el mayor desde 1995.
Según la Cámara Minera, esa actividad, que contribuye con 1,6 por ciento del producto interno bruto del país y tiene un valor de producción anual de más de 5.000 millones de dólares, vive uno de sus mejores momentos debido a la elevada demanda internacional de minerales.
El secretario general Gómez, a quien respalda un sector de su sindicato, había denunciado que el accidente de Coahuila se produjo por fallas en las medidas de seguridad atribuibles a los dueños de la empresa.
Gómez, que en el pasado mantenía cercanas relaciones con el gobierno de Fox y las empresas mineras, es ahora acusado por fiscales y un sector de sus compañeros de usar en su provecho más de 50 millones de dólares de la organización obrera.
Al igual que los viejos líderes sindicales mexicanos, que hasta 2000 eran parte de los gobiernos corporativos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Gómez no tiene el perfil de un típico trabajador: se traslada en lujosos automóviles, es dueño de residencias en zonas exclusivas y presume de amistades influyentes en los círculos políticos y empresariales.
Gómez, miembro del PRI, asumió la conducción del sindicato en 2002 en sustitución de su padre, quien estuvo en ese cargo 40 años consecutivos.
La mayoría de trabajadores mineros están afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares, al que cotizan y a través del cual negocian sus contratos colectivos con las empresas empleadoras.
"En el sindicato minero, como en otros, parece haber una gran corrupción y eso lo confirman las denuncias y la forma de vida de su dirigente, que más parece el dueño de alguna empresa", opinó Rodríguez.