KIRGUISTÁN: En eterno equilibrio

Kirguistán, único país que alberga bases militares tanto de Estados Unidos como de Rusia, siempre tuvo dificultades para equilibrar sus relaciones internacionales. Este año deberá extremar esfuerzos, ante los intentos de Washington de consolidar su influencia.

En su proyecto de presupuesto presentado a comienzos de mes en el Congreso legislativo, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, solicitó aumentar la asistencia financiera a Kirguistán, así como a otras repúblicas ex soviéticas en que disputa presencia con Moscú y Beijing.

Washington prevé destinar unos 441 millones de dólares en apoyo de programas "democráticos y de reforma de mercado" en la región.

Kirguistán es una pequeña república de Asia central, que se independizó de la Unión Soviética hace 14 años. Está rodeada por China al este, Kazajstán al norte, Uzbekistán al oeste y Tayikistán al sur.

Casi 75 por ciento de sus cinco millones de habitantes son musulmanes, 20 por ciento pertenecen a la Iglesia Cristiana Ortodoxa Rusa y el resto a otras religiones.

El gobierno kirguís desea mantener sus buenas relaciones con Washington, pero sin perder su amistad con Moscú. Además, afronta el desafío de contribuir con el equilibrio en un conflictivo vecindario.

Desde que el presidente Aksar Akaev fue depuesto por la prodemocrática Revolución Naranja, en marzo de 2005, las relaciones diplomáticas de Kirguistán con sus vecinos se han agravado notoriamente, sobre todo con Uzbekistán.

En mayo pasado se registró un alzamiento popular en la oriental ciudad uzbeka de Andiján, para exigir al gobierno medidas eficaces contra la pobreza. Las autoridades ordenaron una dura represión, que terminó con centenares de muertos.

La tensión se extendió luego a Kirguistán, pues cientos de uzbekos cruzaron la frontera pidiendo refugio.

En un informe al parlamento uzbeko, el fiscal general acusó a los países vecinos de contribuir con la desestabilización de la ciudad de Andiján.

"El territorio de Kirguistán fue usado como plataforma para la preparación de actos de terrorismo. Unos 70 extremistas religiosos han sido adiestrados en diferentes métodos subversivos y terroristas entre enero y abril de 2005", indica el informe.

"En la noche del 13 de mayo, más de 60 hombres armados, ciudadanos de Kirguistán, ingresaron en territorio uzbeko para participar activamente en actos de terrorismo", añadió.

Aunque el gobierno uzbeko arguye que la represión fue lanzada contra "terroristas", organizaciones humanitarias internacionales y periodistas señalan que entre los muertos había civiles inocentes, entre ellos mujeres, ancianos y niños.

"La revolución kirguís y la revuelta en Andiján tienen las mismas raíces: la pobreza y la desesperación. Muchos uzbekos trabajan en las plantaciones de Kirguistán para alimentar a su familia", dijo a IPS el analista político kirguís Almaz Kenenbaev.

El experto sostuvo que el presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, debería estrechar los vínculos con sus vecinos. "Estados Unidos está lejos de Kirguistán, pero Uzbekistán está cerca", afirmó.

En 2000, Estados Unidos instaló una base militar en Bishkek, que fue utilizada al año siguiente para su operación "Libertad indestructible" en Afganistán.

Washington tenía también una base en Uzbekistán, hasta que el gobierno de ese país suspendió el privilegio en protesta por la insistencia de la Casa Blanca en pedir una investigación internacional sobre lo ocurrido en Andiján.

"El fracaso del presidente Islam Karimov en democratizar Uzbekistán lo acercó a China y a Rusia", sostuvo el director general del Centro Ruso de Ciencia Política, Aleksey Makarin.

En enero, Uzbekistán se unió a la Comunidad Económica Euroasiática, integrada también por Belarús, Kirguistán, Kazajstán, Rusia y Tajikistán.

Mientras Uzbekistán se aleja de Washington y se acerca a Moscú, Kirguistán se esfuerza por mantener buenas relaciones con ambos.

Rusia siempre tuvo un papel trascendental en el comercio y en la política exterior de Kirguistán, país donde la lengua rusa es oficial junto al kirguís, y es empleada en especial para las comunicaciones internacionales.

"Dios y la historia nos han dado a Rusia", es una de las frases más célebres del ex presidente Akaev.

Unos 500.000 emigrantes kirguises trabajan en diversas ciudades rusas, y gozan de importantes privilegios.

Moscú tiene una base militar en la pequeña localidad de Kant, cercana a Bishkek. Según un acuerdo bilateral, Rusia puede usar ese territorio por un periodo ilimitado, mientras que la base aérea estadounidense tiene un estatus temporal.

Mientras, Kirguistán también necesita mantener buenas relaciones con China.

En 2004, se desató una polémica ante rumores de que le ofrecería una base militar también a Beijing.

La entonces canciller kirguís Roza Otunbaeva negó las versiones. "Kirguistán no tiene intención alguna de proveer instalaciones a China para que construya una base aérea. No queremos convertir a este país en una montaña de bases militares", afirmó.

China fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Kirguistán, país con el que comparte una frontera de 1.200 kilómetros.

El intercambio comercial entre ambas naciones crece cada año, pasando de 118 millones de dólares en 2001 a 623 millones en 2005. Casi 80 por ciento de las materias primas vendidas en Kirguistán proceden de China.

Kirguistán tiene frontera con la Región Autónoma de Xinjiang Uygur, en el noreste de China, donde opera un movimiento separatista islámico. Por eso Beijing desea fortalecer sus relaciones con Bishkek. (

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