«Si Uruguay no ordena que se paren las obras y se sienta a dialogar, el corte de ruta continuará», dijo a IPS Marta Gorosterrazú, habitante de la oriental ciudad argentina de Gualeguaychú, ubicada frente a la uruguaya de Fray Bentos, en cuyas cercanías se construyen dos plantas de celulosa.
Junto a varios miles de vecinos, Gorosterrazú participó este sábado del vigésimo tercer día de bloqueo de una ruta internacional hacia Uruguay, donde se concentró además el acto principal de una protesta nacional contra todo tipo de proyectos de inversión que dañen recursos naturales argentinos.
Bajo la consigna del "Grito Nacional", la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú se manifestó una vez más contra la instalación de las fábricas de celulosa sobre el río Uruguay, que divide a ambos países, pero esta vez con respaldo más amplio.
"Recibimos el apoyo de (las provincias argentinas de) Catamarca, Chubut, Tucumán, Córdoba y Corrientes, donde los vecinos enfrentan desde hace tiempo el problema de la minería contaminante, o la instalación de depósitos de basura cerca de las zonas pobladas", dijo a IPS Alejandra Crimella, integrante de la Asamblea.
"En esas provincias muchos harán su propio acto, cantarán el himno nacional y se sumarán al grito 'no a las papeleras', con el objetivo de unificar todos los reclamos en defensa del uso racional de los recursos naturales y de exigir nuestro derecho a vivir dignamente en un ambiente sano", añadió.
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En el acto de este sábado participaron entre 2.000 y 3.000 personas, según los organizadores.
La Asamblea de Gualeguaychú lidera una cruzada contra instalación en marcha de dos fábricas de pasta de celulosa al otro lado del río Uruguay, una de la empresa finlandesa Botnia y otra de la española ENCE.
Los reclamos se exacerbaron en los últimos meses. Desde hace 23 días, habitantes de Gualeguaychú mantienen bloqueada la ruta a Fray Bentos, impidiendo tanto el paso de pasajeros como el de transporte de carga.
Con apoyo del Centro de Defensa Comercial de la ciudad, vecinos y activistas tienen ahora una tienda de campaña con capacidad para 100 personas, lo que les permite guarecerse del frío, el sol y la lluvia en la vera de la ruta. Tienen también alimentos, bebidas, baños químicos y un teléfono celular.
"No es de nadie, es el teléfono del corte", explicó Gorosterrazú.
Para asegurar que nadie pase por allí, los vecinos estacionaron un camión obstruyendo el acceso, y se turnan en grupos para hacer guardias las 24 horas.
Más al norte, habitantes de la ciudad de Colón bloquean desde hace 10 días el segundo puente internacional hacia Uruguay.
Los manifestantes de Gualeguaychú se reúnen cada día para discutir cómo continuar la protesta.
"Donde hay cientos de personas que opinan, siempre hay quienes piensan diferente, pero todo lo que decidimos finalmente es por consenso, y acá la mayoría se niega a levantar el corte si Uruguay no hace un gesto", aseguró Gorosterrazú.
Ese gesto es dar la orden de detener la construcción de las fábricas. "Si las frenan, aunque sea por dos o tres días, para dar lugar a la formación de una mesa de diálogo, entonces nosotros levantaríamos el corte", añadió.
Pero el gobierno del presidente uruguayo Tabaré Vázquez está decidido a avanzar con el proyecto. Esta semana apeló a la Organización de Estados Americanos en busca de una mediación para conseguir que Buenos Aires intervenga y ponga fin a los cortes de ruta, que han causado un grave perjuicio económico a Uruguay, sobre todo en su actividad turística del verano austral.
Por su parte, el canciller argentino Jorge Taiana dijo la semana pasada ante el Congreso legislativo que Montevideo violó tres veces el estatuto que regula la administración conjunta del río Uruguay.
Lo hizo al dar luz verde a la construcción de la planta de ENCE, luego la de Botnia y finalmente un puerto. Todos estos pasos se dieron sin la autorización de la binacional Comisión Administradora del Río Uruguay, señaló el ministro.
Taiana solicitó apoyo al Congreso para una eventual apelación a la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya. Los legisladores aprobaron esta semana la resolución, aunque con algunas críticas a la falta de diálogo con Uruguay para alcanzar una solución más rápida y sin necesidad de mediación internacional.
"Ir a La Haya es un proceso largo y complejo que no servirá para nada. Lo que deben hacer Argentina y Uruguay es no eludir el diálogo ni hacer caso omiso de la resistencia que manifiestan los vecinos del lado argentino", dijo a IPS el director de Greenpeace Argentina, Juan Carlos Villalonga.
Habitantes de Gualeguaychú sostienen que las plantas van a contaminar el aire y el agua, sobre todo de su ciudad, dedicada fundamentalmente a la actividad turística y pesquera.
Ambientalistas y funcionarios municipales de la noroccidental ciudad española de Pontevedra se reunieron en los últimos días con vecinos de Gualeguaychú para brindarles detalles de las actividades de ENCE en su país. La compañía fue multada por contaminar el ambiente en esa ciudad.
En el proceso de obtención de pulpa de celulosa a partir de la madera se emplean, además de grandes cantidades de agua, varias sustancias químicas, como cloro o dióxido de cloro, soda cáustica, oxígeno o peróxido de oxígeno e hipoclorito de sodio, que generan organoclorados (dioxinas y furanos), muy tóxicos, persistentes y con capacidad de acumularse en organismos animales.
Las empresas aseguran que usarán la tecnología más avanzada para reducir los riesgos de contaminación, pero Argentina exige estudios independientes e insiste en que no ha recibido toda la información necesaria de Uruguay.