La decisión francesa de enviar a desguazar en India el portaaviones Clemenceau, contaminado con asbesto, constituye una violación de las normas nacionales e internacionales, según varias organizaciones ambientalistas y sanitarias.
El 1 de enero, el Clemenceau navegaba desde el meridional puerto francés de Toulon hacia el astillero indio de Alang, en el occidental estado de Gujarat. El portaaviones partió luego que un tribunal parisino rechazó una apelación presentada por organizaciones ambientalistas y sanitarias, incluyendo a Greenpeace y a asociaciones francesas de víctimas de envenenamiento con asbesto.
Greenpeace, Andeva (Asociación Nacional de Defensa de las Víctimas del Amianto, que representa a unos 7.000 envenenados con este contaminante o a sus familiares) y la sección francesa de la organización Ban Asbestos (Prohibir el asbesto) dijeron que el Clemenceau todavía contiene por lo menos 105 toneladas de asbesto, y que el astillero de Alang, 1.000 kilómetros al sudoccidente de Nueva Delhi, no está equipado para tratar con tan peligroso material.
El 26 de diciembre, las organizaciones presentaron una demanda ante un tribunal administrativo de París, solicitando que el Clemenceau fuera descontaminado en Francia.
Luego que su petición fue rechazada, el 30 de diciembre, las organizaciones sostuvieron, en una declaración conjunta, que continuarían con su batalla legal ante la Corte Constitucional.
"El asbesto en el Clemenceau constituye un residuo peligroso, y su exportación debería estar prohibida", expresaron. Si la Corte Constitucional apoya sus argumentos, el Clemenceau puede ser devuelto a Francia, añadieron.
El gobierno francés está violando varios acuerdos, incluyendo la Convención de Basilea sobre el Control del Transporte Transnacional de Materiales Tóxicos y sus Desechos, la directiva europea que rige el manejo de los residuos peligrosos, el código francés para la protección del ambiente y un decreto nacional sobre la eliminación del asbesto, dijo el presidente de Andeva, Michel Parigot.
El gobierno francés quitó importancia a los peligros. La mayor parte del asbesto del Clemenceau ya fue eliminada, afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa, Jean Francois Bureau.
"Ya eliminamos 115 toneladas de asbesto del Clemenceau", dijo a IPS. "Fue lo máximo que pudimos hacer sin dañar la estructura del barco y su capacidad de flotación".
Pero Parigot dijo a IPS que "la mayor parte del material peligroso originalmente contenido en el Clemenceau todavía está en el barco".
Parigot se refería específicamente a unos 40.000 metros cuadrados de baldosas contaminadas con asbesto. "El Ministerio de Defensa no pudo explicar por qué este asbesto no podía ser eliminado en Francia", señaló.
"El Clemenceau todavía contiene por lo menos 105 toneladas de asbestos", dijo a IPS Anne Thébaud-Mony, portavoz de Ban Asbestos-Francia.
Una empresa privada expresó en una declaración que había eliminado 70 toneladas de asbesto del portaaviones, pero dijo que no sabía cuánto de ese material contenía originalmente el Clemenceau.
Parigot sostuvo que el gobierno francés no había logrado asegurar la salud de los trabajadores en India. "No hay un plan de controles sanitarios regulares para los obreros indios, ni un plan adecuado para la eliminación del material. Los trabajadores nunca fueron entrenados para tratar con un material tan peligroso como el asbesto", dijo.
Hasta 40.000 trabajadores están empleados en Alang para desguazar barcos a mano. Expertos en salud y trabajo opinan que las condiciones laborales allí son pésimas y que la seguridad prácticamente no existe, la razón real para que los países industrializados envíen allí buques contaminados para su desmantelamiento.
Parigot dijo que los desechos del Clemenceau podrían haber sido atendidos en Francia. "Hubo varias ofertas de empresas privadas aquí, pero el gobierno francés nunca las consideró".
El Clemenceau, de 230 metros de longitud, con un peso de 20.000 toneladas cuando está cargado a pleno, podría transportar 45 aviones. Fue construido en el astillero de Brest, en la costa atlántica occidental, entre 1955 y 1957, y fue retirado de servicio el 1 de octubre de 1997.
El Ministerio de Defensa vendió al Clemenceau como chatarra en 2003. Pero el comprador, un astillero de la septentrional ciudad española de Gijón, canceló la transacción tras hallar que el buque contenía asbesto que no había sido eliminado. El gobierno intentó enviarlo a Turquía para su eliminación, pero Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas impidieron esa movida.
Bajo presión pública, el gobierno anunció que eliminaría 90 por ciento del asbesto y que lo vendería a un astillero extranjero. Pero el barco fue fletado a India.
Se sabe que el asbesto, una fibra mineral que puede ser fácilmente inhalada, causa cáncer y asbestosis, una fatal enfermedad pulmonar. Su uso fue común en diversas industrias, sobre todo en la construcción, como aislante y protector del fuego.
El asbesto fue prohibido en prácticamente todos los países industrializados desde hace al menos una década. Hoy es más común hallarlo en viviendas antiguas, en el aislamiento de cañerías y hornos, pinturas texturadas y otros materiales utilizados para revestimientos, así como en baldosas. En varios países en desarrollo se continúa utilizando.
El Poder Judicial de Francia entendió numerosas demandas presentadas por víctimas de la contaminación con asbesto. Según una estimación de una investigación parlamentaria en 2004, en los próximos 20 años los pagos de indemnizaciones a las víctimas del asbesto sumarán unos 25.000 millones de dólares.