El gobierno español asegura que ampliará su cooperación con África en todos los campos, entre otras razones para frenar el flujo inmigratorio. Voces críticas reclaman mayor compromiso y cumplimiento de las promesas.
El presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, dijo a IPS que la decisión de aumentar la cooperación obedecía a dos razones: la solidaridad social con pueblos que sufren los estragos de la pobreza y la marginación, y la necesidad de mejorar las relaciones entre la Unión Europea (UE) y África, en lo económico y en lo social.
En este último punto, Zapatero destacó la necesidad de regularizar la inmigración para evitar desgracias en las fronteras y para lograr que, desde su llegada, los inmigrantes gocen de todos sus derechos y no vivan en la marginación.
Entre 14 y 16 africanos fueron muertos en octubre de 2005 cuando intentaban ingresar desde territorio marroquí a los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, sobre la costa africana del mar Mediterráneo. En las dos semanas previas, unas 2.000 personas habían tratado de hacer lo mismo. El gobierno español deslindó responsabilidad sobre las muertes, varias de ellas por disparos aparentemente efectuados por efectivos marroquíes.
El canciller Miguel Ángel Moratinos, quien en diciembre visitó varios países de África, relató a IPS la impresión recibida por el sufrimiento de sus poblaciones. "Quien tenga moral y ética comprenderá lo importante que es acercarse a ellos, identificar los obstáculos y modestamente tratar de ayudarles", sostuvo.
Son necesarios los recursos de la UE y que este bloque muestre "una ambición para ser más solidarios con el resto del mundo", dijo Moratinos. El gobierno español hará todos los esfuerzos necesarios para lograrlo, añadió el funcionario, quien fungió varios años como responsable de las relaciones de ese bloque con el mundo árabe.
En 2005 la ayuda humanitaria española dirigida a África subsahariana representó 43,04 por ciento del total, según el balance presentado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). El monto total de esa asistencia fue de 33 millones de euros (casi 40 millones de dólares).
Para 2006, la AECI tiene aprobado un presupuesto de ayuda humanitaria de 52 millones de euros (63 millones de dólares).
En este nuevo año, la ayuda oficial al desarrollo aumentará de 0,27 a 0,35 por ciento del producto interno bruto, en línea con el compromiso electoral de Zapatero de duplicar la proporción de la asistencia (de 0,25 a 0,50) en el transcurso de su mandato que finalizará en 2008.
Pese a estos avances, hay críticas y demandas, como la del sacerdote católico Antonio Molina, quien fue durante 40 años misionero en África, y ahora dirige el Centro de Información y Documentación Africanos, con sede en Madrid.
Molina criticó la decisión gubernamental de organizar misiones para que vayan a los países africanos a estudiar la situación y, a partir de allí, decidir sobre nuevos programas de cooperación.
"Lo que tienen que hacer es dialogar con las organizaciones no gubernamentales y otras que desde hace décadas trabajan en esos países y los conocen bien. No se trata de inventar la pólvora sino de proveer los medios para incrementar la cooperación e involucrar en ello a la sociedad civil", dijo Molina a IPS.
En su informe 2005, publicado el 15 de diciembre, las organizaciones Medicus Mundi, Prosalus y Médicos del Mundo subrayaron que la cooperación española debía aumentar su contribución al sector de la salud en el ámbito técnico y presupuestario, y crear mecanismos de coordinación con todos los actores involucrados.
El activista Molina también se mostró crítico con la decisión del gobierno español de asociarse a su par marroquí para resolver el problema migratorio. "¿Cómo puede esperar nuestro gobierno que resulte algo positivo de esa asociación con un régimen corrupto en el que no se respetan los derechos humanos y en el que se viola constantemente la libertad de prensa y de asociación?", se preguntó el sacerdote.
"Al elegir un compañero de ruta hay que saber si vale o no, y en este caso está claro que no lo vale", sostuvo. Si "no cumplen las mínimas garantías laborales con los ciudadanos marroquíes, menos todavía las cumplen y cumplirán con los inmigrantes, sean de paso o no", agregó.
Al hablar de relaciones económicas con África, "al igual que con otras regiones, pero especialmente con África", hay que combatir el comercio de armas y el robo de las riquezas naturales, "en lo que el gobierno español se debería involucrar a fondo y cumplir con lo que se comprometa", dijo.
Los países africanos "son ricos y saqueados", dijo indicando como ejemplo el contrabando de las riquezas congoleñas de oro, diamantes y coltan (mineral necesario para la fabricación de teléfonos móviles) durante la guerra en la República Democrática del Congo.
"Cuando un país del tercer mundo es rico, llegan los buitres volando y se lo llevan todo", concluyó.
El gobierno español "no sólo va a modificar y reforzar su sistema de relaciones (con los países de África), con un mayor despliegue diplomático y consular, sino que someterá a revisión los instrumentos de ayuda al desarrollo e incrementará la calidad y la cantidad de nuestra cooperación a lo largo de esta legislatura", escribió Moratinos en un artículo publicado en enero por la revista ARI, del no gubernamental Real Instituto Elcano.
"En breve" el gobierno aprobará un Plan de Acción o Plan África, que "estará en sintonía con la estrategia global que defina la Unión Europea", a la que España formulará "propuestas concretas para incrementar su eficacia", añadió.