Un nuevo compás de espera quedó abierto tras la culminación de la segunda fase del diálogo exploratorio para diseñar un proceso de paz entre delegados del gobierno de Colombia y del insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), reunidos en La Habana.
La ronda de conversaciones, instalada el día 17, culminó "de manera satisfactoria" y con el acuerdo de continuarlas en abril, según un comunicado conjunto dado a conocer el lunes por Luis Carlos Restrepo, comisionado de Paz del presidente de Colombia, el derechista Álvaro Uribe, y Antonio García, jefe militar del izquierdista ELN.
"Aún no podemos decir que formalmente esté andando un proceso de conversaciones, estamos en esa fase exploratoria y sólo en la medida que avance el diseño del proceso y la constitución de la agenda podremos pasar a una fase propiamente formal de las conversaciones", aclaró García.
A su vez, Restrepo consideró "muy importante" poder escucharse mutuamente y conocer los puntos de vista de cada parte a fin de prepararse para una tercera ronda con "documentos más elaborados" y sustentados que "eventualmente nos permitan ir avanzando hacia acuerdos".
"Es lo propio de estos procesos, que primero haya una escucha mutua, para dar pasos adelante y poder decir en qué estamos de acuerdo y qué camino podemos abrir de manera conjunta", subrayó el comisionado.
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El viernes, Restrepo y García rompieron el hermetismo guardado hasta ese momento para anunciar que el gobierno de Uribe reconocía la calidad de "miembro representante" a los integrantes de la delegación del ELN, de conformidad con la ley 782 de 2002, a fin de crear un clima de confianza "necesario para avanzar".
Esa figura jurídica concede garantías de seguridad dentro del territorio colombiano de García, Francisco Galán, comisionado del ELN en los contactos de paz, y Ramiro Vargas, también miembro del Comando Central de esa guerrilla, participantes en las pláticas con Restrepo iniciadas en diciembre de 2005 también en La Habana.
Las dos partes convinieron además en crear un mecanismo alterno y complementario a la mesa del diálogo para discutir y dar solución a problemas que surjan en el curso de las conversaciones, lo que a juicio de analistas permitió "sacar del diálogo problemas coyunturales y concentrarse en lo esencial".
Ambas decisiones contribuyeron a dar "estabilidad a la mesa", una vez superados momentos críticos en los primeros días de reunión, sobre los cuales Restrepo y García no quisieron dar detalles.
Vemos una evidente "ganancia" en que hayamos podido abordar temas difíciles, estabilizar la mesa, consolidar una rutina de trabajo, poner en marcha procedimientos que enriquecen el escenario de diálogo y que se vaya ganando una confianza para lo pertinente, "que es precisamente poder avanzar en este proceso", dijo Restrepo.
García contrastó que la primera ronda fue "una manifestación de voluntad" del ELN y del gobierno de abrir un proceso de paz que permitiera buscar una salida política al conflicto. "En esta segunda fase avanzamos en lo que puede ser la estabilización de la mesa", dijo García.
El jefe guerrillero insistió también en que el reconocimiento de los delegados del ELN como actores políticos del diálogo permitía más fluidez a la delegación para una interlocución de esa organización con el país, los sectores de la sociedad y la comunidad internacional.
Aclaró sin embargo que en lo inmediato no tenía pensado viajar a Colombia. "Por ahora voy a seguir en actividades propias del proceso de paz, conversando algunas cosas que interesan para estabilizar el proceso", indicó García, con fama de sustentar las posturas más "duras" dentro de su organización.
El diálogo fue seguido estrechamente por diplomáticos de España, Suiza y Noruega, como países acompañantes, y precedido de reuniones bilaterales de García con delegaciones estudiantiles, sindicales, campesinas y de otros sectores de la sociedad colombiana.
"Nosotros queremos una salida política al conflicto y vinimos aquí para que nos escuchen ", dijo a IPS Iván Fernando Aguilar, de 23 años, estudiante de ingeniería industrial de la Universidad Pontificia Bolivariana de la nororiental ciudad de Bucaramanga, quien viajó a la cita habanera junto a otros tres universitarios.
Los estudiantes se vincularon al proceso a través de la Casa de Paz, iniciativa basada en la ciudad de Medellín, noroeste colombiano, que facilitó intensas jornadas de consultas del ELN con sectores sociales, a la vez que sirvió de punto inicial de encuentros entre Restrepo y Galán, portavoz del ELN.
Ese proceso de consultas culminó en la propuesta de una Mesa de Acercamiento en el exterior con garantes internacionales.
El ELN, con unos 4.500 combatientes, es la segunda guerrilla izquierdista después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ambos fundados en 1964, pero con orígenes diferentes.
Las FARC, de orientación comunista, tienen una fuerte raigambre campesina y sus fuerzas provienen de la guerra civil de mediados de los años 40. El investigador canadiense James Brittain les atribuía 46.000 efectivos en 2004.
En tanto, el ELN se inspiró en la Revolución Cubana y en la católica Teología de la Liberación, y muchos de sus miembros fueron y son intelectuales.
En el conflicto colombiano actúan además escuadrones de la muerte estrechamente ligados al narcotráfico, que desde fines de los años 80 se presentan como ejércitos locales agrupados como Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), ahora en proceso de desmovilización de unos 10.000 efectivos, la mitad de su pie de fuerza, según ellas.
La Organización de las Naciones Unidas considera que las AUC han sido responsables de 80 por ciento de los crímenes y masacres en la guerra colombiana.