La conservación y el uso sustentable de la biodiversidad reforzarán la integración del Mercado Común del Sur (Mercosur), a partir de una estrategia conjunta divulgada durante la octava Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP-8).
El acuerdo, que fija 11 principios, siete objetivos y 20 directrices, profundiza la integración en la dirección deseada, señaló el ministro uruguayo de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Mariano Arana, luego de la reunión ministerial extraordinaria del bloque celebrada el miércoles para hacer pública la Estrategia de Biodiversidad del Mercosur.
Su colega brasileña, Marina Silva, destacó la "sinergia" que ayudará a los cuatro países (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) a cumplir las metas fijadas por el Convenio para 2010, principalmente reducir la pérdida de biodiversidad en el mundo.
Los ministros ambientales del bloque "ya lograron muchos avances institucionales" en su colaboración mutua, con reuniones regulares hace varios años, pero este es "un producto concreto" con repercusiones casi inmediatas en cada país, dijo a IPS Cristina Montenegro, coordinadora en Brasil de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
El próximo paso, dentro de 90 días, será la aprobación de un protocolo vinculante, es decir con medidas obligatorias, para establecer planes de acción nacionales de aplicación de las directrices aprobadas, anunció.
Como ejemplo de efecto sinérgico, Montenegro apuntó la idea de un proyecto conjunto que requeriría financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, en siglas inglesas, administrado por el Banco Mundial) destinado a la conservación y uso sustentable de la Pampa, "el único sistema común de los cuatro países" del bloque.
La Pampa, un extenso ecosistema o bioma en el que predominan las praderas, favoreció el desarrollo de la ganadería y la agricultura, convirtiendo a los cuatro países en importantes productores y exportadores de carne y granos. La Cuenca del Río de la Plata y el Acuífero Guaraní, inmenso depósito de agua subterránea que se extiende por 1,2 millones de kilómetros cuadrados, constituyen otros recursos naturales compartidos por las cuatro naciones del Mercosur.
La estrategia común, que estimula la concertación y coordinación de acciones, contribuirá a superar diversos conflictos ambientales que surgieron entre los países del bloque, señalaron Montenegro y Paulo Kageyama, director del Programa brasileño de Conservación de Biodiversidad en el Ministerio de Medio Ambiente.
El caso más reciente es la reacción argentina a dos plantas de celulosa en vías de construcción en el lado uruguayo del fronterizo río Uruguay. Dos puentes entre los dos países estuvieron cerrados más de seis semanas por manifestantes argentinos hasta que se acordó este mes una tregua de 90 días para solucionar el conflicto.
Otro problema, en vías de superación, se refiere a los neumáticos usados, que Uruguay importa de Europa y reexporta reformados a Argentina y Brasil, imponiendo el libre comercio del Mercosur sobre leyes nacionales de los dos socios que prohíben la importación de ese producto.
La estrategia común impulsa la implementación del Convenio sobre la Diversidad Biológica en los cuatro países, destacó Kageyama. Armonizar las legislaciones nacionales sobre biodiversidad, e incrementar el esfuerzo cooperativo para la conservación, el uso sustentable y el intercambio del conocimiento son algunos de los objetivos.
Los ministros se comprometieron también a respetar los conocimientos de indígenas y comunidades locales, asegurándoles una "participación justa y equitativa en los beneficios" de su uso.
Combatir especies invasoras exóticas como el mejillón dorado, que ya afecta la operación de la central hidroeléctrica de Itaipú, compartida por Brasil y Paraguay, se favorecerá de acciones conjuntas, ejemplificó Kageyama a IPS. El mejillón llegó a la zona en el lastre de buques procedentes de Asia y se expandió a través de la Cuenca del Plata, convirtiéndose en un grave problema para varios países, acotó.
Otro ejemplo de especie invasora es el jabalí, introducido desde Europa en Uruguay y que se diseminó a otros vecinos, con grandes pérdidas agrícolas.
Además, varios recursos biológicos son compartidos por dos o más países del bloque, lo cual crea intereses comunes. Es el caso de los parques de conservación y las cataratas en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, que atraen a millones de turistas. El ecoturismo de observación se puede desarrollar en conjunto también con las ballenas que frecuentan las costas atlánticas de Argentina, Brasil y Uruguay.
Hay asuntos polémicos, como la agroecología y algunas cuestiones del desarrollo agrícola, admitió Kageyama. En el sur de Brasil, que forma parte del bioma de la Pampa, predomina la pequeña agricultura familiar, a diferencia de Argentina y Uruguay, lo que genera visiones distintas, explicó. Pero en general hay convergencia de directrices y líneas de acción, concluyó.