IRÁN-INDIA: Un gasoducto en problemas

Mientras la posibilidad de sanciones internacionales se cierne sobre Irán, corre peligro el futuro de un gasoducto de 2.600 kilómetros, desde Irán a India a través de Pakistán, al que Washington se opone activamente.

Los tres gobiernos asiáticos planifican un proyecto de 7.000 millones de dólares y dicen que no será afectado por la decisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de trasladar el caso iraní al Consejo de Seguridad de la ONU: Pero los analistas estiman que las posibilidades de que se construya el gasoducto ahora son remotas.

Tras la negativa iraní de frenar su programa de energía nuclear, la AIEA decidió exponer la situación a la resolución del máximo organismo de seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

El ministro de Petróleo de Pakistán, Amanullah Khan Jadoon, realizará una visita de dos días a India, desde este viernes, para reanudar las conversaciones sobre el gasoducto con su par Murli Deora, recién designado al frente de la cartera de Petróleo y Gas Natural.

Deora es percibido como perteneciente al grupo de presión pro Estados Unidos dentro del gobernante Partido del Congreso de India, mientras que Mani Shankar Aiyar, el hombre al que reemplazó hace una quincena, tiene puntos de vista abiertamente socialistas.
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El cambio de ministros sobrevino en medio de especulaciones de que Nueva Delhi estaba dudando sobre el ambicioso proyecto tras votar contra Irán en la AIEA. Hay un plazo límite en mayo para que India se una al gasoducto.

Analistas independientes indios criticaron la remoción de Aiyar. En una nota publicada en el semanario Outlook, Prem Shankar Jha dijo que su salida pudo ser un efecto secundario de los planes de seguridad energética de largo aliento que preparaba y que hubieran provocado un viraje en el mercado de la energía de esta región, alejándolo de Estados Unidos.

"Aiyar no sólo estaba determinado a seguir adelante con el gasoducto Irán-Pakistán-India, sobre el que Estados Unidos había manifestado fuertes objeciones alegando que dificultaría sus esfuerzos de aislar a Irán, sino que estaba creando una red de suministro asiática que conectaría a India con Irán, Turkmenistán, Kazajstán, China y Birmania", escribió Jha en la edición de la revista publicada el fin de semana.

Las conversaciones sobre el gasoducto tienen lugar en una coyuntura delicada, dado que India está buscando cimentar un acuerdo de cooperación nuclear firmado en julio con Estados Unidos, según el cual Washington asistirá al programa civil de energía nuclear indio, inclusive antes de la visita a este país del mandatario George W. Bush, prevista para comienzos de marzo.

Nueva Delhi, que busca nuevas fuentes de energía para alimentar su economía en auge, no tuvo acceso a tecnología nuclear civil durante dos décadas luego de realizar pruebas atómicas en 1974. India también se rehusó a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), argumentando que es discriminatorio.

Las esperanzas indias de importar gas por cañería a través de Pakistán ganaron terreno luego que los dos vecinos provistos de armas nucleares y que pelearon tres guerras, comenzaron un proceso de paz en 2004.

El proyecto del gasoducto es un aspecto crucial de los esfuerzos de India por alcanzar "seguridad energética", dado que el país importa tres cuartas partes de sus requerimientos de crudo.

Se espera que el propuesto gasoducto transporte a India 90 millones de metros cúbicos de gas cada día desde los yacimientos de South Pars, en Irán, desde 2009 o 2010, mientras que Pakistán recibiría 60 millones de metros cúbicos.

Informes de prensa sugirieron que los gobiernos de los tres países pueden considerar construir partes del gasoducto como proyectos "independientes" en sus respectivos territorios nacionales para evitar sanciones.

Luego que India se mantuvo firme en su posición contra Irán durante la reunión de la AIEA de este mes, Irán tomó represalias negándose a ratificar un acuerdo para suministrarle cinco millones de toneladas de gas natural a partir de 2009.

La AIEA postergó por un mes la votación definitiva de su resolución de remitir el caso iraní al Consejo de Seguridad. Si se adoptan sanciones, Irán, Pakistán e India podrían verse obligados a posponer una reunión prevista en Teherán para discutir sobre el gasoducto.

Deora dijo que el plan seguía vigente. "Hay una cantidad de obstáculos, pero esperamos hacer que las cosas funcionen. Necesitamos el gas desde Irán para satisfacer las necesidades de energía de India, y estamos comprometidos a que el proyecto se lleve a cabo". Pero los expertos en energía lo ven de otro modo.

"No preveo que el gasoducto sea construido de apuro", dijo a IPS Ravi K. Batra, miembro de The Energy and Resources Institute (TERI, Instituto de la Energía y los Recursos), una organización de expertos con sede en Nueva Delhi.

Reconociendo que el gasoducto suponía una situación de ganancia para los tres países involucrados, Batra destacó por lo menos tres razones por las que debería ser postergado.

Primero, la oposición de Washington es estridente. "Estados Unidos no está siendo dócil", dijo Batra, que trabajó como experto del sistema petrolero del sector público de India antes de unirse al TERI.

La segunda razón se refiere al aumento del precio del gas. A India le gustaría pagar "un precio accesible" por el gas iraní y, según Batra, un mero eufemismo para valores por debajo de los del mercado. Irán no se ha mostrado complaciente hasta ahora.

Finalmente, el proyecto del gasoducto se ve afectado por la tensión en la sudoccidental provincia pakistaní de Balochistán. "Se habla de construir un gasoducto más extenso a lo largo de la costa de Pakistán que puede ser más seguro", dijo Batra.

Las posibilidades de un gasoducto alternativo que transporte gas de Turkmenistán a India a través de Afganistán y Pakistán ya están bajo consideración, señaló Batra.

Funcionarios en Islamabad y Nueva Delhi admitieron que podrían reevaluar el proyecto si el Consejo de Seguridad de la ONU vota sanciones contra Irán.

Coincidentemente, la primera reunión tripartita sobre el gasoducto se realizará en Teherán en marzo, casi en la misma fecha en que la AIEA se reunirá en Viena para discutir el programa nuclear de Irán.

Pakistán e Irán acordaron en enero que se mantendría el encuentro prefijado y, hasta ahora, no hubo ningún paso para postergarlo.

En esa reunión se debería dar por terminada la estructura del proyecto y se delinearía un acuerdo marco, además de concretar temas técnicos y legales y relativos a seguridad política.

Altos funcionarios de los tres países que el 30 y el 31 de enero asistieron a una reunión en Nueva Delhi expusieron algunos de los detalles técnicos del proyecto, como la capacidad de India para fabricar el acero requerido para el gasoducto.

Para India, el proyecto tiene sentido económico y ambiental. El gas es mucho más limpio que los combustibles fósiles líquidos y puede ser transportado a bajo costo por tuberías dispuestas sobre el suelo.

Como propietario de las segundas reservas de gas natural más grandes del mundo, Irán está entusiasmado con la idea de explotar sus recursos de modo redituable. Por lo tanto, busca acuerdos con varios países, incluyendo India, que tiene un enorme mercado en crecimiento.

Según la Agencia de Información de Energía del gobierno de Estados Unidos, el uso del gas natural en India en 2002 rondó los 25.000 millones de metros cúbicos. Se proyecta que alcance 34.000 millones en 2010 y 45.300 millones en 2015.

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