A medida que crece la preocupación mundial por el cambio climático y la emisión de gases invernadero, China —el mayor contaminante entre los países en desarrollo— envía señales confusas sobre su disposición a limpiar su producción de energía.
China, responsable de 12 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del mundo, figura entre los 141 países que ratificaron el Protocolo de Kyoto sobre recalentamiento global en el momento en que entró en vigencia, siete años después de ser acordado.
Este paso habilitó a Beijing proyectarse como defensor del ambiente mientras calificaba a Estados Unidos de "irresponsable" por retirar su firma del tratado en 2001, poco después de la primera investidura del presidente George W. Bush.
Washington alegó entonces que el acuerdo perjudicaría a la economía de su país. El Protocolo de Kyoto había sido firmado por el predecesor de Bush, Bill Clinton (1993-2001).
Sin embargo, China también se unió el año pasado a un foro que se propone como alternativa al Protocolo de Kyoto: la Asociación Asia-Pacífico sobre Desarrollo Limpio y Clima.
El foro, conocido como "pacto del carbón" entre ambientalistas, agrupa a las seis de los mayores emisores de gases invernadero, responsables del recalentamiento del planeta: Estados Unidos, Australia, China, India, Japón y Corea del Sur.
Más que comprometer a los países a suscribir objetivos de reducción de emisiones de gases invernadero, como el Protocolo de Kyoto, el "pacto del carbón" aspira a promover tecnologías que reduzcan esas emisiones y permitan quemar combustibles fósiles de un modo más limpio.
Los ambientalistas arremetieron contra el foro, alegando que es un intento de desviar la atención de la negativa de Estados Unidos y Australia a firmar el Protocolo de Kyoto.
China, sin embargo, firmó ambos pactos, en una posición ambigua que refleja sus intereses en conflicto: satisfacer la voraz demanda de energía de su economía de rápido crecimiento y aplacar la preocupación global por el recalentamiento planetario.
China es el mayor productor mundial de carbón, y el consumo de petróleo se duplicó en las últimas dos décadas de rápida industrialización.
Esta es una de las razones por las que Beijing ve al "pacto del carbón" como un foro útil para adquirir tecnologías que posibiliten la captura y almacenamiento de dióxido de carbono de plantas alimentadas con esa fuente de energía.
Los días 11 y 12 de enero, China también asistió a la primera conferencia de la Asociación Asia-Pacífico sobre desarrollo limpio y clima, presidida por el primer ministro australiano, John Howard, en Sydney.
Oficialmente, Beijing se manifestó con amabilidad, pero restringió el apoyo a la nueva coalición del cambio climático.
La reunión de Sydney obtuvo poca atención en los medios de comunicación estatales, comparada con la 11 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y la Primera Reunión de las Partes del Protocolo de Kyoto, celebradas en Montreal, Canadá, en noviembre y diciembre.
En esa ocasión, los signatarios de Kyoto negociaron la extensión y el fortalecimiento del histórico acuerdo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"Aunque la Asociación Asia-Pacífico sobre desarrollo limpio y clima es un buen paso en el largo camino para combatir el recalentamiento planetario, todavía no brinda medidas concretas y efectivas sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero", dijo Zhang Jianyu, investigador de la Universidad Tsinghua de Beijing.
Pese a dar su total apoyo al Protocolo de Kyoto, Beijing ve pocas soluciones a corto plazo para satisfacer la creciente demanda de energía más allá de establecer nuevas plantas alimentadas a carbón.
China tiene en sus planes 562 nuevas centrales de energía a carbón, casi la mitad del total de plantas mundiales que se espera comiencen a funcionar desde ahora y hasta 2012, cuando finalice la primera fase del Protocolo de Kyoto.
Tal es el alcance de la expansión de las plantas de energía que el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero de China en los años venideros bien puede minimizar las reducciones de cinco por ciento en las emisiones que requiere el Protocolo de Kyoto, para el periodo 2008-2012.
Dado que es una nación en desarrollo, China estaría exenta de reducir su propia producción de dióxido de carbono bajo el protocolo.
Según el acuerdo, solo los países industrializados, principales responsables de la elevada cantidad de gases en la atmósfera, deben reducir para 2012 sus emisiones cinco por ciento respecto de los valores de 1990.
Pero como mayor contaminante del mundo en desarrollo, China puede beneficiarse sustancialmente del tratado, pues establece Mecanismos de Desarrollo Limpios (MDL), que permiten a quienes generan gases de efecto invernadero en un país ganar "créditos de carbono" reduciendo sus emisiones en otro.
Mientras que el mercado de MDL todavía es relativamente pequeño, se más que duplicó desde 2001. El Consejo Ejecutivo para los MDL de la ONU ya aprobó unos 25 proyectos de China en esta materia.
Funcionarios de energía chinos estiman que este tipo de proyectos generaron 250 millones de dólares en inversiones extranjeras en 2005. Se espera que esta cifra se duplique en 2010, según China Environment News.
La Agencia Internacional de Energía pronosticó un potencial aún más optimista para el comercio de MDL en China. Espera que este país represente 40 por ciento de un mercado anual de 250 millones de toneladas de dióxido de carbono comerciado en 2010.
Eso se traduciría en proyectos ambientales en China por valor de más de 1.000 millones de dólares al año. ***** +Protocolo de Kyoto – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/cclimatico/index.asp) +ENERGÍA-CHINA: Fuentes alternativas empiezan a tener sentido (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36345) +DESAFÍOS 2005-2006: Carrera hacia el desastre climático (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36198) (FIN/IPS/traen-js-mj/ab/kp md nr en/06)