Con el izquierdista Manuel López Obrador a la cabeza de las encuestas, se largó este jueves en México la carrera hacia las elecciones presidenciales del 2 de julio, una de las más caras del mundo con un costo para el erario público de 1.200 millones de dólares.
Con concentraciones públicas y olas de propaganda en los medios de comunicación, López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Felipe Calderón, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), y Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), comenzaron la puja para suceder en el cargo a Vicente Fox.
Los otros candidatos, pero con mínimas posibilidades de triunfo, son Roberto Campa, de Nueva Alianza, y Patricia Mercado, del socialdemócrata Alternativa.
Las campañas electorales que son pagadas por el Estado, pero que también reciben fondos privados que no pueden superar el financiamiento público, iniciaron este jueves y se extenderán hasta ocho días antes de los comicios.
"Será una extenuante carrera, llena de tropezones y golpes bajos ", dijo a IPS Vladimir Arias, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México.
[related_articles]
El proceso electoral mexicano de este año, donde además del presidente se elegirán 300 diputados y 128 senadores, cuesta al Estado unos 1.200 millones de dólares..
Cuarenta por ciento de esa cantidad se entrega a los partidos en competencia, que según la ley tienen categoría de "entidades de interés público". Con ese dinero desarrollan su campaña y el resto sirve para financiar la organización de los comicios y el funcionamiento de los órganos electorales.
El costo de las elecciones mexicanas es uno de los más altos del mundo, reconoce Luis Carlos Ugalde, presidente del estatal, pero independiente, Instituto Federal Electoral (IFE).
Según cálculos de ese organismo, entre 60 y 70 por ciento del financiamiento público de los partidos mexicanos se dirigirá a contratar espacios en los medios de comunicación, especialmente la televisión.
El oneroso costo electoral y su destino principal hacia propaganda junto al largo tiempo que toman las campañas presidenciales y los gastos que hacen los partidos en las llamadas precamapañas, cuando esas entidades eligen a sus candidatos, son temas que deben acotarse y definirse de mejor manera, coinciden en señalar legisladores y observadores.
Sin embargo, hasta la fecha no hay un acuerdo para dictar nuevas regulaciones al respecto.
Los observadores coinciden en señalar que los comicios presidenciales en marcha consolidarán la transición política pacífica que México conquistó hace seis años, cuando Fox ganó la elección, destronando así del poder al PRI, que gobernó sin interrupciones desde 1929.
Según la mayoría de encuestas, López Obrador es el candidato con más posibilidades de reemplazar a Fox, seguido de Calderón y en tercer lugar Madrazo.
En su edición de este jueves, el diario local Reforma publicó que el líder izquierdista recoge 34 por ciento de las preferencias electorales, frente a 26 por ciento del candidato del PAN y de 22 por ciento del postulante del PRI.
En la víspera, otra encuesta contratada por el diario Milenio indicó que López Obrador cuenta con el apoyo de 37 por ciento de los consultados y sus contrincantes 31 y 30 por ciento, respectivamente y en el mismo orden que la muestra de Reforma.
López Obrador, que tiene el apoyo de los pequeños partidos del Trabajo y Convergencia, se mantiene como líder en las preferencias desde hace más de dos años, cuando ocupaba la jefatura de la municipalidad de la capital mexicana.
Algunos analistas lo califican de populista y hasta lo han llegado a comparar con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pero también hay otros lo considera un neoliberal que no tiene nada de izquierdista, tal como lo declara el subcomandante Marcos, líder del insurgente Ejército Zapatista de Liberación Nacional asentado en el sureño estado de Chiapas.
A sus 52 años, este político con una licenciatura en Ciencias Políticas fue hasta los años 80 un fiel militante del PRI, para luego separarse junto a otros dirigentes y fundar el PRD. Como alcalde, el máximo cargo público que ha alcanzado hasta ahora, fue ampliamente apoyado por los capitalinos.
El candidato oficialista Calderón cree que López Obrador es el contrincante a vencer y lo tilda de "populista, mesiánico y maniqueísta".
Para Calderón, se trata de un candidato "del otro PRI" y es peligroso, pues a su manera de ver "no entiende el mundo", entre otras cosas porque "nunca salió del país".
Calderón, de 43 años, es una sorpresa en la contienda. En elecciones internas de su partido, celebradas en septiembre y octubre, le ganó al favorito según los analistas, el ex ministro (secretario) de Gobernación (Interior), Santiago Creel.
El tercer candidato en discordia, Madrazo, que cuenta también con el apoyo del pequeño partido Verde, es un ex legislador y gobernador en los años 90 de Tabasco, el estado ubicado en la costa del golfo de México.
A sus 53 años, este abogado con estudios de urbanismo en la estadounidense Universidad de California, sostiene que sus competidores son unos "incapaces" y que sólo él tiene la experiencia para gobernar.
Madrazo está ligado a los más antiguos dirigentes del PRI, que fueron quienes manejaron los hilos del poder en México por siete décadas, muchos años bajo acusaciones de corrupción y autoritarismo.