El clima gélido empeoró la situación ya crítica de miles de afganos que viven en campamentos improvisados desde su regreso de los centros para refugiados de los vecinos Pakistán e Irán.
Un niño, una mujer y un anciano fallecieron por congelamiento en un campamento en la oriental provincia afgana de Paktia en lo que va del año, informó Murad Khan, representante de los refugiados.
También en ese lapso, 500 familias que estaban viviendo en tiendas de campaña en el área del Cuerpo Militar 203, en la zona meridional de esa misma provincia, fueron trasladados a edificios escolares en Logar, al sur de Kabul, y a Gardez, capital de Paktia, luego que el gobernador, Hakim Taniwal, les aseguró que les asignarían terrenos en el verano.
Din Mohammad, otro representante de los refugiados, advirtió a su vez que "el gobernador firmó un acuerdo con nosotros, por lo cual, si no mantiene su promesa, desataremos una tormenta de protestas por nuestros derechos".
El gobernador de Paktia había presidido el 2 de este mes una reunión de emergencia para debatir la crisis de los refugiados.
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Representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el International Rescue Committee (IRC, Comité Internacional de Rescate) y otras organizaciones no gubernamentales estuvieron presentes en ese encuentro.
Los funcionarios de Acnur en Pakistán habían asegurado a los refugiados que de regreso a su país les darían terrenos. Empero, aún están viviendo en tiendas de campaña, sufriendo temperaturas bajo cero, incluso en Kabul.
El Ministerio para Asuntos de los Refugiados distribuyó en diciembre 720 mantas entre 240 familias que habían vuelto semanas antes de Pakistán y fueron alojadas en el octavo y noveno distrito de la ciudad.
Alrededor de otras 200 familias que estuvieron en tiendas y chozas de barro fueron mudadas a casas alquiladas en el área de Sia Sang, en la centroriental provincia de Uruzgan, en lo que fue la primera vez que recibieron asistencia del gobierno afgano, según el refugiado Abdul Waris Safi.
Esa cartera también entregó ropas de abrigo y mantas a 390 familias refugiadas en la zona de Childokhtaran.
El mes pasado también anunció que se habían construido pequeñas localidades en 25 provincias. El gobierno nacional se comprometió a cubrir las 34 provincias del país, pero dependerá de la disponibilidad de fondos, se aclaró.
Ya fue colocada la piedra fundacional de una población, que ocupará unas 200 hectáreas en Gardez y proveerá alojamiento a unas 2.500 familias. Grandes cantidades de refugiados volvieron a la provincia.
El gobernador Taniwal espera que muchos más regresen en los próximos años a esta jurisdicción, por lo cual se prevé la construcción de más localidades pequeñas para albergarlos.
Pero Gul Bacha, un parlamentario de Paktia, dijo que los problemas de los refugiados son múltiples y que la mera distribución de la tierra no resolverá todas sus dificultades.
Syed Agha, otro delegado de los refugiados, indicó que las personas gastaron enormes sumas de dinero construyendo casas en los propios campamentos y que, por ello, se quedan sin recursos para hacerlo en las tierras que les asignan luego.
Las autoridades de Pakistán tomaron medidas enérgicas sobre los refugiados afganos, como fue el caso de los que vivían en el área tribal de Waziristán del Norte, fronteriza con Afganistán, a quienes les dieron en diciembre sólo 24 horas para volver a su país.
Un censo oficial realizado el año pasado reveló que por lo menos tres millones de refugiados afganos continuaban aún en Pakistán, mientras que otros 900.000 estaban en Irán.
Según Zaheerul Islam, representante político de Waziristán del Norte, algunos refugiados repatriados a Afganistán por Acnur regresaron en secreto al área tribal de Pakistán, administrada federalmente. El dirigente los culpó de empeorar la situación de la seguridad en la zona.
Funcionarios de Islamabad señalaron que siete militares paquistaníes fueron muertos luego que insurgentes dispararon misiles contra el puesto paramilitar de Waziristán del Norte, donde se cree que miembros de la red terrorista Al-Qaeda se refugiaron tras el derrocamiento en 2001 del gobierno del movimiento Talibán por parte de las fuerzas de invasión lideradas por Estados Unidos.
Según el portavoz de Acnur en Islamabad, Asif Shahzad, los refugiados que volvieron voluntariamente no podrán reingresar a Pakistán bajo el acuerdo tripartito entre Kabul, Islamabad y Acnur. Pero tampoco podrán ser devueltos a la fuerza a su país de origen, explicó.
"Aquellos que no quieran regresar a casa pueden mudarse a otro campamento de refugiados dentro de Pakistán", dijo.
Allah Dad, un comerciante refugiado en Miranshah, principal pueblo de Waziristán del Norte, quería más tiempo para poder vender su negocio. "En los últimos tres meses, estuve intentando deshacerme de él. Desgraciadamente, los habitantes de la zona me ofrecieron precios irrisorios, como si mi comercio fuera una propiedad robada", se lamentó.
El programa de repatriación de refugiados de Acnur está suspendido durante el invierno, por eso los afganos que quieran volver no reciben ni recibirán asistencia financiera desde el 20 de diciembre y hasta el 1 de marzo, puntualizó el portavoz Shahzad.
En diciembre, Jalozai, el campamento de refugiados afganos más antiguo de Pakistán, ubicado en la Provincia de la Frontera Noroccidental y que albergaba a unas 108.000 personas, fue clausurado luego de largas negociaciones que involucraron a funcionarios pakistaníes, al gobierno afgano y a Acnur.
"Grandes cantidades de afganos regresarán a Kabul. Sin embargo, Acnur asistirá a los refugiados si quieren mudarse a cualquier otro campamento en Pakistán, pero con permiso de los funcionarios anfitriones", dijo Babar Baluch, portavoz de Acnur, a Pajhwok Afghan News.
Líderes de los refugiados en la Provincia de la Frontera Noroccidental solicitaron a los nuevos parlamentarios de Afganistán que den pasos inmediatos para solucionar sus problemas. "Si se restableciera la seguridad en Kabul no nos quedaríamos en Pakistán ni un minuto", dijo Ahmadzai Malik Janan Ahmadzai, un conocido líder.
Los crímenes violentos contra afganos fueron en aumento. En la noroccidental ciudad pakistaní de Peshawar, el 7 de este mes, hombres armados que se presumía eran ladrones mataron a tiros a un joven refugiado comerciante en su propio puesto. Horas antes, un conductor de taxi afgano resultó herido luego que hombres armados no identificados le dispararon.