Klaus Von Storch soñaba desde niño volar como los pájaros, y su padre siempre le recordaba que había nacido la misma fecha en que el estadounidense John Glenn inició su legendario vuelo espacial: el 20 de febrero de 1962.
Von Storch, el primer aspirante a astronauta en Chile, sigue preparándose para una misión espacial que ha venido posponiéndose desde 2003. Promovida por la corporación local AstroChile, en sociedad con la Agencia Espacial Rusa, se espera que la misión realice experimentos ambientales y médicos en órbita durante 10 días.
Von Storch, ingeniero aeroespacial y ex miembro de la Fuerza Aérea chilena, no tiene fecha aún para su viaje y confiesa que no se sentirá astronauta mientras no cruce los 100 kilómetros de altura. Por lo pronto, se congratula por la misión de otro latinoamericano, el brasileño Marcos Pontes, que partirá al espacio antes que él.
Tierramérica dialogó con Storch vía telefónica desde sus oficinas de AstroChile, en Santiago. Extractos.
Tierramérica: ¿Qué características personales y profesionales lo convierten en el candidato chileno para la misión de AstroChile?
Von Storch: A las agencias espaciales les interesa que la persona que vaya al espacio pueda trabajar en microgravedad con sus cinco sentidos claros. Y yo, desde los 16 años, he volado en aviones acrobáticos. Además, me entreno (periódicamente en Rusia) con la tripulación que viajará.
– ¿Qué experimentos harán durante la misión?
– Contemplamos tres experimentos principales, entre ellos un sistema láser para medir la contaminación, un estudio sobre el cambio genético de las plantas y un casco que experimenta con el equilibrio. También incorporaremos algunas pruebas médicas que nos pidieron los rusos para evaluar el funcionamiento muscular y cardíaco.
– Durante la visita del presidente Vladimir Putin a Chile, en 2004, se firmó un acuerdo espacial con Rusia. ¿Fue sólo un compromiso de buenas palabras?
– Al contrario, fue fundamental. El amplio convenio político suscrito nos dejó como socios en una colaboración espacial internacional, donde se contemplan áreas como investigación astrofísica y planetaria, monitoreo ambiental, biotecnología y medicina espacial y viajes espaciales tripulados. Estamos trabajando en el marco de la Estación Espacial Internacional (ISS son sus siglas en inglés).
– Se preveía que usted viajara al espacio en abril de 2003, luego en 2005. ¿Qué ocurrió?
– Nos afectó la caída del transbordador Columbia en 2003, porque la tripulación que debía ir a la ISS tuvo que hacerlo en la nave rusa en la que teníamos posibilidades de viajar, por lo que cambiaron las fechas de vuelos. Las puertas para salir al espacio se abren entre marzo y abril o entre octubre y noviembre, ya que cada seis meses sube la nave que reemplazará a la antigua en la ISS. Espero que el director de AstroChile, José Luis Cárdenas, quien viajará a Rusia este mes, pueda negociar la fecha de mi vuelo. Aunque eso depende del cupo que haya, por lo que sólo lo sabré a su regreso.
– ¿Cuánto gasta Chile en este proyecto?
– Chile no pone fondos como país para esto. La misión se financia con el dinero de empresas interesadas en el desarrollo de la ciencia y la tecnología que contacta AstroChile, que es una organización sin fines de lucro. Un acuerdo de confidencialidad, principalmente con la parte rusa, me impide precisar valores. La tasa de descuento aplicada a la misión implica que el precio de ésta baja de acuerdo al aporte valorado de los experimentos, los que producirán impacto mundial, disminuyendo sus costos reales. Un viaje turístico podría costar 20 millones de dólares, pero no es equiparable a una misión con base en la cooperación internacional.
– El 31 de marzo partirá al espacio el teniente coronel de la Fuerza Aérea de Brasil, Marcos Pontes. ¿Siente que se postergó la misión chilena por la brasileña?
– De ninguna manera. Brasil hizo un gran esfuerzo por enviar al espacio a Marcos Pontes, que lleva un par de años más que yo en el tema. Se entrenó en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos hasta el año pasado y como vieron las continuas fallas de los transbordadores en el último tiempo decidieron traspasarlo a la nave rusa. Cuando el presidente Putin fue a Brasil, después de su visita a Chile, el propio presidente Luiz Inácio Lula da Silva insistió en incluir a Marcos Pontes en la misión.
* La autora es colaboradora de Tierramérica. Este artículo fue publicado originalmente el 4 de marzo por la red latinoamericana de Tierramérica.