El ejército de la República de Srpska (República Serbia de Bosnia), una de las dos entidades étnico-religiosas que conforman Bosnia-Herzegovina, dejó de existir para dar paso a una sola fuerza militar del país. Con ello nació la esperanza de unidad.
Bajo los acuerdos de paz de Dayton (1995), que ayudaron a poner fin a las guerras de los años 90 en los Balcanes, se permitió a la República de Srpska mantener sus fuerzas armadas separadas de la Federación de Bosnia-Herzegovina, la entidad croata-musulmana que completa Bosnia Herzegovina.
Este país, de unos cuatro millones de habitantes, tendrá ahora una fuerza armada conjunta de 12.000 efectivos, que incluirá a bosnios musulmanes, serbios y croatas.
"La decisión está de acuerdo con las reformas emprendidas en Bosnia-Herzegovina como un todo", dijo a los medios locales el ministro de Defensa saliente, Milovan Stankovic, luego de la sesión parlamentaria que aprobó la decisión a comienzos de este año.
"Todo esto va en la dirección de sincronizar al ejército con el plan a largo plazo de unirse al Programa de Asociación para la Paz", dijo Stankovic.
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Bosnia-Herzegovina y la vecina Serbia y Montenegro son los únicos países en los Balcanes que no se unieron a este programa paraguas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Bosnia no se unió al plan de la OTAN porque 10 años después que terminó la sangrienta guerra entre bosnios musulmanes, serbios y croatas, el ejército quedó dividido según criterios étnicos.
La comunidad internacional lentamente había presionado para que hubiera un solo ejército bosnio, pero los serbios se opusieron fuertemente a esto.
Veían la integración militar como una derrota respecto de aquello por lo que habían luchado: un estado separado en Bosnia, que se convirtió en la República de Srpska. Pero, pese a su oposición, se estableció 2006 como plazo límite para resolver el tema.
"La decisión de disolver las fuerzas armadas de la República de Srpska es la más vergonzosa de la década pasada", dijo a IPS el político ultranacionalista serbio Milanko Mihajlica. "Simplemente anula lo que sea que los serbios lograron en la guerra. Podría conducir a la disolución de la República de Srpska también", apuntó.
Pero el controvertido Ejército Serbo Bosnio carga con la dura herencia de la guerra. Su ex comandante, el general Ratko Mladic, es responsabilizado de algunas de las peores atrocidades que se cometieron en Europa desde la segunda guerra mundial (1939-1945).
Durante la guerra, el Ejército Serbo Bosnio sitió a Sarajevo y la bombardeó diariamente por más de tres años, matando a más de 10.000 personas. La política de limpieza étnica de los no serbios también condujo a la masacre de unos 8.000 musulmanes en el oriental pueblo de Srebrenica, en 1995.
El general Mladic, quien aún sigue fugado y es uno de los acusados de crímenes de guerra más requeridos en el mundo, todavía es visto como héroe por la mayoría de los serbios bosnios. Ellos creen que sus tácticas militares les ayudaron a forjar un estado separado en Bosnia.
La mayoría de los jefes militares serbo-bosnios fueron pasados a retiro cuando finalizó la guerra y algunos fueron arrestados después y sentenciados por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, por crímenes de guerra contra los musulmanes bosnios.
Mientras, hay quienes creen que Bosnia no debería tener ejército en absoluto. "Bosnia-Herzegovina debería ser un país desmilitarizado", señaló a IPS Milorad Dodik, ex primer ministro de la República de Srpska y ahora parlamentario.
"Las personas deberían olvidar todo sobre armas y luchas y dejar atrás el pasado. No tener ejército impediría la idea de ajustar cuentas en algún momento del futuro".
La guerra en Bosnia dejó más de 100.000 muertos, tanto militares como civiles, según las últimas estimaciones. Alrededor de 70 por ciento de las víctimas fueron musulmanes bosnios. En el momento más álgido de la guerra de 1992 a 1995, combatían cerca de medio millón de hombres de todos los grupos étnicos..
El Centro de Investigación y Documentación, con sede en Sarajevo, indicó que 30.173 soldados musulmanes, 21.399 serbios y 2.619 croatas fallecieron en la guerra. Esto fue solamente en Bosnia. Otras víctimas resultaron de las luchas entre serbios y croatas de las áreas que ahora ocupan Serbia y Croacia, y en cierto grado los albaneses de la meridional provincia serbia de Kosovo.
Pero para muchos hombres que lucharon en la guerra del lado serbio, la disolución práctica del ejército serbio no significa mucho. Diez años después de dejar las armas, sobreviven haciendo trabajos esporádicos. El desempleo en Bosnia-Herzegovina se elevó oficialmente a 40 por ciento de la población económicamente activa.
Los ex soldados "pensábamos que alguien se iba a ocupar de nosotros una vez que la guerra terminara, o que volveríamos a los trabajos de antes de la guerra. Pero no ocurrió nada de eso. El estado es pobre y negligente. La economía fue devastada por la guerra. Poco cambió desde 1995", dijo a IPS Dusan Jevtovic, de 45 años y que vive en Banja Luka, la capital de la República de Srpska.