Los hábitos familiares, ¿pueden ser detonantes de la diarrea o de frecuentes ataques de asma de un hijo? ¿Los reiterados accidentes en una escuela están relacionados con errores en el diseño edilicio? ¿Hay vínculos entre los trastornos de aprendizaje y la contaminación ambiental?
Para responder esas preguntas, el Ministerio de Salud y Ambiente de Argentina y la Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires pusieron en marcha un plan de Unidades Pediátricas Ambientales (UPA), equipos especializados en salud ambiental infantil provenientes de diversas disciplinas.
La primera UPA ya funciona en el hospital pediátrico de Buenos Aires Pedro de Elizalde, pero hay equipos trabajando en otros tres de la capital argentina y de varias provincias. Las unidades operan asociadas a los servicios de toxicología y a universidades o centros de investigación.
"No se trata de una nueva especialidad médica sino de una nueva mirada, más profunda, sobre la salud de los niños", explicó a IPS la doctora María Angélica Flores, de la Dirección Nacional de Salud Materno Infantil. "El pediatra mira sólo la enfermedad y acá apuntamos a ver el entorno que la genera", remarcó Flores.
Según la Organización Mundial de la Salud, 33 por ciento de las enfermedades entre menores de cinco años responde a alteraciones ambientales, factores que persisten porque el pediatra tradicional carece de herramientas para incidir en el entorno del niño y procurar cambios.
El médico puede sospechar que las diarreas frecuentes en un niño pueden estar relacionadas con el manejo del agua o los alimentos en el hogar. También puede suponer que los problemas respiratorios reiterados se asocian a viviendas donde se fuma, donde se acumula polvo y hay mala o nula ventilación.
Pero no siempre se apunta a remover las causas del problema que seguirán allí.
La UPA está mejor preparada para detectar si el niño permanece mucho tiempo expuesto a la radiación solar —que causa enfermedades de la piel— o si crece en ambientes contaminados con mercurio o plomo, que están asociados a déficit en el aprendizaje y bajo rendimiento escolar.
"La UPA da al médico un paraguas institucional para poder salir del hospital e interactuar con otros miembros de la comunidad a fin de lograr entornos más saludables en el hogar, la escuela, o los parques", explicó a IPS la doctora Ana Speranza, responsable de Salud Ambiental Infantil del Ministerio.
Las unidades tienen potestad para trabajar con escuelas, organismos dependientes de Obras Públicas o con vecinos de un barrio afectado por un problema que provoca alteraciones en la salud y el buen desarrollo de los niños.
Este enfoque surgió en Estados Unidos con apoyo financiero de la federal Agencia de Protección Ambiental. Allí funcionaron las primeras unidades. Luego la experiencia se trasladó a México y Canadá y, desde 2005, comenzó a aplicarse en Argentina, aunque con algunos rasgos particulares.
"En Argentina la propuesta es trabajar en red, de manera coordinada en las distintas unidades que se vayan creando", subrayó Flores. En cambio en los otros países, cada unidad tiene su propio desarrollo adaptado a las necesidades del lugar.
En el hospital Elizalde, un equipo multidisciplinario de pediatras, enfermeras, trabajadores sociales, educadores, psicólogos, obstetras y ginecólogos, está a la pesca de las causas ambientales de síntomas y enfermedades con el objetivo de prevenir y promover mejores hábitos de salud.
"No hace falta pensar en una gran estructura con aparatos y camas para internación. Se trata de un equipo de uno o dos profesionales especializados que trabajan a tiempo completo, y un grupo proveniente de otras disciplinas que se incorpora a la consulta cuando es necesario", puntualizó Flores.
La especialista consideró que lo habitual en la UPA del hospital Elizalde es que recibe consultas por derivación. Una madre que llega con un niño a la guardia o al consultorio externo puede ser orientada hacia la unidad ambiental cuando el pediatra observa que es beneficioso un seguimiento del caso.
Pero además de atender la consulta y hacer seguimiento del caso extramuros, la UPA también tiene la tarea de capacitar a otros profesionales dentro del hospital y de profundizar las investigaciones sobre las relaciones entre ambiente y salud infantil.