El flamante presidente Evo Morales exhortó a las Fuerzas Armadas a defender los recursos naturales de Bolivia con «alto espíritu patriótico» y a sumarse a la estrategia productiva para responder a la crisis económica y a la falta de empleo.
Poco después de la posesión en el cargo este martes del nuevo alto mando militar y del comando de la policía, Morales pronunció un discurso en la inauguración de la feria tradicional de miniaturas conocida como "Alasita" (cómprame, en aymara) y puso énfasis en la urgencia de industrializar y nacionalizar el gas natural.
En respuesta al mandatario, de la etnia aymara, el nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general de división del ejército Wilfredo Vargas, afirmó que "la patria no puede ser digna y soberana sin la participación de los pueblos indígenas".
Los otros oficiales en asumir fueron el general de brigada aérea Carlos Antelo como jefe del Estado Mayor de las Fueras Armadas, el general Freddy Bersatti en la comandancia del ejército, el general Luis Trigo al frente de la fuerza aérea, el contraalmirante José Alba en la marina de guerra y el general Isaac Pimentel al mando de la policía.
Esas designaciones motivaron el pase a retiro de varios oficiales de mayor antigüedad, lo cual habría generado un gran malestar, aunque portavoces del gobierno desmintieron cualquier versión en ese sentido.
"Respetamos la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y no deseamos que se convierta en un botín político", dijo Morales, para luego advertir que algunos jefes militares deben ser investigados por la desactivación en Estados Unidos de modo irregular de 28 misiles de procedencia china, los únicos que poseía este país.
Los cambios en el alto mando militar y policial se registraron un día después de la posesión del equipo ministerial, en el cual se destaca la presencia de cuatro mujeres identificadas con las luchas sociales, empresarios, sindicalista y dirigentes de origen aymara.
"Ministros y ministras, hemos depositado la confianza en ustedes para erradicar la corrupción y cambiar el modelo neoliberal", expresó el primer mandatario indígena tras tomar juramento al gabinete, mientras en las afueras del Palacio Quemado, la sede del gobierno, una multitud intentaba sin éxito ingresar al recinto.
En lengua aymara, el nuevo canciller, David Choquehuanca, un sociólogo y luchador social, describió al momento político como un retorno de los pueblos originarios a sus raíces con la misión de protagonizar un gran cambio.
La victoria del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS) de la mano de Morales, con 53.7 por ciento de los votos emitidos en las elecciones generales del 18 de diciembre, le permitió a esta fuerza designar libremente a los secretarios de Estado sin necesidad de acuerdos con otros partidos.
Los empresarios, las regiones y los sectores están representados en los 16 ministros, dijo Morales y reclamó de las nuevas autoridades una interpretación del "sentimiento, pensamiento y sufrimiento del pueblo boliviano".
La cartera de mayor confianza en el Palacio Quemado, el Ministerio de la Presidencia, fue encargado al mayor retirado del ejército, sociólogo y catedrático de universidades andinas Juan Ramón Quintana, uno de los principales ideólogos del movimiento indígena.
En un hecho sin precedentes, una mujer tendrá a su cargo la lucha antidrogas, el control sobre las fuerzas policiales y la administración de las migraciones. Es que el Ministerio de Gobierno (Interior) es conducido por Alicia Muñoz, una ex senadora y con una imagen poco difundida en la política y el sector público.
La conflictiva tarea de potenciar a las Fuerzas Armadas y resolver un escándalo sobre la destrucción de misiles chinos, encomendada en un hecho confuso a técnicos estadounidenses, quedará en manos del ex presidente del Colegio de Abogados de La Paz Walker San Miguel, quien es el nuevo ministro de la Defensa.
El despacho de Hacienda está a cargo de Luis Alberto Arce, quien tiene la misión de garantizar una estabilidad monetaria envidiable desde 1985, mientras el economista de izquierda e investigador social Carlos Villegas resucitará la cartera de Planeamiento del Desarrollo, que fue sepultada por el modelo de libre mercado que minimizó el papel del Estado.
El Ministerio de Desarrollo Económico esta bajo la responsabilidad de Celinda Sosa y en Servicios y Obras Públicas está el empresario del oriental departamento de Santa Cruz, Salvador Rick.
Una elección aplaudida y con gran consenso popular fue la del periodista y defensor de los recursos naturales nacionales Andrés Soliz Rada para la cartera de Hidrocarburos, quien anunció como primera medida la inscripción de las cuantiosas reservas de gas natural, las segundas en importancia de América del Sur, en las bolsas de valores de distintos países como bienes del Estado boliviano.
La medida corregirá una acción de la petrolera transnacional Repsol-YPF, que anotó como privadas las riquezas hidrocarburíferas bolivianas administradas en concesión, un hecho que desató protesta y polémica.
Morales encomendó a Félix Patzi la misión de abatir el actual 22 por ciento de analfabetismo del país, donde alrededor de 70 por ciento de sus 9,2 millones de habitantes viven en la pobreza, al ponerlo como ministro de Educación. Para esta tarea específica tendrá el respaldo de una veintena de asesores pedagógicos cubanos.
Patzi ya anunció un proceso de "descolonización educativa" en la mente de los estudiantes con un enfoque productivo, además de prometer cambiar la legislación de reforma de la enseñanza en curso por una nueva política que incluya la participación de los 60.000 maestros de la escuela pública.
Una reconocida luchadora por los derechos civiles y docente universitaria, Nila Heredia, toma bajo su mando la cartera de Salud y Deportes, desde la cual deberá afrontar antiguos y persistentes reclamos de los empleados de jornadas de seis horas y mejoras salariales.
El cambio de la política laboral regida por una libre contratación está en manos de Santiago Gálvez, como ministro de Trabajo, mientras que el desarrollo agropecuario fue encomendado al líder santacruceño Hugo Salvatierra, quien quedó a cargo de la cartera de Asuntos Campesinos, Indígenas y Agropecuarios encargado de Desarrollo Rural y Agropecuario.
Tras la posesión del dirigente cooperativista Walter Villarroel al frente del Ministerio de Minería y Metalurgia, el secretario general de la Central Obrera Boliviana, Miguel Zubieta, expresó a IPS su inquietud por, lo que entiende, es el conflicto de la nueva autoridad con el sector.
Villarroel puede quedar preso de los intereses de los pequeños mineros privados, sector de donde procede, en el objetivo de refundar la casi extinguida y estatal Corporación Mineral de Bolivia (Comibol), la principal fuente de sustento económico del país en las décadas del 50 al 70, según el sindicalista.
Con la dignidad de las polleras y el orgullo de haber conducido y militado entre las trabajadoras domésticas, la antropóloga Casimira Rodríguez asumió el despacho de Justicia, en un país donde la administración de las leyes es cuestionada.
Un líder de los combativos vecinos de la ciudad de El Alto, contigua a La Paz, el dirigente Abel Mamani, ocupa el recién creado Ministerio del Agua, que surge como el trofeo de las guerras libradas por los movimientos populares contra la privatización de los recursos hídricos.
En 2000 en la central ciudad de Cochabamba y en 2004 en El Alto, las organizaciones sociales con sus protestas callejeras se encargaron de hacer retroceder decisiones gubernamentales y dar por finalizadas las operaciones de empresas transnacionales que administraban los servicios de provisión de agua potable.
Sin embargo, las atribuciones de Mamani llegarán hasta las aguas del Silala, un manantial localizado en el departamento fronterizo de Potosí, al sudeste del país, y que fluye hacia Chile.
Bolivia mantiene la demanda de pago por el uso de las aguas al país vecino, un tema hasta ahora sin solución y que se agrega a la antigua disputa limítrofe y de salida soberana al océano Pacífico. Estas dos naciones mantienen las relaciones interrumpidas desde 1978.