La Corporación Andina de Fomento (CAF), fortalecida y ampliada con capitales adicionales, tiende a ser la agencia de desarrollo de la Comunidad Sudamericana de Naciones, según el presidente del brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Guido Mántega.
La propuesta del presidente venezolano Hugo Chávez de constituir un «banco del Sur» con reservas cambiarias de los países sudamericanos es «más ambiciosa y más difícil de materializar», afirmó Mántega en rueda de prensa este jueves con algunos corresponsales extranjeros.
Mántega, economista que fue ministro de Planificación antes de asumir la presidencia del BNDES en noviembre de 2004, no descartó esa idea que está siendo evaluada por una comisión, pero ella «puede demorar años, y América del Sur no puede esperar», sostuvo.
En cambio, se hace realidad la ampliación de la CAF, brazo financiero de la Comunidad Andina de Naciones (CAN, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela).
Brasil decidió aportarle 200 millones de dólares adicionales, además de los 115 millones que ya posee en su capital. Así se convertirá en socio pleno de la institución, de categoría A como los andinos, aunque esté lejos de la participación de países como Perú y Venezuela, con cerca de mil millones de dólares cada uno, según el funcionario brasileño.
La dirección de la CAF ya aprobó la elevación de la categoría brasileña, pero ello depende aún de la ratificación de los parlamentos de los países de la CAN, observó..
Argentina debe seguir los pasos de Brasil, y hay interés también de otros vecinos. Existen ventajas. Actualmente estos países no andinos pueden obtener préstamos hasta un total cuatro veces superior a su participación en el capital de la CAF. Como socios de categoría A tendrán derecho a montos ocho veces mayores.
La proyección subcontinental de la Corporación se logra a través del acuerdo de cooperación con el BNDES, el otro gigante del financiamiento al desarrollo de la región, pero de actuación limitada a Brasil.
En los últimos años, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva prometió a casi todos sus pares sudamericanos que el BNDES financiaría proyectos importantes en los países vecinos. En algunos casos se habló de hasta mil millones de dólares, por ejemplo con Venezuela.
Pero lo que hace el BNDES es financiar la exportación de productos y servicios hechos en Brasil para impulsar proyectos en los demás países, como tuberías de gasoductos, trenes y equipos para metros o ferrocarriles, turbinas y otros materiales para centrales eléctricas, explicó Mántega. Es decir, el banco ofrece créditos para empresas instaladas en Brasil que actúan en el exterior, y no financia directamente la ejecución del proyecto foráneo.
En el caso de Venezuela, la abundancia de divisas que tiene el país vecino favorecido por el alza de los precios internacionales del petróleo, probablemente hace dispensable la financiación brasileña.
La cooperación entre la CAF y el BNDES crea «sinergias». En la producción de etanol, que Brasil pretende estimular en los países sudamericanos, el BNDES podrá financiar los equipos y la transferencia de tecnología a cargo de empresas brasileñas, mientras la CAF aportaría recursos para hacer factibles las inversiones locales, ejemplificó Mántega.
A favor de la afirmación de la CAF como la institución de fomento del desarrollo y de la integración sudamericana, se cuenta también la debilidad del Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata), cuyos miembros son los socios plenos del Mercado Común del Sur (Mercosur), Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más Bolivia.
La CAF disfruta de una confianza muy superior en la comunidad financiera internacional y tiene muchos más recursos. Los préstamos del Fonplata suman unos 250 millones de dólares, mientras la CAF alcanza entre 5.000 y 6.000 millones de dólares, estimó el funcionario brasileño.
El BNDES es una potencia comparada con cualquier banco internacional de desarrollo. Este año contará con 60.000 millones de reales (28.000 millones de dólares al cambio actual) para financiamientos, 27 por ciento más que en 2005.
Su gran cliente es el sector industrial, que el año pasado recibió casi la mitad del crédito ofrecido por el banco, que destinó cerca de diez por ciento a las empresas de energía eléctrica.
La presencia del BNDES en la economía brasileña es tan fuerte que se lo señala como uno de los factores de los desequilibrios del Mercosur que más molestan a los argentinos.
Como banco de fomento cobra intereses de largo plazo, de momento fijados en nueve por ciento anual, muy inferiores al 17,25 por ciento de la tasa básica del Banco Central.
Las altas tasas del mercado financiero afectan menos a la producción que al consumo, observó Mántega.
El papel del BNDES es hacer factibles los grandes proyectos y estimular el crecimiento productivo, especialmente de la industria. Sus recursos son clave, por ejemplo, para impulsar las grandes centrales hidroeléctricas que Brasil debe construir en los próximos años para volver «imposible» una reiteración de la crisis energética que el país vivió en 2001, aseguró el presidente de la institución.
Pero para avanzar y consolidar una infraestructura de integración, y por ende la Comunidad Sudamericana de Naciones, es necesario un banco de desarrollo «más amplio, que pueda invertir en el exterior», y la CAF ampliada es el «primer paso» para alcanzar ese objetivo, concluyó.
La Comunidad Sudamericana de Naciones fue constituida en diciembre de 2004 a partir de la convergencia de los dos grandes bloques sudamericanos, el Mercosur y la CAN, además de Chile. Pero hasta ahora no ha materializado logros. Tiene como objetivos la integración comercial y energética y la coordinación y concertación política y diplomática de los 12 países sudamericanos que la integran.