El Foro de Davos, una organización privada que ha marcado el rumbo económico internacional en las últimas décadas, concentrará su sesión anual de 2006 en el fenómeno del florecimiento de China e India.
La cuestión clave de hoy es el desplazamiento del centro de gravedad de Occidente hacia Oriente, dijo el presidente y fundador del, en realidad, llamado Foro Económico Mundial (FEM), Klaus Schwab, al presentar este miércoles el programa de actividades a desarrollarse del 25 al 29 de este mes en la estación de turismo invernal de Davos, al este de Suiza.
Schwab estimó que el irresistible ascenso de China e India tendrá consecuencias geoeconómicas y geopolíticas. Los primeros efectos se sentirán en un incremento de la competencia por los recursos naturales, aventuró.
Aunque la expansión de los dos países asiáticos, en particular de China, había sido notada en los indicadores económicos y en los diagnósticos de expertos por más de una década, el hecho de que el Foro de Davos le otorgue ahora prioridad confirma que el interés de las grandes empresas transnacionales se traslada a esas regiones.
En contraste, las actividades del FEM dedicadas este año a África se han reducido y la atracción por los países de América Latina y el Caribe prácticamente ha desaparecido. Entre 735 líderes de grandes empresas comprometidos a asistir a Davos, sólo figuran cuatro de Sudáfrica, dos de Brasil y uno de México.
El Foro de Davos, que cumple 36 años de existencia en esta edición, favorece el encuentro de gobernantes y políticos con jefes de empresas y economistas que en los últimos decenios han ensalzado las bondades del modelo económico neoliberal.
Schwab interpretó que el FEM desempeña un papel muy particular en el mundo actual, porque sólo esa conjunción de representantes de gobiernos, de empresas y de la sociedad civil pueden resolver los problemas que se presentan en la agenda internacional.
Una opinión diferente defendió Andreas Missbach, activista de la organización no gubernamental La Declaración de Berna, para quién el Foro de Davos es ilegítimo.
No es ilegítimo por el hecho de que los empresarios y los jefes de las grandes compañías se encuentren, pues nosotros también sostenemos reuniones con nuestras redes. Eso es normal, expuso.
El problema es que no sólo se sientan a negociar los jefes de las empresas sino también los líderes políticos y los dirigentes de las organizaciones internacionales, apuntó Missbach a IPS.
Y en esas tertulias, el clima dominante es el impuesto por las grandes empresas. Los políticos sólo figuran como socios minoritarios. Ese es el problema de Davos, resumió.
El número de hombres de negocios prominentes que asisten este año a Davos supera al de todas las ediciones anteriores. Hemos tenido que cerrar la inscripción hace tiempo porque todo el mundo quiere venir a Davos, se ufanó Schwab.
Además de la emergencia de China e India, el FEM de este año se ocupará primordialmente también de la evolución de las nuevas tecnologías. Al respecto, Schwab repitió el concepto de que "el conocimiento se ha convertido en un producto básico".
Como es habitual, el Foro de Davos atrae a analistas económicos de grandes empresas, en especial de bancos y compañías financieras, para efectuar los primeros diagnósticos del año sobre el desempeño de la economía internacional y arriesgar sus pronósticos.
Schwab incursionó en ese tema y recordó que los dos últimos años han sido "muy buenos". Sin embargo, advirtió de la presencia de algunos puntos vulnerables.
Lo que ha ocurrido hoy en algunos mercados de valores demuestra que existe cierto nerviosismo al considerar el futuro del desarrollo económico mundial, dijo el presidente del FEM en relación con los altibajos de los últimos dos días en el mercado de Japón.
La incógnita es saber cuánto podrán absorber nuestros sistemas de esos desequilibrios, planteó el jefe del Foro de Davos.
En tanto, Missbach reclamó que esos temas, "en extremo importantes, no sean privatizados bajo la tutela de las grandes empresas" y se discutan en foros "legítimos como la ONU (Organización de las Naciones Unidas) o en otras instituciones internacionales".
Davos no es un foro, no son discusiones, ni tampoco es (el secretario general de la ONU) Kofi Annan con un discurso político. Nada de eso, aseveró el activista de La Declaración de Berna.
Lo que ocurre son negociaciones en las habitaciones de lujo de los grandes hoteles de Davos donde se efectúan encuentros privados entre empresas y, lo que es más grave, entre corporaciones y políticos. Esa es la sustancia de Davos y eso es totalmente ilegítimo, sostuvo.
Los dirigentes de las organizaciones no gubernamentales suizas criticaron al gobierno de su país por asumir todos los gastos en operaciones de seguridad que demanda el traslado a Davos de gobernantes, políticos y empresarios.
Andre Schneider, uno de los directores generales del FEM a cargo de las operaciones, confirmó que las autoridades de Berna destinarán unos 6,15 millones de dólares para cubrir esas erogaciones.
El ejército suizo desplazará 5.500 hombres, de los cuales 3.300 pertenecen a las tropas de tierra y 2.200 a las fuerzas del aire, para realizar tareas de seguridad. Sin embargo, las autoridades aclararon que el control de las eventuales manifestaciones contrarias a ese foro estará a cargo de la policía.
De todos modos, las organizaciones no gubernamentales resolvieron que este año no realizar manifestaciones de protesta en la misma ciudad de Davos, sino que se concretarán en otros centros del país.