– Líderes indígenas de América Latina están satisfechos con la llegada al gobierno de Bolivia de uno de los suyos, Evo Morales, lo cual asumen como un triunfo propio. Ahora esperan ser protagonistas en el Foro Social Mundial, que comenzará este martes en Venezuela.
"En el Foro Social Mundial (FSM) ha participado hasta ahora sólo un sector de los indígenas y sus debates no han llegado a socializarse, lo que es una falla, pues nosotros nos debemos a nuestras comunidades", dijo a IPS la ecuatoriana Rosa Alvarado, dirigente de la Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica (Coica).
La cita en Venezuela, que concluirá el domingo próximo, es la sexta anual de representantes de la sociedad civil de todo el mundo, cuya primera edición data de 2001 en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre. Este año se adoptó el formato policéntrico, con el encuentro que finaliza este lunes en Bamako y otro para fines de marzo en Karachi, en el sur de Pakistán.
En casi todas las anteriores reuniones participaron delegados de organizaciones indígenas, pero no fueron protagonistas y siempre estuvieron en minoría.
"Hemos sido actores marginales y marginados (del FSM), pero esperamos que eso cambie y que ahora se nos considere y escuche", declaró a IPS Manuel Castro, portavoz de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Según encuestas realizadas por el Instituto Brasileño de Análisis Económico y Social en los anteriores Foros, la mayoría de sus participantes son jóvenes que no militan en partidos políticos y que cuentan con una formación académica universitaria.
Para la dirigente de la Coica, que aglutina a organizaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, la presencia de los indígenas en el foro de Caracas llegará a tener trascendencia sólo si se alimenta de la opinión de las comunidades y sus resolutivos posteriores llegan a ellas.
Castro opinó, por su parte, que el sexto FSM es un importante lugar para debatir y denunciar. Sin embargo, piensa que esas características deben ya mudar hacia la definición de "planes de acción sólidos y concretos".
Ambos dirigentes consideran que la asunción del aymara Morales como nuevo presidente de Bolivia ayudará a posicionar el tema indígena en este encuentro de la sociedad civil.
Postura similar expresó el mexicano Alberto Gómez, coordinador de la organización global Vía Campesina para Canadá, Estados Unidos y México. "Estamos ahora en una coyuntura importante por el triunfo de Morales, por lo que esperamos que el tema indígena logre posicionarse como uno de los más relevantes en el Foro", declaró a IPS.
"Hasta ahora, hemos sido como campesinos e indígenas un actor más en el Foro, pero eso ya debe cambiar y éste es el momento", sostuvo el también dirigente de la mexicana Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas.
En los últimos 15 años, la influencia y poder político de las organizaciones de los pueblos originarios de América Latina tuvieron un crecimiento exponencial.
Así, derrocaron gobiernos en Bolivia y en Ecuador, y promovieron nuevas rutas en los procesos políticos como en el caso de México, donde hizo su irrupción el guerrillero Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Además, tienen ahora por primera vez en la historia moderna un presidente que reivindica su raza. Se trata del nuevo mandatario de Bolivia, país donde 60 por ciento de sus 9,2 millones de habitantes son identificados con algún pueblo originario.
Pero, aunque crecieron políticamente en los últimos años, la gran mayoría de los alrededor de 40 millones de indígenas que viven en América Latina y el Caribe permanecen en situaciones de marginalidad extrema.
En la región, donde los pueblos aborígenes se concentran mayoritariamente en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú, el hecho de nacer en alguna comunidad de estas etnias es casi una condena a ser pobre, sentencia el Banco Mundial en su estudio "Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo humano en América Latina: 1994-2004", difundido en mayo de 2005.
Las organizaciones étnicas luchan por cambiar esas condiciones de vida, mientras pugnan porque se reconozcan sus particularidades sociales y culturales y su derecho a mantenerlas y recrearlas.
"Esperamos que Evo Morales haga bien las cosas, pues nos sentimos muy orgullosos de él" y su trabajo como presidente puede significar un avance adicional en las luchas de los indígenas de la región, declaró la portavoz de la Coica.
Para el indígena Castro, si Morales fracasa como presidente sería "una vergüenza" para las etnias de América.
"Hay el peligro de que no haya un cambio definitivo en Bolivia, lo que sería un duro golpe", advirtió.
Pero si sale exitoso de la tarea, su ejemplo "podría impulsar a que otros países de alta presencia indígena, como Ecuador, opte por elegir a un presidente" de esa característica, añadió.
Varios dirigentes indígenas de América Latina y el Caribe asistieron el domingo en La Paz como testigos de honor a la asunción presidencial de Morales, quien les envió invitaciones personales, y ahora hacen maletas para estar el FSM.
Morales de 46 años y perteneciente a la etnia aymara, es un fogueado dirigente la conducción de las movilizaciones de los cultivadores de la ancestral hoja de coca en la central región de Chapare y reivindica en su discurso las luchas de sus antepasados y la cosmovisión de los nativos respecto del mundo y de la historia.
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