Al fondo, una tela con una inscripción que pide «libertad para los 75» e incluye los nombres de cada opositor preso. Sentadas en semicírculo, una veintena de mujeres cubanas vestidas de riguroso blanco rezan el rosario. Es un mediodía habanero tan monótono como cualquiera, y nada interrumpe el coro de oraciones.
La escena se repitió en más de una ocasión del 18 al 20 de marzo en la casa de Laura Pollán, una de las más activas Damas de Blanco, que no líder, porque "entre nosotras no hay jefe, las decisiones las tomamos entre todas", dijo a IPS Berta Soler, otra no menos conocida integrante del grupo.
Con ayunos, oraciones y un par de marchas callejeras que, pese a temores y malos augurios, transcurrieron sin incidentes con la policía y vecinos partidarios del gobierno, las mujeres conmemoraron durante tres días el tercer año de los arrestos que aún mantienen en la cárcel a sus esposos y parientes.
"Esperábamos no llegar a este aniversario, pero estamos dispuestas a continuar con nuestra lucha por el tiempo que sea", dijo a IPS Pollán, cuyo esposo, Héctor Maseda, cumple una condena de 20 años en la prisión de Matanzas, a 87 kilómetros de La Habana.
Identificadas por el color de su vestimenta, las Damas de Blanco son familiares de los 75 disidentes apresados entre el 18 y el 20 de marzo de 2003 y sentenciados entre los días 4, 5 y 7 de abril a penas de seis a 28 años de cárcel bajo acusación de actuar por encargo de Estados Unidos para desestabilizar al país.
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Según documentos de la cancillería cubana, los sancionados realizaban "actividades para el derrocamiento del orden político, económico y social decidido por el pueblo cubano" y "actuaron financiados y bajo instrucciones de una potencia extranjera".
Pollán y Soler alegan la inocencia de sus cónyuges. "Ellos están presos por lo que pensaban", afirmaron. Soler es una técnica en microbiología que en 2004 realizó una acampada de dos días a pocos metros de la Plaza de la Revolución a favor de su marido, Ángel Moya, con sentencia de 20 años de prisión.
Las mujeres comenzaron la conmemoración el sábado 18 con un ayuno en la casa de Pollán, ubicada en el populoso barrio capitalino Centro Habana, que interrumpieron para realizar una marcha que las llevó a un recorrido de unos dos kilómetros por céntricas calles de la urbe habanera.
Si bien no es la primera caminata pública que efectúan sin ser interceptadas por la policía, esta vez añadieron a su blanca vestimenta una banda terciada al pecho con la palabra amnistía y repartieron gladiolos rosados y unos pequeños lazos blancos a quien quisiera aceptarlos.
"Fueron 180 flores y 180 lazos porque son 60 los que aún permanecen en la cárcel desde hace tres años", explicó Pollán a IPS. "Algunas personas aceptaban y nos expresaban su solidaridad. Otras, rechazaban la flor y el lazo, pero nadie nos ofendió", acotó Soler.
Las mujeres tampoco tuvieron dificultades, a diferencia del año pasado, durante la caminata efectuada el domingo por el bulevar de la Quinta Avenida, en el exclusivo barrio de Miramar, oeste capitalino, luego de asistir a la misa en la Iglesia de Santa Rita de Casia.
Una marcha similar realizada por unas 30 Damas de Blanco en ese mismo lugar en 2005 fue enfrentada por unas 200 mujeres de la progubernamental Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que portaban banderas cubanas y daban vivas a la revolución.
A juicio de Dolia Leal, esposa de Nelson Aguiar, quien purga 13 años de cárcel, esos "actos de repudio" contra ellas son organizados por las autoridades y no responden al verdadero deseo del pueblo. "Nosotras sólo pedimos la libertad de nuestros hombres presos injustamente", insistió a IPS.
Miriam Leyva, esposa de Héctor Espinoza Chepe, uno de los 15 opositores del grupo de 75 en libertad por razones de salud, afirmó que en los últimos tres años hubo muchos "operativos de la policía política" contra de ellas.
De los 15 opositores beneficiados con libertad condicional, tres fueron autorizados a viajar al extranjero: Raúl Rivero, Manuel Vázquez y Osvaldo Alfonso Valdés, radicados actualmente en España, Estados Unidos y Suecia, respectivamente.
Que se conozca, ninguna integrante del grupo de la Damas de Blanco ha sido retenida o arrestada, aunque si desacreditada en medios oficiales de prensa, donde las han tachado de "damas de verde", en referencia a presuntos recursos económicos que recibirían de exiliados cubanos radicados en Estados Unidos.
Las mujeres acuden cada domingo a la iglesia de Santa Rita, la Virgen de lo imposible y Patrona de los necesitados, en seguimiento de una tradición iniciada desde años antes por un comité de madres de presos políticos, y hacen su caminata al término de la liturgia.
"Es una situación bastante peculiar, que nosotros no buscamos. De hecho, de ese grupo de señoras que viene cada domingo ninguna pertenece a nuestra Iglesia", comentó monseñor José Félix Pérez Riera, párroco de Santa Rita de Casio y secretario adjunto de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC).
El sacerdote añadió que las mujeres son recibidas como se acoge "a cualquier persona" que acude al templo, mientras su comportamiento sea acorde con el lugar y el tipo de celebración, eminentemente religiosa.
"La iglesia nunca cierra sus puertas a nadie. El otro principio es que dentro de ella no hay ningún tipo de manifestación política ni referencia sobre la presencia de estas personas (las Damas). El día que se reza por los presos en la misa se hace igual en todos los templos de Cuba y nunca se dan nombres", indicó.
En 2005, las Damas de Blanco recibieron, de forma compartida, el Premio Sajarov 2005 a los Derechos Humanos, que confiere anualmente el Parlamento Europeo, pero no fueron autorizadas a viajar a Europa para recibirlo.
