Los realizadores venezolanos estrenarán este año una ciudadela para la producción audiovisual, denominada La Villa del Cine, construida y equipada por el Estado a un costo de nueve millones de dólares en las cercanías de esta capital.
El complejo estrenará en abril dos estudios insonorizados de filmación o grabación con parrillas de iluminación, equipos de audio y video, depósitos y un edificio administrativo con áreas para la posproducción, transferencia, animación, vestuario, casting y servicio de comidas.
El Estado venezolano "busca democratizar las oportunidades de los realizadores audiovisuales, poniendo los recursos a la disposición de los creadores", sostuvo la directora de la Villa, Lorena Almarza.
Consideró que "muchos de los dilemas en el área de la producción responden a los altos costos del equipamiento, posibilidades de transferencia y trabas que en cada área acechan a los realizadores y la Villa puede ayudar a contener".
Sin embargo, las facilidades serán cobradas, pues "se trata del cambio de paradigma, de un Estado rentista a otro productor. Se abren posibilidades para la prestación de servicios y para co-producciones nacionales o internacionales", expresó Almarza.
"Ha sido difícil y costoso hacer cine en Venezuela, por muchas razones y entre ellas están la escasez de recursos y el apoyo siempre insuficiente del sector privado y del Estado", comentó a IPS Carlos Figuera, director del festival nacional de cine que se realiza en la ciudad de Mérida, Andes sudoccidentales.
Mérida es desde comienzos de la década pasada una "zona franca cultural y científica", que busca incentivar la creación y la investigación alrededor de su Universidad de Los Andes. En Venezuela, desde hace 30 años, el Estado ha sido financista clave del cine, especialmente de los largometrajes. El último, estrenado en diciembre de 2005 con débil registro de crítica y taquilla, fue "El Caracazo", sobre la historia del estallido social de 1989, rodado con el mayor costo conocido en este país, al sumar 1,5 millones de dólares.
Su director, Román Chalbaud, con 19 películas a cuestas, dijo que iniciativas estatales como la Villa, la distribuidora de películas Amazonia y la ley de cine, "traen posibilidades para hacer filmes de bajo presupuesto y democratizar la industria".
"Lo que importa es saber contar la historia. Cuando no pueda hacer cine de 35 milímetros produciré video, porque la buena narración es lo que importa", aseveró Chalbaud, ícono del cine, el teatro y la telenovela en Venezuela.
"En Venezuela, todavía no se ha empezado una producción audiovisual masiva por parte de grupos independientes, pero hay una expectativa muy grande y creo que lo que se está haciendo es parte de un colchón de apoyo para el surgimiento de un nuevo frente de creadores independientes", estimó el documentalista Ángel Palacios.
La nueva ley de cine prevé un Fondo para la promoción de creaciones nacionales, un recurso que ha existido durante varias décadas, y el Ministerio de la Cultura establece una distribuidora, Amazonia Films.
Esta última comprará películas para su distribución en el país, en un intento de erigir una alternativa a las redes comerciales. "Tenemos la firme creencia de que sí podemos tener y sostener un cine propio, venezolano y latinoamericano", dijo el director de Amazonia, Juan Lossada.
El crítico de cine Rodolfo Izaguirre recordó a IPS su aserto de que "un país sin cinematografía propia es como una casa sin espejos".
Almarza indicó que Amazonia, la Villa, el Centro Nacional de Cinematografía (organismo conductor), el Fondo y la Cinemateca "conforman la plataforma de cine y deberán trabajar de manera ala vez independiente y coordinada".
Advirtió, empero, que la Villa "no es la panacea, no va a solucionar todo". "Hay una gran necesidad de avanzar en el proceso de formación de capital humano, para que haya generaciones de verdad formadas que puedan utilizar estos espacios", apuntó.
La Villa se erige en Guarenas, ciudad-dormitorio de Caracas ubicada a unos 30 kilómetros al oriente, y sus primeras edificaciones e instalaciones, unos 15.000 metros cuadrados, entrarán en funcionamiento el venidero abril, según el proyecto.
Luego seguirán los trabajos hasta completar las edificaciones administrativas y estudios, donde podrá funcionar la escuela de formación.
El alcalde de Guarenas, William Páez, frota sus manos: "Por primera vez estamos hablando de industrialización en el área de cine. La Villa representa para nosotros una importante apertura de oportunidades económicas", comentó.