El camino que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) dice trazar hacia la reconquista del gobierno de México, que ejerció por 71 años hasta 2000, se desvía con sospechas de corrupción y autoritarismo.
Cuando faltan cinco meses para las elecciones presidenciales, medios de comunicación locales difundieron presuntas conversaciones telefónicas entre Mario Marín, gobernador del estado de Puebla y militante del PRI, y Kamel Nacif, un poderoso empresario. En un lenguaje soez se escucha hablar de cómo se usará y manipulará la justicia para escarmentar a una periodista.
Las groserías contenidas en las grabaciones y la complicidad que tejen los interlocutores generaron una ola de indignación en medios políticos, que exigieron la inmediata renuncia de Marín.
El caso tuvo gran resonancia en los medios de comunicación locales, pues involucró como víctima a una periodista conocida.
"El PRI se ha disparado un nuevo tiro en sus pies", dijo a IPS el politólogo Javier Heredia.
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A través de un documento concertado por los partidos políticos, pero sin el apoyo del PRI, la Cámara de Diputados exhortó este jueves al gobernador de Puebla a separarse de su cargo en tanto se deslindan responsabilidades por el escándalo.
La periodista contra la que se habla en la grabación en términos despectivos es Lydia Cacho, quien fue encarcelada en diciembre en Puebla, estado vecino a la capital, por acusaciones de difamación presentadas por Nacif.
Cacho obtuvo su libertad en menos de 30 horas en esa circunstancia, pero diversas organizaciones humanitarias y sindicales sostienen que hay múltiples irregularidades en el juicio entablado contra ella.
Nacif, que se jacta de ser amigo de Marín y de otros políticos, se queja de que su nombre aparezca en un libro que escribió la periodista sobre pornografía infantil.
Marín, además de ser uno de más conocidos militantes del PRI, es amigo cercano de Roberto Madrazo, el candidato presidencial de ese partido, sobre quien también hay sospechas de corrupción.
Lejos de reconocer la culpa de su militante, la dirección del ex partido gobernante sostuvo que las acusaciones contra el gobernador de Puebla eran sólo "un chisme"..
El PRI, que gobernó México de 1929 a 2000, cuando llegó a la presidencia el actual presidente Vicente Fox, está empeñado en regresar al poder con las elecciones del próximo 2 de julio.
Empero, ese partido, que se proclama centroizquierdista, es la principal fuerza legislativa del Congreso y gobierna 16 de los 31 estados del país y 47 por ciento de las municipalidades, no parece vivir su mejor momento.
Nacido tras la Revolución Mexicana de inicios del siglo XX, en el que se combinaron luchas sociales y campesinas, el PRI pasó a la historia como el partido que acumuló más años gobernando un país ininterrumpidamente.
"Estamos listos para volver a la presidencia en este año", proclama Madrazo. Pero este candidato, que fue gobernador del estado de Tabasco en los años 90 tras ganar una elección con un presunto fraude, va tercero en las encuestas de intención de votos para suceder a Fox.
El que lleva la delantera es Andrés López Obrador, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, seguido de Felipe Calderón, del conservador y gobernante Partido Acción Nacional.
Madrazo continúa perdiendo adhesiones en lugar de sumar puntos, según indican las firmas consultoras.
Con escasas posibilidades de triunfo también participan en la campaña electoral con miras a alcanzar la presidencia de México Patricia Mercado, de Alternativa, y Roberto Campa, de Nueva Alianza.
Las conversaciones telefónicas del gobernador Marín se conocieron el martes, luego de que surgieran sospechas de enriquecimiento ilícito contra el ex gobernador del estado de México, también vecino a la capital del país, Arturo Montiel durante su gestión de 1999 a 2005.
Cuando Montiel, que compitió el año pasado con Madrazo por la candidatura presidencial del PRI, asumió el cargo de gobernador, reportó contar con bienes valuados en 144.000 dólares, pero al terminar su gestión su situación era diametralmente distinta: tenía un departamento en Francia, otro en España y todas sus propiedades en conjunto ascendían a más de 10 millones de dólares.
La Procuraduría (fiscalía) General investiga ya al ex gobernador.
"La presunta corrupción de Montiel y los abusos de Marín, quien es además muy cercano a Madrazo, hunden más al PRI. Las tres emes de ese partido lo están llevando al despeñadero", señaló Heredia, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Para el politólogo José Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, "los grotescos excesos de Marín serán un nuevo lastre para el PRI".
"Si el PRI reconociera el atropello de su gobernador y exigiera su renuncia, quizá podría salvar algo de dignidad. Pero es mucho pedir. En todo caso, mientras más tarde en caer Marín peor será para el PRI", sostuvo.